La lupa en los precios del fósforo

Los fertilizantes fosfatados cumplen un rol clave en la evolución de todos los cultivos. El productor los conoce perfectamente, de modo que el debate discurre entre apostar a un aporte que restituya lo que se llevan trigo, maíz o soja, o adoptar la postura de incrementar la dotación del suelo, tarea complicada esta última en un escenario de bajos precios.

En realidad este es un inconveniente que se verifica en buena parte del planeta agrícola. Josh Linville, de StoneX, ofreció a un medio de su país una perspectiva sobre los precios de los fertilizantes en 2025. Si bien el farmer estadounidense estira la compra de este insumo para ver si los precios aflojan, el especialista recomienda no ser demasiado optimistas.

Su visión respecto de lo que viene parece definida. “Me temo que veremos cosas peores antes de encontrar una mejora de la ecuación. Los precios del fosfato ya son demasiado altos. No esperen realmente que suceda nada extraordinario en cuanto a costos a la baja para este nutriente antes de abril o mayo”, subraya haciendo referencia al inicio de la siembra de gruesa en el Corn Belt. Para nosotros el comentario es válido pensando en la próxima siembra de trigo.

Linville asegura que Estados Unidos asiste a la relación más alta de todos los tiempos entre el maíz y el fosfato, por encima de 2021, 2022 e incluso 2008. En gran medida esto puede extrapolarse al resto del planeta agrícola. El experto recuerda que China, Rusia y Marruecos son tres de los cinco principales exportadores de fosfato cuyas circunstancias han tenido impacto en el mercado, y advierte que la llegada de Trump a la Casa Blanca probablemente no tendrá mucha influencia en el costo de los fertilizantes.

Por su parte, AGProud reconoce que los precios de los fertilizantes se estabilizaron en 2024, pero se mantuvieron más altos que los niveles previos a la pandemia, influenciados por la relación oferta/demanda global y los factores geopolíticos, sobre todo en el caso de proveedores como China y Rusia.

La consultora subraya que los precios de los fertilizantes que llevan fósforo se mantuvieron altos en 2024. En especial el costo del fosfato monoamónico (MAP) y el del fosfato diamónico (DAP) superó los niveles de 2023 durante la mayoría de los meses, especialmente en junio y julio del año pasado.

Por el lado de la demanda, los costos de los fertilizantes representan una parte importante de los gastos de producción de los cultivos, y la disminución de los precios de los commodities ha reducido en alguna medida el empleo de esta clase de insumos. Hay que decir que las cuentas se han ajustado para todos los agricultores del planeta, y cuando se da una situación como esta quienes venían fertilizando bien se toman una campaña sabática en la esperanza de que el temporal amaine pronto.

Respecto de nuestro país, IF dice que los fertilizantes fosfatados continúan con ventas y precios sin mayores variaciones. Asegura asimismo que aunque el stock disponible no es elevado, es más que suficiente para cubrir la demanda del mercado, la cual se mantiene obviamente minimizada por estos días.

Por lo demás, continúan las fluctuaciones en los valores y factores como las tasas de importación, la producción interna y las condiciones logísticas, que influyen en el comportamiento de los precios. El escenario más complicado parece ser el del maíz, con una relación insumo/producto que creció algo más del 50% en 2024, debido también a la pérdida de valor del cereal.

En Estados Unidos esperan que en este 2025 la estrechez de oferta se termine aliviando después de una temporada de aplicación de otoño mediocre -se hace previo a la llegada de la nieve-, lo cual dejará los galpones más llenos de fertilizante de lo habitual. Asimismo se cree que la asequibilidad desfavorable probablemente reducirá la demanda de primavera, cuando se siembra la gruesa.

El desinterés general de los agricultores por utilizar productos fosfatados este otoño dejó inventarios más altos de lo esperado en todo el cinturón maicero estadounidense, que se trasladarán a este año y quizás en alguna medida lleven a un escenario internacional de precios más moderado para cuando comience la siembra de fina en el hemisferio sur.

Hasta ahora, Estados Unidos ha importado menos DAP y MAP para la campaña 2024/25 en comparación con años anteriores, una reducción del 34 % para el mismo período de la temporada previa. Es una caída de demanda importante.

Es que la asequibilidad sigue siendo un obstáculo para los productores del país del norte. El poder adquisitivo de los agricultores para DAP y MAP se ha debilitado a lo largo de 2024 y hoy tienen que poner en juego un volumen más alto de granos para comprar la misma tonelada de fertilizante que en 2023. Es de imaginar cuanto más complicada es la situación del productor argentino, que pierde ingresos a través del descuento que implican los derechos de exportación, mientras tiene que enfrentar una reposición de nutrientes incluso más cara que su par norteamericano.