Se sabe -y así y todo no se cumple con las medidas de prevención- que proteger la piel de la radiación solar evita el cáncer de piel. Pero poco se conoce acerca de los cuidados que hay que tener con la vista en verano.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 3 millones de personas se quedan ciegas por causa de un exceso de radiación solar.
De ahí que si bien la visión debe cuidarse todo el año, en primavera y verano hay que prestar especial atención y tomar precauciones para proteger los ojos al momento de exponerse al sol.
"El verano es la época de mayor radiación solar. Esto significa que los rayos ultravioleta (UV) tienen un índice especialmente elevado, lo que se traduce en una mayor capacidad de producir lesiones en las áreas sensibles del cuerpo", explicó el médico oftalmólogo Omar López Mato (MN 87.993), del Instituto de la Visión.
En verano los rayos ultravioleta tienen un índice especialmente elevado y presentan una mayor capacidad de producir lesiones en las áreas sensibles del cuerpo
Por su parte, el jefe de sección córnea y cirugía refractiva en el servicio de oftalmología del Hospital Italiano, doctor Nicolás Fernández Meijide (MN 93172) insistió en que "descuidar los ojos puede acarrear graves consecuencias en el mediano a largo plazo". "La exposición excesiva a los rayos UV se relaciona con diversos problemas visuales, como cataratas, pterigion, fotoqueratitis y cambios degenerativos en la córnea -detalló-. Todas patologías que pueden causar visión borrosa, irritación, enrojecimiento, pérdida temporal de la visión y, en algunos casos, ceguera".
Y tras asegurar que "la córnea es la primera lente que encuentra la luz cuando penetra en el globo ocular", el especialista explicó que "de su transparencia depende la capacidad visual de cada persona, pero, además, cumple funciones defensivas frente a traumatismos e infecciones". "Si está dañada por una quemadura solar como consecuencia de una falta de protección adecuada frente a los rayos UV, el proceso degenerativo resultante puede traducirse en una distorsión o bloqueo de la luz cuando entra en el ojo", destacó Fernández Meijide.
En ese sentido, López Mato enumeró los principales problemas que puede causar la exposición a los rayos UV en los ojos:
– Queratitis actínica. Aparece tras una exposición prolongada de los ojos al sol sin la protección adecuada. Algunos de sus síntomas son dolor, fotofobia (intolerancia anormal a la luz), lagrimeo y ojo rojo y suelen prolongarse durante uno o dos días y desaparecen sin dejar secuelas.
El riesgo de sufrir los daños que produce el sol es acumulativo
– Lesiones cutáneas perioculares. Los párpados son una zona de piel muy sensible y especialmente vulnerables a los rayos UV que pueden degenerar en lesiones tumorales en aquellas personas predispuestas a estas.
– Pterigion, o el ojo de surfista. El doctor Rogelio Ribes Escudero (MN 116304) es médico oftalmólogo, especialista en córnea y superficie ocular, miembro de la Sociedad Argentina de Superficie Ocular y alertó sobre una condición que en la Argentina padece medio millón de personas.
Se trata del crecimiento anormal de la conjuntiva (tejido blanco que rodea el globo ocular) sobre la córnea y ocurre con más frecuencia en personas que trabajan al aire libre y, en especial, sin la protección ocular adecuada. Tiene una prevalencia de entre 2 y 15%, más alta en los países cercanos a la línea del Ecuador por los mayores niveles de exposición a los rayos ultravioletas. Es dos veces más frecuente en hombres que en mujeres.
– La catarata es la opacidad total o parcial del cristalino (lente natural del ojo), que reduce progresivamente la visión y, normalmente, está asociada con la edad. Se llegó a la conclusión de que determinados tipos de cataratas están relacionados con una prolongada exposición de los ojos al sol. También ciertas clases de luz pueden provocar daños en la capa de células retinianas que tapizan el fondo del ojo.
– La queratitis solar o fotoqueratitis es una lesión dolorosa y de corta duración producida por una exposición intensa y prolongada a la radiación ultravioleta. Se origina cuando la luz incide en la capa más externa de la córnea, llamada epitelio corneal, durante un tiempo prolongado. Por el efecto de la luz, esta capa se "descama" dejando las terminaciones nerviosas del ojo al descubierto.
Fernández Meijide destacó que "la medida preventiva de estas afecciones provocadas o agravadas por la acción de la radiación solar es la utilización de gafas de sol homologadas con los filtros correspondientes. Por eso, a la hora de comprar anteojos de sol se deben buscar aquellos que cuenten con los filtros UVA y UVB 400, que es la protección a los rayos ultravioletas más alta".
Por último, Mato aclaró: "Como el riesgo de sufrir los daños que produce el sol es acumulativo, es bueno cuidarlos (y generar el hábito de hacerlo) desde la infancia. Es muy importante la protección a los más chicos con gorras o viseras".
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