La zona núcleo está complicada

Todos los pronósticos coinciden en que al menos hasta mediados de mes, el agua será materia escasa en esta parte de nuestro planeta productivo. Empiezan a proyectar posibles pérdidas

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En la zona núcleo la
En la zona núcleo la soja comienza a correr riesgos ante la escasez de precipitaciones que castiga al sur santafesino y el norte bonaerense (Revista Chacra)

Es uno de los pocos factores alcistas que tiene el mercado de soja por estos días, especialmente para la harina. Las lluvias siguen eludiendo nuestra principal zona de cultivo, y en Chicago hace rato que han puesto el foco en este tema. El último diciembre terminó con lluvias por debajo de la media y las reservas de agua del suelo van de escasas a sequía en el 50% de la región. El área más afectada es el noreste bonaerense, según indica la Bolsa de Comercio de Rosario.

A nivel internacional circula la idea de que ahora sí habría chances para la formación de una Niña en el Pacifico ecuatorial, junto con pronósticos que no son alentadores para las zonas de nuestro país que suele afectar este fenómeno climático. La información que circula en páginas especializadas estadounidenses indica que los modelos meteorológicos siguen mostrando tiempo seco para el extremo sur de Brasil y el este de la Argentina durante los próximos 10 días. El GFS exhibe mejores posibilidades de lluvia en el pronóstico de 11 a 15 días, mientras que el modelo europeo plantea un contexto más seco. Se empieza a pensar en un escenario de estrés para los cultivos en nuestra zona núcleo.

Coincidiendo con esta proyección, desde la BCR indican que “los pronósticos de mediano plazo no prevén, más allá de algún evento aislado, precipitaciones de consideración para la primera quincena del año”. Curiosamente, 2024 terminó con más lluvias que el año previo, pero con menos reservas de agua en el suelo. La mayoría de las estaciones meteorológicas de la Red GEA registraron un acumulado que supera al año precedente en un 26% más de agua. Esto obedece a las lluvias del otoño, como correlato de El Niño registrado en el verano previo, más la recomposición de precipitaciones durante la primavera del año pasado.

Lo que vemos como efecto
Lo que vemos como efecto predominante en el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires se parece mucho a lasconsecuencias de un fenómeno Niña (Andina)

Cuando parecía que solo se trataba de una falsa alarma –desde mediados de año que viene anunciándose una Niña-, diciembre cambió el rumbo de los acontecimientos y las precipitaciones fueron sumamente escasas en el sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires, muy lejos de los 110 mm considerados valor medio histórico para la zona. El sudeste cordobés, en tanto, logró capturar un escenario de humedad menos ajustado.

En función de estos antecedentes, la BCR enfatiza que las reservas de agua de los suelos de la zona núcleo al primer metro de profundidad son deficientes, y si se suma el área con contenido de agua regular, la superficie complicada asciende al 80%. Estamos hablando se la zona que realiza el mayor aporte en términos de volumen de grano generado a campo.

Es en el noreste bonaerense, el sector más seco, donde crecen las preocupaciones por la suerte de los lotes. Esta zona no está teniendo un buen inicio de año debido a la persistente ausencia de lluvias. El cultivo más afectado es el maíz temprano, que había ganado la pelea por la superficie sembrada con el tardío para evitar los riesgos de un nuevo ataque del tándem chicharrita/Spiroplasma. Arrancó con buena provisión de humedad, pero las lluvias se están plantando justo en floración, el momento crítico para la determinación de rendimientos.

Los pronósticos hasta mediados de
Los pronósticos hasta mediados de este mes no son precisamente alentadores en materia de lluvias (NOAA)

Los asesores de la BCR explican que aunque aún no se reportan daños críticos, los rindes del maíz ya están comprometidos: “El impacto final dependerá de las lluvias, pero podría variar entre un 10% y un 30%, según el lote”. La soja no la tiene mucho más fácil en esta región clave para la Argentina. Muestra un aspecto avejentado y entrenudos cortos debido a las bajas temperaturas de noviembre y diciembre, entre otras posibles razones.

Si bien aún no está dentro de su periodo crítico, necesita lluvias urgentes. Además, entre un 10% y un 15% de los lotes siguen sin sembrarse por falta de agua, y otro 10% fue implantado a la espera de lluvias de fin de año, que nunca llegaron. Si no aparecen precipitaciones inmediatas después de la primera quincena de enero –aparentemente los primeros quince días estarían jugados-, las cosas pueden complicarse significativamente.

Por lo pronto, especialistas en la agricultura de Sudamérica como el Dr. Codonnier ya han empezado a reconsiderar sus estimaciones, que ahora caen a 51 millones de toneladas, con una merma de 4 millones de toneladas respecto de los primeros cálculos.

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