El clima en la Argentina bajo la lupa

Es una de las pocas variables que puede mover el precio de la soja en Chicago y las próximas dos semanas recibirá un seguimiento esmerado. No deberían darse problemas importantes

El mercado estará atento a cualquier problema climático para la soja en el sur de Brasil y en la Argentina (Revista Chacra)

La soja marcha muy probablemente hacia un exceso de oferta, desde luego peligroso para los precios que ya a esta altura no son retributivos en ninguna parte, salvo en el Brasil post-depreciación del real. Con una muy buena cosecha en Estados Unidos, la última “esperanza” de Chicago es algún inconveniente climático en Sudamérica que les dé cierto empuje a las cotizaciones, mal que nos pese. El maíz también entra en esta historia, aunque su escenario proyectado no parece tan delicado como en el caso de la oleaginosa.

Es que además el empuje que generaban los biocombustibles, en especial el diesel renovable, aparece debilitado por todas las dudas que presenta la futura presidencia de Donald Trump, tradicionalmente poco amigable con estos carburantes de origen renovable. Alguno de sus futuros nombramientos en el área en cuestión no hizo sino echar más leña al fuego.

Mientras tanto, la semana pasada una controversia surgida respecto de una disposición que el mercado entendió como perjudicial para el biodiesel hundió a la soja martes y miércoles, escenario que los propios inversores tuvieron que reparar en las dos últimas ruedas una vez que entendieron que no era correcta su lectura del documento. Abundan los operadores sugestionados con el tema.

Las proyecciones para esta semana en la Argentina marcan lluvias por debajo de lo normal en la Región Pampeana (ECMWF)

De nuevo, la última carta para pretender una suba mínimamente atractiva pasa por el clima en Sudamérica. Con el Centro Oeste de Brasil recibiendo lluvias todas las semanas –así seguiría por un buen tiempo- la lupa del mercado recae sobre la Argentina y el sur del vecino país.

John Baranick, meteorólogo de DTN, coincide con otros especialistas en el tema. El pronóstico del modelo europeo ECMWF sugiere que gran parte de Argentina y el sur de Brasil verán lluvias por debajo de lo normal durante las próximas dos semanas. Estas zonas han recibido precipitaciones dispersas durante los últimos siete días, que han sido suficientes para mantener la humedad del suelo, pero no han servido para mejorarla.

Baranik explica que existen áreas agrícolas en la Argentina que se mantienen relativamente secas, mientras que aquellas con una humedad del suelo aceptable ahora retrocederán un poco, esperando la oportunidad de que llueva. Algo similar ocurre en algunas zonas del sur de Brasil, si bien los frentes que llegan desde Argentina han producido lluvias más generalizadas y más intensas.

El maíz temprano podría ser el más perjudicado si se planta un periodo seco por algún tiempo (Revista Chacra)

Tanto el modelo europeo como el estadounidense parecen estar de acuerdo en que las precipitaciones por debajo de lo normal continuarán en nuestro país y el sur de Brasil, aunque también coinciden en que los frentes seguirán moviéndose a un ritmo en alguna medida regular. Simplemente no son lo suficientemente fuertes como para descargar mucha agua. Las temperaturas más frescas tienen algo que ver con eso, es decir, con una energía menor para que estos frentes aprovechen para producir tormentas. El patrón continuará hasta principios de 2025.

Hay que decir que hasta acá esta situación no ha movido la aguja en Chicago, si bien está en boca de todos. Para Baranick si no se superan los límites que hoy están marcando los pronósticos no debería haber consecuencias relevantes. Las dudas recaen sobre el maíz temprano argentino, que se implantó hace tres meses y está polinizando. La siembra de soja no comenzó hasta noviembre, y la etapa de llenado de vainas todavía está muy lejos, cuando las lluvias serán más importantes.

El maíz temprano es asimismo el más vulnerable a cuestiones vinculadas con la falta de agua en el sur de Brasil; está polinizando y llenando el grano. Como fuere, el mayor aporte a la producción nacional lo hace la safrinha, que aún no se empieza a sembrar y representa aproximadamente el 75% de la producción total. En cuanto a la soja en estado avanzado en el sur de Brasil, las condiciones más secas no son buenas, pero la situación no sería alarmante, ya que más adelante habría nuevas lluvias.

Viene posponiendo su llegada desde casi mediados de año. La Niña desconcierta. Ya nadie sabe a qué carta quedarse respecto de este fenómeno (CPC)

¿Y La Niña? El Centro de Predicción Climática (CPC) del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos prevé ahora un 59% de posibilidades de que se forme un fenómeno débil y breve en enero. El ENSO-neutral continuó en noviembre-diciembre y habría un 61% de posibilidades de que retorne entre marzo y mayo del próximo año.

Este año, la transición a La Niña ha sido más larga de lo que se pensaba inicialmente, ya que se había estimado en principio que saldría a escena a mediados del invierno, a más tardar en el comienzo de la primavera. Un analista estadounidense advierte que la mayor parte del temor a que La Niña afectara sobremanera los cultivos en América del Sur ya ha desaparecido. “Las condiciones climáticas desde fines de octubre han sido en su mayoría muy buenas en Brasil y Argentina y el pesimismo sobre los precios se fue haciendo carne en los inversores. Sin embargo, es probable que este mes vuelva a poner en foco a la región, ya que el sur de Brasil y la Argentina esperan condiciones más secas”, afirma Drew Lerner, meteorólogo senior de World Weather, Inc.

Agrega que por otro lado hay “alguna” evidencia de que el clima puede evolucionar hacia condiciones similares a La Niña a finales de diciembre. En el fondo, World Weather no está del todo convencida de que surja una posible Niña en los próximos meses, pero el potencial de un probable desarrollo de este tipo podría llevar a menores lluvias en el este de Argentina y el sur de Brasil. La consultora espera que la tendencia hacia un clima más seco y más cálido finalmente se rompa y se reanuden las lluvias, pero la situación deberá ser monitoreada de cerca.