La confirmación de un caso de sarampión en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) en una beba de 8 meses – residente, sin antecedente de viaje y sin vacunar por la edad– sumado a la importante circulación del virus de sarampión en la provincia de Tucumán, países de la región y del resto del mundo, encendieron con virulencia las alertas de las autoridades sanitarias argentinas.
El sarampión es una de las principales causas de muerte entre los niños más pequeños, a pesar de que existen vacunas accesibles, seguras y eficaces para prevenirlo.
El caso de la beba argentina -que estaba sin vacunar por no haber cumplido el primer año de vida- fue publicado en el boletín de alerta epidemiológica que confecciona y dirige el Ministerio de Salud de la ciudad de Buenos Aires con el objetivo de informar a la sociedad sobre cómo prevenir la enfermedad, difundir las recomendaciones y cuidados de prevención e implementar acciones de control ante la detección de casos sospechosos.
La beba inició los síntomas con tos y fiebre el pasado 21 de marzo y exantema (erupción en la piel) el 25. Actualmente la paciente está en observación con buena evolución y no presentó antecedentes de vacunación por ser menor de 1 año. Está internada en el sanatorio de la Trinidad en Palermo.
Entre los médicos hay preocupación por una posible epidemia, ya que, al ser autóctono, se tuvo que haber contagiado en una plaza, en una casa o en algún otro lugar público. El gobierno de la Ciudad está trabajando arduamente para detectar si es así.
"La única forma de prevenir la enfermedad es mediante la vacunación adecuada, que consiste en la vacuna triple viral incluida en el calendario nacional gratuito y obligatorio. Esta debe aplicarse en cualquier hospital o centro asistencial a los 12 meses de vida y al ingreso escolar (5 o 6 años), pero dada la situación actual también recomendamos que se vacune el personal de salud, los viajeros, y quienes estén en contacto con niños y adultos inmunosuprimidos o con menores de un año que aún no pueden ser vacunados", afirmó a Infobae la doctora Elizabeth Bogdanowicz, médica infectóloga pediatra, y secretaria del Comité de Infectología Pediátrica de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
En 2016, aproximadamente un 85% de la población infantil mundial recibió a través de los servicios de salud habituales una dosis de vacuna contra el sarampión antes de cumplir un año de vida. En 2000, ese porcentaje fue del 72%.
Se estima que entre 2000 y 2016, la vacuna contra el sarampión evitó 20,4 millones de muertes, lo que la convierte en una de las mejores inversiones en salud pública.
El sarampión es una enfermedad muy contagiosa, grave -causada por un virus- y potencialmente fatal. Antes de que la vacuna se introdujera en 1963 y se generalizara su uso, cada 2-3 años se registraban importantes epidemias de sarampión que llegaban a causar cerca de 2,6 millones de muertes al año.
Se transmite fundamentalmente a través de las secreciones nasales o de la boca de personas infectadas. Si bien no hay un tratamiento específico para combatirla, ante la aparición de síntomas como fiebre alta, secreción nasal, tos, conjuntivitis, manchas blancas en la boca y cara interna de la mejilla y manchas rojas en la piel, los especialistas aconsejan la consulta inmediata con el centro médico más cercano o con su pediatra de confianza.
Para el caso de aquellos que estén a punto de viajar a zonas en las que haya presencia de la enfermedad, como por ejemplo a Brasil, Canadá, Colombia, Guatemala, Estados Unidos, la mayoría de los país europeos, México, Perú y Venezuela, la doctora Gabriela Ensinck, médica infectóloga pediatra, prosecretaria del Comité de Infectología de la SAP, recomendó:
a) verificar tener completo el esquema de vacunación,
b) a los niños de 6 a 11 meses administrarle una dosis de la vacuna triple viral y
c) en caso de presentar síntomas durante el viaje o dentro de las tres semanas del regreso, consultar inmediatamente con el médico.
"La Sociedad Argentina de Pediatría se suma con estas recomendaciones al alerta epidemiológico emitido por el Ministerio de Salud de la Nación, con el objetivo de informar sobre la situación, difundir consejos para la población general y para los viajeros, e instar a los equipos de salud de todo el país a intensificar la vigilancia epidemiológica", concluyó la doctora Stella Maris Gil, médica pediatra, presidenta de la SAP.
Cinco preguntas importantes para la prevención
Bajo el título 'Vacunate, para protegerte y para proteger a otros', la Sociedad Argentina de Pediatría elaboró un documento que, mediante un esquema sencillo de siete preguntas y respuestas, pretende llevar claridad sobre la importancia de la vacunación y los riesgos asociados a la negativa de vacunarse.
1. Si cuido mi higiene y tengo agua y cloacas ¿sigue siendo necesaria la vacunación?
-Sí, aunque te higienices todos los días, tengas agua y cloacas, no es insuficiente para detener las enfermedades infecciosas y la vacunación sigue siendo necesaria. Enfermedades que estaban controladas como la poliomielitis o el sarampión, sin vacunación, pueden reaparecer rápidamente.
2. ¿Las vacunas son seguras?
-Sí, las vacunas son seguras. Todas se someten a pruebas rigurosas antes de instalarse en el mercado. La mayoría de las reacciones a las vacunas son leves: dolor en el lugar de inyección o febrícula. Es mucho más fácil padecer lesiones graves por la enfermedad en sí, que por una vacuna.
3. ¿Es mejor la inmunidad proporcionada por las vacunas que por las infecciones naturales?
-Las vacunas producen una respuesta inmunitaria similar a la generada por las infecciones naturales, pero sin causar enfermedad, ni las complicaciones de esta.
4. ¿Necesito vacunarme contra enfermedades que no se ven en mi comunidad o en mi país?
-Sí, aunque las enfermedades prevenibles con vacunas se han vuelto raras en muchos países, los gérmenes que las causan siguen circulando en otros. En un mundo tan interconectado como el actual, pueden cruzar fácilmente las fronteras geográficas e infectar a cualquiera que no esté protegido. Los dos motivos principales para vacunarse son protegernos a nosotros mismos y proteger a quienes nos rodean.
5. ¿Puede un niño recibir más de una vacuna a la vez?
-Sí, las pruebas científicas revelan que la administración de varias vacunas al mismo tiempo no tiene efectos negativos en el sistema inmunitario del niño. Se ahorra tiempo y dinero, se reduce el número de inyecciones y las molestias para el niño.