Noviembre dejó registros “sorprendentes” en lo que respecta al desempeño del maíz argentino en el mercado de exportación, señala un informe elaborado por los especialistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Blas Rozadilla y Emilce Terré. Agrega que, según estimaciones basadas en los datos de la agencia marítima NABSA, se habrían despachado al exterior poco más de 2,5 millones de toneladas del cereal durante el mes pasado, transformándose en el segundo mayor registro en la historia para el mes en cuestión. La tendencia venía dándose desde octubre, que en este año marcó el tercer mayor registro de la historia con 2.672.429 toneladas exportadas.
En la última década, los despachos al exterior de maíz en noviembre cayeron 28% en promedio respecto a octubre y nunca se redujeron menos de 10%. Este año, en cambio, los registros para ambos meses fueron muy próximos, con una caída de tan sólo 6,3%.
El estudio de Terré y Rozadilla agrega que noviembre también se destacó en el avance de los compromisos de venta al exterior de maíz, con DJVE registradas durante el mes por un total de 2.136.387 toneladas para la actual campaña comercial. Se trata del mayor volumen histórico de declaraciones de ventas durante noviembre para una campaña comercial vigente, superando en 12% al noviembre del año pasado.
Como consecuencia de las “sorpresas” que trajo noviembre para el maíz argentino en el frente externo, la BCR aumentó en 500.000 toneladas su estimación de exportación del cereal durante la campaña 2023/24, alcanzando los 34 millones de toneladas. Este total implicaría el ingreso de más de 6.900 millones de dólares a la economía argentina.
Las ventas externas del maíz de la nueva campaña son inciertas
De cara a la nueva campaña, explican en el informe, la evolución de las declaraciones de ventas al exterior de maíz para despachar a partir de marzo del próximo año muestra el avance más lento desde la campaña 2018/19. A esta fecha, sólo se declararon 400.000 toneladas de ventas externas de maíz de la campaña 2024/25.
El estudio elaborado por Rozadilla y Terré explica que “con una macroeconomía más estable en la actualidad, un dólar que se ha debilitado contra el peso en los últimos meses y una tasa de interés atractiva debido a la consistente baja de la inflación, no hay incentivos para anticipar el pago de los derechos de exportación”. Además, subrayan, “el sector se entusiasma con una posible baja de las retenciones”, impuesto sobre el que el actual gobierno ya ha manifestado su disgusto, pero que aún no ha modificado.