Junto con la primavera, el otoño es la estación más problemática para las personas alérgicas.
Las alergias se producen como una respuesta exagerada del sistema inmune, que es el encargado de defender al cuerpo de diferentes sustancias externas. Estos agentes, diversos, se denominan alérgenos y son de variada procedencia, como, por ejemplo, hongos o ácaros del polvo, polen de las plantas y flores, pieles y pelos de algunos animales, ciertos medicamentos, pesticidas o alimentos, así como también la picadura de insectos (abejas, arañas, avispas, hormigas, mosquitos).
"Si bien son más frecuentes en primavera por la exagerada producción y esparcimiento de polen, hay muchos alérgenos que no son exclusivos de esta época, por lo cual las alergias no son consideradas estacionales. Pero sí, los médicos observamos un recrudecimiento en otoño por una relación climática similar a la primavera y por las diferencias de temperatura que pueden observarse, inclusive, dentro de un mismo día", puntualizó a Infobae la jefa de Pediatría del Sanatorio Modelo de Caseros, Celeste Celano.
Dentro de las formas leves de alergia se encuentra el lagrimeo ocular, la picazón o enrojecimiento de alguna zona en piel, la rinitis y tos seca y estornudos
Y tras asegurar que "un individuo puede presentar reacción de hipersensibilidad (como se denomina a la alergia) a uno, varios o todos los alergenos", la especialista destacó que "las manifestaciones clínicas son variadas y heterogéneas, de leve a moderadas y graves. Y, en general, no dependen de la sustancia a la cual se expone el paciente, sino de la reacción de su organismo".
Dentro de las formas leves, se encuentra el lagrimeo ocular, la picazón o enrojecimiento de alguna zona en piel, la rinitis (inflamación del epitelio de la nariz, que provoca secreción acuosa) y puede expresarse con tos seca y estornudos.
En las formas moderadas: la urticaria gigante, que es la aparición de ronchas enormes por toda la piel, que causa malestar e intenso prurito (picazón) y ardor. Otro ejemplo es el asma. "Se considera que el 75% de los pacientes asmáticos tiene una base alérgica que inicia como respuesta a la inhalación de ácaros, polen, caspa de piel de animales, entre otros", explicó Celano.
"Las formas graves suelen ser menos frecuentes, pero más complejas ya que pueden manifestarse como dificultad para respirar por la gran inflamación de las vías aéreas y tráquea, el abrupto descenso de la tensión arterial, alteraciones a nivel cardiovascular y pueden llegar al shock -detalló-. Esta forma grave se denomina anafilaxia y siempre requiere asistencia médica inmediata".
Para establecer el diagnóstico, se requiere llegar a la identificación del alérgeno. Para eso existe una variada cantidad de pruebas cutáneas e indicios en sangre
Celano apuntó que "el tratamiento per se es inespecífico". "Como primera medida debe impedirse la exposición al alérgeno determinado, siendo en algunos casos imposible, ya sea por la dificultad que encierra detectarlo o porque se encuentra incorporado a la cotidianeidad del individuo alérgico", remarcó.
Y agregó: "Para contrarrestar los síntomas o minimizarlos (no erradicarlos) se utilizan diferentes fármacos como antihistamínicos y corticoides, entre otros, que siempre deben ser recetados por un médico. Su objetivo final es disminuir las expresiones del cuerpo".
La inmunoterapia o "vacunas contra la alergia" tienen por objetivo desensibilizar al organismo sensible. "Es muy útil, pero se usa en casos puntuales, como, por ejemplo, para aquellos con síntomas muy pronunciados y sostenidos durante varios meses al año, intermitentemente o no", aseguró la especialista, quien detalló que "consiste en exponer al individuo a pequeñas concentraciones de alergenos para que el organismo inicie su proceso de acostumbramiento, cambie su estrategia y ya no presente sintomatología tan florida".
En cualquier caso, siempre debe consultarse con un profesional que evalúe qué tratamiento conviene implementar en cada paciente.
Los ojos, los preferidos de las alergias
La médica oftalmóloga Carolina Colutta resaltó que "uno de los órganos más afectados son los ojos. No hay estadística oficial, pero se estima que el 50% de las alergias otoñales ataca a los ojos".
La directora médica del Instituto Oftalmológico de Buenos Aires (Ioba) dijo a Infobae que "el polen es, probablemente, la causa más común de la alergia ocular y su concentración en el aire aumenta durante la primavera y el otoño, pudiendo causar hinchazón, lloriqueo o incluso conjuntivitis alérgica".
"Cuando los ojos están expuestos a un alergeno, el sistema inmune lo detecta y se desencadena una respuesta inflamatoria que activa ciertas células que liberan sustancias como IgE e histamina, que son las responsables de la aparición de los signos típicos de la conjuntivitis alérgica", destacó Colutta.
La mejor prevención en caso de alergia ocular es evitar estar en contacto con las sustancias que activan la alergia
Y describió: "La conjuntivitis puede ser estacional (sólo en algunos meses del año) o perenne (durante todo el año). Habitualmente, es bilateral (afecta a ambos ojos) y presenta picazón, ojo rojo, lagrimeo, secreción acuosa algo mucosa, edema palpebral (hinchazón del párpado por acumulación de líquido), fotofobia (sensibilidad a la luz) y sensación de cuerpo extraño en el ojo".
"La mejor prevención en caso de alergia ocular es evitar estar en contacto con las sustancias que activan la alergia", recomendó la especialista, y aconsejó: "Lavarse las manos con frecuencia y evitar llevarlas a los ojos, usar gotas lubricantes o lágrimas artificiales para disminuir la cantidad de alérgenos en los ojos, en el exterior, protegerse con anteojos de sol, mantener las ventanas cerradas y evitar el aire seco, ya que puede agravar los síntomas".
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