En Argentina el cáncer de cuello de útero (CCU) es la tercera causa de muerte por una enfermedad oncológica entre mujeres. De acuerdo a las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) prácticamente todos los casos –el 99 por ciento– están vinculados con la infección genital causada por el Virus del Papiloma Humano (VPH).
El CCU -también conocido como cáncer cervical o de cérvix- se produce por el crecimiento anormal de células tumorales en los tejidos del cuello uterino.
"La principal causa del CCU es el VPH, existen alrededor de ciento cincuenta tipos de VPH, es un virus muy común y se transmite fácilmente por contacto sexual", explicó Sandra Zapiola, licenciada en Obstetricia y representante del Colegio de Obstétricas de la provincia de Buenos Aires.
Se estima que cuatro de cada cinco personas contraen uno o varios de los tipos de VPH en algún momento de sus vidas, "en la mayoría de los casos el virus desaparece solo, pero si la infección persiste, puede producir lesiones que con los años pueden convertirse en cáncer". Además, el VPH también es responsable de un 25% de los orofaríngeos (parte de la boca, paladar y lengua).
Este tipo de cáncer es prevenible, y cuenta con una vacuna gratuita y obligatoria para las niñas y niños de 11 años. Pese a la utilidad sanitaria de las inoculaciones existentes, sólo protegen contra dos cepas de VPH oncogénicas o cancerígenas (las más prevalentes) de las 15 que existen.
En Argentina, según el Manual del Vacunador de la Vacuna contra el HPV del 2014 del Ministerio de Salud de Nación, cada año se diagnostican 5000 casos de cáncer cervical y 1800 mujeres mueren por esta causa. Desde la incorporación de la vacuna al Calendario Nacional, más de un millón y medio de niñas iniciaron la vacunación contra el VPH, al menos un millón están protegidas correctamente, aunque unas 500 mil niñas no cuentan con las dosis necesarias.
Un avance argentino
Científicos del CONICET y del Instituto Leloir (FIL) encontraron el mecanismo empleado por el VPH que le permite adaptarse a las condiciones que impone la célula infectada. El hallazgo podría conducir al desarrollo de medicamentos más específicos.
"Conocer los mecanismos moleculares de este virus y su interacción con las células infectadas abre caminos para el desarrollo futuro de fármacos específicos que puedan prevenir el desarrollo del cáncer de cuello uterino y otros tumores", indicó el doctor Leonardo Alonso, líder del proyecto e investigador del CONICET.
Cuando el VPH infecta las células del cuello uterino se expresan proteínas, llamadas "oncoproteínas", que interfieren en el ciclo celular, entre ellas la E7, llevando a la replicación descontrolada característica de los procesos cancerosos. La E7 contiene grupos reactivos que detectan el entorno oxidante en las células y crean a partir de esa información un ambiente apropiado para el desarrollo tumoral.
Durante el estudio, que fue publicado en la revista Redox Biology, los investigadores realizaron experimentos con células humanas infectadas con el VPH del género alfa, "que son los de mayor riesgo", indicó Alonso.
"Queda un largo camino para recorrer, pero se abre la posibilidad de obtener fármacos especialmente dirigidos contra estos sensores de oxidación con el fin de impedir que E7 pueda crear un ambiente propicio para su replicación", sostuvo.
La prevención
En la actualidad, existen en el país 2 tests como métodos de tamizaje primario. Uno de ellos, el más utilizado, es el Papanicolaou (PAP) que permite detectar anormalidades celulares en el cuello uterino; y el otro es la prueba de HPV, que permite detectar la presencia de ADN de los tipos de HPV que están relacionados con este tipo de cáncer. Además, como primer medio de prevención, se encuentra la vacuna contra el VPH, pero solo para mujeres.
"La vacuna se incorporó al Calendario Nacional de Vacunación para todas las niñas de 11 años nacidas a partir del año 2000 y este año se amplió a todos los varones de 11 años nacidos a partir del año 2006. El esquema consiste en dos dosis separadas por un intervalo mínimo de 6 meses", comentó la especialista.
El objetivo de la inclusión de los varones fue disminuir la mortalidad de las mujeres por CCU, y prevenir, a su vez, otros tipos de afecciones y cánceres asociados a este virus en los hombres.
"La vacunación en varones colabora con la equidad de género, ya que tanto los hombres como las mujeres son portadores del virus y responsables de la transmisión", explicó Zapiola. Y agregó: "La vacuna provee protección contra los tipos de HPV de alto riesgo oncogénicos, responsables del 77 por ciento de los casos de cáncer de cuello uterino".
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