Enfermedades respiratorias en niños: cómo prevenir complicaciones en los cuadros típicos del otoño

Desde fines de marzo hasta agosto son los meses más "críticos" si de riesgo de contagio de cuadros respiratorios infantiles se trata. Vacunas y hábitos de higiene que conviene incorporar para evitar la propagación de virus, bacterias y gérmenes

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El inicio de clases, las guarderías, el contacto con otros niños y el hacinamiento de las aulas numerosas hacen que los gérmenes encuentren un lugar perfecto para atacar y propagarse. Alergias, gripes, otitis, sinusitis, faringitis, laringitis, bronquitis, neumonías, neumonitis y diarreas son algunas de las enfermedades más comunes causadas en su mayoría por los virus del otoño.

Es que en esta época del año, "la caída de las hojas, los cambios en la flora, la proliferación de los ácaros, las condiciones de humedad y bajas temperaturas, hacen que las alergias aparezcan -apuntó la médica pediatra Andrea Soto-. En ocasiones pueden confundirse con un catarro de vía aérea superior, pero si pasan los días y los síntomas persisten, no hay fiebre, se mantiene los estornudos y el moco líquido, es cuando es posible plantear una alergia".

Las alergias debilitan al sistema respiratorio y su barrera protectora habitual, de esta manera se propicia la sobreinfección viral o bacteriana

"Las alergias debilitan al sistema respiratorio y su barrera protectora habitual, de esta manera se propicia la sobreinfección viral o bacteriana", explicó la especialista de Ámbar, Casa de Salud, quien destacó que "una de las diferencias más claras para tener en cuenta y poder distinguir alergia de gripe es la fiebre y el malestar general. Lo mismo sucede con los dolores articulares, típicos de la gripe".

En ese sentido, la pediatra enumeró los mejores consejos para la prevención de las enfermedades respiratorias:

La vacunación no impide que se contraigan las enfermedades, pero evita complicaciones (Getty Images)
La vacunación no impide que se contraigan las enfermedades, pero evita complicaciones (Getty Images)

– La higiene de manos en todos los lugares que se frecuentan, ya sea el colegio, guardería, lugares de recreación o cerrados, el trabajo más aún si es en contacto directo con personas de manera permanente.

– El aislamiento de las personas enfermas o con síntomas, usar barbijos al tener la necesidad de circular entre personas sanas.

Ventilar los lugares cerrados y mantenerlos limpios y desinfectados.

– La vacunación es sumamente importante para evitar complicaciones.

– Evitar los cambios bruscos de temperatura.

– El buen descanso, buena alimentación y suplementación con vitaminas si así lo requiera.

Sobre quiénes son los que mayor probabilidad de contagio presentan, Soto aseguró que "los menores de tres meses y más aún si tienen antecedentes de prematurez, desnutrición, cardiopatías congénitas, enfermedades neuromusculares o antecedentes de inmunosupresión ya sea primaria o secundaria" son el principal grupo de riesgo. Asimismo, "los niños que no son amamantados, ya que se sabe sobre los beneficios inmunológicos de la leche de madre" y "tener padres fumadores también genera un estado pro inflamatorio de la vía aérea que predispone a procesos alérgicos y a las infecciones".

La vacunación en las edades de riesgo y personas susceptibles es fundamental para evitar complicaciones

"El síndrome gripal es producido por el virus influenza, que puede ser A o B, y se presenta con fiebre, decaimiento, odinofagia (dolor al tragar), congestión nasal, estornudos y tos que al principio puede ser seca y se torna productiva -describió la especialista-. Se transmite por las gotitas de secreciones orales y nasales y la prevención se logra con las medidas antes descritas, a las que se debe sumar que al momento del estornudo se lo haga en el ángulo del codo". "La vacunación en las edades de riesgo y personas susceptibles (niños de 6 meses a 2 años y a cualquier edad pediátrica si sufren enfermedades respiratorias crónicas como el asma, enfermedad renal crónica o cardiopatías congénitas) es fundamental para evitar complicaciones", agregó.

Y tras destacar que "la sinusitis y otitis también son frecuentes como único síntoma de enfermedad viral o bacteriana o como complicaciones por sobreinfección", la especialista insistió en que "ante cualquier síntoma de cefalea o dolor de oído se debe consultar al médico para ser evaluado".

Tener padres fumadores genera un estado pro inflamatorio de la vía aérea que predispone a procesos alérgicos y a las infecciones (Getty Images)
Tener padres fumadores genera un estado pro inflamatorio de la vía aérea que predispone a procesos alérgicos y a las infecciones (Getty Images)

"Las laringitis se presentan de manera brusca, con un ruido grueso al respirar (estridor), disfonía, puede ser con o sin fiebre y siempre requiere de una intervención urgente -continuó enumerando la pediatra-. Las bronquitis y faringitis son otra manifestación clínica de los virus y bacterias y no suelen presentar complicaciones salvo en niños menores de dos años". "Se manifiesta con tos, odinofagia y fiebre. Lo mejor es aplicar los mismos consejos de prevención que en la gripe y consultar a su médico", recomendó.

Sobre la bronquiolitis, que es un cuadro clínico que ocurre en lactantes y niños menores de dos años ocasionado por virus respiratorios (sincicial respiratorio, influenza, parainfluenza, adenovirus), destacó que "se caracteriza por tos, congestión y chillido de pecho (broncoobstrucción o sibilancias)".

Ante cualquier síntoma febril que se prolongue más allá de cuatro o cinco días y decaimiento o dificultad para comer o dormir se debe consultar de manera urgente

"El coqueluche o síndrome coqueluchoide se presenta con accesos de tos quintosa ocasionada por una bacteria. Algunos virus pueden imitarla, en todos los casos, es importante consultar en cualquiera de estas dos entidades porque puede ocasionar mucha dificultad respiratoria en los lactantes", sumó.

Y finalizó: "Las neumonías ocurren en personas susceptibles, más aún en los niños que se encuentran en pleno desarrollo de su sistema inmunológico. Ante cualquier síntoma febril que se prolongue más allá de cuatro o cinco días y decaimiento, hiporexia o dificultad para comer o dormir se debe consultar de manera urgente".

"También es importante recordar que estas enfermedades son necesarias para que los niños refuercen su sistema inmunológico -reflexionó-. No hay que preocuparse en exceso, sino más bien mantener la tranquilidad y la rutina diaria y ante cualquier duda consultar al médico pediatra de confianza".

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