El reconocido especialista en nutrición y lucha contra la obesidad Alberto Cormillot se refirió al proyecto que prevé aumentar impuestos a los alimentos ultraprocesados como parte de una política para mejorar la alimentación de los argentinos.
La iniciativa, impulsada por el gobierno nacional, se discutirá en una serie de reuniones con representantes de distintas oficinas públicas y de la industria. El objetivo es consensuar políticas públicas que permitan rotular con leyendas especiales a los alimentos "no saludables" y promover nuevos gravámenes para desalentar su consumo.
La industria alimenticia argentina es una de las más castigadas en el mundo por la incidencia de impuestos directos e indirectos. Pese a ello, se trata de un sector que genera exportaciones por $26 mil millones y trabajan en ella 500 mil personas. Una mayor carga impositiva tendría una incidencia directa en los precios que paga el consumidor.
"En este momento del país, aumentar los impuestos a los alimentos es algo de descerebrados", planteó Cormillot en su columna diaria en radio Mitre, en el programa de Marcelo Longobardi.
Cormillot se desempeñó hasta principios de año como coordinador del área de Alimentación Saludable del Ministerio de Salud. Según relató, durante los meses que estuvo en el cargo no tuvo presupuesto ni para comprar papel higiénico. Pese a ello, logró un principio de acuerdo con la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) para establecer nuevas pautas de marketing de alimentos que no son ricos en nutrientes. Sin embargo, cuando estaban dadas las condiciones para avanzar con este tipo de políticas que ya habían mostrado un resultado positivo con la reducción de la sal, "apareció la línea dura".
Como "línea dura" Cormillot describe a profesionales que se oponen al consumo de alimentos procesados, harinas, azúcares e incluso edulcorantes porque consideran que no son saludables.
"La línea dura no tiene ningún basamento científico. Cualquiera que diga que yo soy amigo de la industria está hablando realmente pelotudeces. Yo fui demandado por la industria. Nadie habló más que yo en contra del azúcar. Eso está publicado en internet y en todos los lugares que se puede buscar", aseguró Cormillot, visiblemente enojado.
Y contó: "Yo estuve en la última reunión, donde la COPAL ofreció una reducción de marketing. Una reducción parcial. Y les dijeron reducción total o nada. Entonces, frente al talibán ahora es nada. La posible reducción no se hizo. Van a las reuniones con ideas talibanes y extremistas para no lograr nada".
Según Cormillot, esta "línea dura" fue la que promovió el año pasado una nueva guía de alimentación para los argentinos donde se desaconseja el consumo de los edulcorantes: "Entonces uno se pregunta: ¿quién está bancado por quién? Para prohibir los edulcorantes, que están aceptados en todo el mundo, vos tenés que estar bancado por alguien; por la indistria del azúcar. ¿Quiénes son para decir que los edulcorantes son alimentos ultraprocesados, que es una palabra que no existe? ¿Quién es aliado de quién? Al pedo me llamaron".