Las ventajas de un descanso profundo son múltiples y variadas. Dormir bien por las noches proporciona la energía necesaria para afrontar una larga jornada y mantener la mente en funcionamiento. Además, en los últimos años, se demostró que esconde otro beneficio que lo posiciona con aún mayor relevancia: disminuye el riesgo de contraer diversas enfermedades.
Entre las patologías más importantes que puede prevenir un buen descanso nocturno, se encuentran los ataques cerebro vasculares. De acuerdo a distintos estudios, la apnea del sueño se transformó en una de las causas principales que originan un ACV; considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la segunda causa de muerte a nivel mundial. Solo en Argentina se calcula que se producen entre 100 y 120 mil de los eventos vasculares por año.
"Si pensamos en la prevención del ACV, es importante 'buscar' a los pacientes que no tengan otros factores de riesgo como tabaquismo o hipertensión, pero sí lesiones microvasculares asintomáticas que van produciendo pequeñas isquemias y lesiones cerebrales, que a la larga se convierten en un daño mayor. Inclusive, puede producirse directamente un ACV", alertó el doctor Pedro Lylyk, médico neurocirujano y director de ENERI.
Los ataques cerebrovasculares se producen cuando se interrumpe el flujo de sangre al cerebro, y pueden ser de dos tipos: isquémico, que es el más frecuente y consiste en el bloqueo del vaso sanguíneo debido a un coágulo de sangre. Por otro lado, el hemorrágico que se presenta a partir de la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro. Cada minuto que pasa desde el evento, menores son las posibilidades de recuperación ya que las neuronas van muriendo en forma paulatina.
El neurocirujano Lylyk se encargó de remarcar la importancia de la regla de las 5C, que implican las primeras señales, a fin de prevenir los ataques. "Cuerpo, se produce una parálisis o un cosquilleo de un solo lado, especialmente en la pierna y el brazo. Confusión para hablar o entender. Ceguera o visión borrosa. Caminata, lo que quiere decir no poder avanzar o perder el equilibrio. Y, por último, cabeza (dolor severo, repentino y persistente)", detalló.
Si bien interfieren otros factores, como el tabaquismo o la diabetes, el mal descanso pasó a tomar un lugar de preponderancia: "Lo que ocurre en la apnea es que la falta de oxígeno produce pequeños despertares. Es decir que la persona tiene un sueño fragmentado en el cual se liberan sustancias como la adrenalina y la noradrenalina porque se activa el sistema de alerta que tiene el organismo. A su vez, esto incrementa la frecuencia cardíaca y la presión arterial", explicó la doctora Julieta Camji, médica neuróloga, especialista en Medicina del Sueño de la Clínica la Sagrada Familia.
La apnea de sueño se presenta con mayor regularidad en personas con sobrepeso, con ciertas particularidades en el paladar o la vía respiratoria, en quienes tienen amígdalas grandes y también en aquellos que roncan con frecuencia en las noches. El ronquido -aclaró la doctora Camji- no es otra cosa que el sonido de la obstrucción, es decir, de la vibración que genera el paso del aire a través de una vía estrecha.
A su vez, la especialista detalló que el descanso ideal para un adulto está pautado en 7 horas y que dormir menos incrementa el riesgo de patologías vasculares. Además, especificó determinados hábitos que ayudan a conciliar el sueño:
-Disminuir el contacto con dispositivos electrónicos, como televisión, computadora o celular, una vez que se hace de noche.
-Comer liviano lo más temprano posible y no irse a la cama inmediatamente
-Reducir la ingesta de café o mate ya que funcionan como estimulantes
-Evitar la siesta durante la tarde
-Establecer una rutina en torno al descanso
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