Entre tantos beneficios que brinda veranear en la playa, también existen algunas desventajas o riesgos para la salud. Con las altas temperaturas, aumentan el dolor y la sensación de pesadez que provocan las várices. Cuando el termómetro supera los 25 grados, las personas que padecen la patología de las venas hinchadas pueden sufrir complicaciones.
Sabido esto, el periodo de descanso puede resultar provechoso para llevar a cabo unos simples cuidados para la salud de las piernas, sin sufrir y no dejando de disfrutar de las bondades del mar. El doctor Miguel Ángel Gramajo Booth, especialista en flebología restaurativa, dio cinco consejos claves para poner en práctica durante el verano.
–Un menú playero nutritivo: para evitar el estreñimiento, sumamente nocivo para las venas de las piernas, se debe mantener una dieta baja en calorías y alta en fibras. Para ello, nada mejor que las refrescantes e hidratantes frutas y verduras (se puede combinar en ensaladas).
Otras alternativas son las nueces y almendras que, como cualquier fruto seco, poseen ácidos grasos Omega-3 y colaboran a disminuir la viscosidad de la sangre, favoreciendo el flujo sanguíneo. Además, aumentan el colesterol bueno y hacen que el colesterol malo no se acumule alrededor de las arterias, evitando la formación de placas en las paredes de los vasos sanguíneos.
–Pasear por la playa: nada más placentero que caminar a la orilla del mar. No sólo es ideal para relajarse y desconectarse de las preocupaciones, sino que además favorece el retorno venoso.
-Consumir mucha agua: beber agua actúa como alivio inmediato del calor agobiante. También mejora la circulación. Los deliciosos jugos de frutas y el tereré, como cualquier otra infusión, son refrescantes opciones.
-Disfrutar del mar: el agua fresca activa la circulación y disminuye la molesta sensación de piernas cansadas. La natación es un ejercicio que suma: la posición casi horizontal resulta perfecta para un buen retorno venoso. Después del baño no olvidar la necesaria ducha para retirar la sal que reseca la piel y aplicar alguna crema para volver a hidratarla.
-Automasajes y relax: buscar un lugar cómodo para la experiencia placentera, ideal para activar la circulación de las piernas. La técnica es sencilla: los masajes deben realizarse de forma ascendente, comenzando por los pies y subiendo poco a poco hasta llegar a los muslos. Así, la sangre acumulada en las venas empezará a movilizarse y fluirá hacia el corazón.
Los movimientos deben ser suaves, utilizando las palmas y los dedos en su totalidad (no presionar con las yemas). Tampoco deben aplicarse sobre las várices directamente, sino en las zonas aledañas. Para evitar la fricción, se puede usar además cremas o aceites.
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