Microtractores con norma IRAM: un avance hacia la seguridad y eficiencia

La mecanización en el campo argentino avanza con tecnología adaptada a las necesidades de los productores

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La mecanización en el campo
La mecanización en el campo argentino avanza con tecnología adaptada a las necesidades de los productores

La tecnología agrícola avanza con paso firme, y una de las últimas innovaciones en este campo son los microtractores de mancera, cuya seguridad y fiabilidad han sido recientemente certificadas gracias a una nueva norma IRAM. Este hito es fruto del trabajo conjunto entre el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM), quienes lograron implementar una norma que garantiza la seguridad de estos vehículos, promoviendo su confiabilidad y abriendo nuevos caminos para su exportación.

Los microtractores, pequeños pero potentes, son herramientas clave para la agricultura a pequeña escala y los cultivos intensivos. Sin embargo, su efectividad depende de que estén diseñados y fabricados con estándares de seguridad rigurosos. La nueva Norma IRAM 8076-3, recientemente aprobada, establece los requisitos de seguridad para los microtractores de mancera, definiendo las condiciones mínimas que deben cumplir estos equipos para operar de manera segura. Esto incluye todo, desde el diseño hasta los procesos de fabricación, asegurando que cada máquina sea confiable y segura para el usuario.

Un paso hacia la internacionalización

Esta norma, además de garantizar la seguridad en el ámbito local, facilita la exportación de microtractores argentinos al alinearse con estándares internacionales. Según Ángel Romito, representante del Instituto de Ingeniería Rural ante IRAM, la creación de esta norma fue impulsada por la creciente demanda de microtractores de mancera, especialmente aquellos destinados a trabajos hortícolas. Con la aprobación de la norma, no solo se asegura la calidad y la seguridad de los productos, sino que también se fomenta el desarrollo económico al facilitar su acceso a mercados internacionales.

“Una máquina homologada, fabricada bajo norma, es una máquina segura y confiable”, destaca Romito, subrayando que los productos normados brindan certeza a los usuarios y consumidores, quienes pueden confiar en que están utilizando maquinaria que cumple con los más altos estándares de seguridad.

Los microtractores son herramientas clave
Los microtractores son herramientas clave para la agricultura a pequeña escala, pero su efectividad depende de que estén diseñados y fabricados con estándares de seguridad rigurosos

El “Chango”: un microtractor innovador

Un ejemplo claro de esta revolución tecnológica es el microtractor “Chango”, desarrollado por el INTA. Este equipo ha sido diseñado no solo para mejorar la eficiencia en las labores agrícolas, sino también para ofrecer un producto que cumpla con las normas de seguridad más exigentes. Sergio Justianovich, diseñador industrial e investigador del IPAF Pampeano, destaca la importancia de contar con una norma que garantice la seguridad de los productos. “La interacción entre el operario y la máquina en la agricultura a pequeña escala aumenta los riesgos, por lo que la seguridad es esencial”, explica.

El “Chango” es un microtractor ligero, de tan solo 170 kg, que se ajusta a las necesidades de los productores agropecuarios que aún dependen de la tracción animal. Con una capacidad de tracción equivalente a un caballo y medio, y una velocidad de trabajo similar a la de una persona caminando, el “Chango” permite a los pequeños productores mecanizar tareas como la preparación del suelo, la siembra y el acarreo. Además, también puede ser utilizado para tareas estacionarias como el bombeo de agua, la molienda o el aserrado, lo que lo convierte en una herramienta versátil y eficiente.

Normalización: clave para la seguridad y el desarrollo

Juan Pablo D’Amico, investigador del INTA en mecanización agraria, resalta la importancia de la normalización en la agricultura. Asegura que, además de la innovación, el “Chango” fue diseñado pensando en la ergonomía y la seguridad del usuario, un aspecto fundamental cuando la maquinaria está en contacto directo con el operario. “El desarrollo de maquinaria para la agricultura debe ir acompañado de normativas que aseguren la seguridad y la comodidad de quienes la operan”, señala D’Amico.

En la Argentina, más de 67.000 productores aún utilizan tracción animal para sus labores agropecuarias. Para muchos de estos productores, el “Chango” representa una oportunidad única de acceder a una maquinaria moderna y segura, que les permitirá aumentar la productividad de manera significativa.

Un futuro más seguro y eficiente

El camino hacia una agricultura más mecanizada y segura está marcado por estos avances en la normalización de la maquinaria. Con el respaldo de normativas que aseguran la calidad y la seguridad de los productos, los microtractores argentinos no solo ganan terreno en el mercado local, sino que también tienen la posibilidad de expandirse internacionalmente. El trabajo conjunto entre el INTA y el IRAM es un claro ejemplo de cómo la innovación y la seguridad pueden ir de la mano, ofreciendo soluciones efectivas y accesibles para los productores agropecuarios de Argentina y del mundo.

Fuente: Inta

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