Además de una reorganización de la rutina familiar, la vuelta al colegio es una buena manera de comenzar el año con el pie derecho. Para los niños, entonces, éste se convierte en un momento clave e ideal para una evaluación médica, ya que, de esta manera, se previene y se ayuda a la detección de enfermedades, además de aportar una mirada integral sobre el bienestar físico, mental y social de niñas, niños y adolescentes.
El comienzo del año escolar es una gran oportunidad para garantizar que los chicos inicien el año de forma saludable. "Es importante que acudan al especialista para ver si el niño o niña está preparado para enfrentar un nuevo año", afirmó el doctor Marcelo Andrade, (MN 71344), jefe de clínica de Consultorios Externos del Garrahan.
Para ello, es fundamental que la visión y la audición estén controladas y que sus capacidades para aprender sean las adecuadas. El pediatra evaluará estas variantes antes del inicio de las clases, preferentemente, y sabrá si el niño se está desarrollando en forma integral, o si se requiere el estudio de algún otro aspecto.
Más allá de los exámenes de la salud física, el control pediátrico debe tomar en cuenta todos los aspectos de la salud del niño.
Una rutina que ayude al ordenamiento de la alimentación y la vida escolar
En este sentido, la coordinadora de Atención Ambulatoria del Hospital Garrahan, Patricia García Arrigoni, detalló que es en esta consulta pediátrica se debería confeccionar un "día de vida" del niño que incluya hábitos alimentarios, horas de juego, horas de sueño, horas de presencia ante pantallas y horas de tarea.
Buen rendimiento escolar, buena salud
El buen rendimiento escolar de un niño y adolescente puede ser, en parte, un indicador de buena salud. "Un chico que no alcanza los objetivos escolares debería ser evaluado por su pediatra de cabecera", advirtió a Infobae el médico Marcelo Andrade (MN: 71344), y explicó que el pediatra es distinto a un médico de adultos y evalúa al niño en todos los aspectos de su vida, puede trabajar en conjunto con el colegio y ser quien detecte algún signo a prestar atención en el niño.
"Hoy la pediatría le da mucho valor a cómo aprenden, la visión, la audición y que tengan capacidades de desarrollo adecuada, ya que si tienen problemas para aprender, pueden ser tratados y solucionados", comentó Andrade.
"Los controles con el pediatra son fundamentales, así como también corroborar en conjunto que la libreta de vacación de nuestros hijos se encuentre actualizada", destacó la doctora Avancini y detalló las dosis que deben aplicarse según la edad:
-Los niños de 5-6 años deben aplicarse tres vacunas: la Sabin, la Triple Viral y la Triple Bacteriana, dosis de refuerzo necesario para que el organismo genere defensas contra la poliomielitis, el sarampión, la rubéola, las paperas (parotiditis), la difteria, la tos convulsa y el tétanos. Estas vacunas son gratuitas y obligatorias.
-A los 11 años, los chicos tienen que recibir un refuerzo de la Triple Bacteriana Acelular para garantizar la inmunidad contra la difteria, la tos convulsa y el tétanos, y vacunarse contra VPH (Virus del papiloma humano), con el objetivo de prevenir el cáncer de cuello uterino, y otros cánceres de localización anogenital.
-Con respecto a la inmunización contra la Hepatitis B, Antihepatitis A y la Triple Viral, es necesario chequear en el carnet de vacunación si fueron recibidas las dosis anteriores para completar los esquemas de vacunación.
Por otra parte, se deben hacer chequeos oftalmológicos y odontológicos periódicos y promover una buena alimentación durante el horario escolar, incorporando viandas saludables.
La nutricionista Delfina Fahey explicó a Infobae que está demostrado que omitir el desayuno interfiere en los procesos de aprendizaje y concentración. Por eso, los niños no deben salir de sus casas sin esa comida. "Lo ideal es hacerlo juntos para darle importancia a esta comida; levantate a tiempo y disponé de los alimentos de lácteos semidescremados, cereal, o pan de salvado, queso untable y fruta en tu casa", dijo.
Finalmente, como la pediculosis puede constituir un problema de diversos grados de complicación, los padres deben mantener una conducta constante para prevenir y tratar una epidemia de piojos: revisar las cabezas y pasar el peine fino regularmente, al igual que, en el caso de las niñas, llevarlas a clase con el pelo recogido. Si ya hubo un contagio, hay que utilizar solamente productos indicados por el pediatra.
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