Un conocedor de los vericuetos del mercado mundial de fertilizantes asegura que la urea se ha tomado un descanso, pero advierte que es razonable esperar un rebote con la llegada del nuevo año. “Es la siesta invernal habitual, con precios que se han reducido lentamente en días recientes”, enfatiza. Hace referencia desde ya el periodo frío en el hemisferio norte, que comienza en los últimos meses del año. “La actividad comercial sigue tan tranquila como un bosque cubierto de nieve”.
Los precios mundiales de la urea cayeron a pesar de las compras de más de 1 millón de toneladas por parte de la India –el país que suele mover la aguja en materia de fertilizantes-, y las perspectivas parecen débiles ya que no se visualiza otro mercado dispuesto a intervenir en el corto plazo. Brasil, el peso pesado del negocio agrícola global, lidera la baja en el caso de este nitrogenado (CFR USD 330 en promedio).
Si hay un mes de letargo en el mundo de la urea, es diciembre claramente. La presión sobre las cotizaciones de este fertilizante crece a medida que aumentan las especulaciones sobre el momento de la próxima licitación que podría frenar la caída. “Los compradores, como osos dispuestos a hibernar, se han retirado, dejando los planes de adquisición en el limbo. Pocos están dispuestos a levantar el producto ahora, y prefieren esperar hasta mediados de enero para despertar de la pausa navideña”, subraya el especialista.
Según su expertise, enero implicará ponerse en marcha. Con el nuevo año llegará una renovada demanda global, que se espera que devuelva a la vida al mercado de la urea. Europa, América Latina, Estados Unidos y la India se están preparando para volver a entrar en acción y cambiar el rumbo de la debilidad de diciembre. “Por lo tanto, aunque parezca que el mercado de la urea se está quedando dormido bajo la nieve del comienzo del invierno, no se preocupen, solo se está recargando”. El aumento de la demanda de enero promete dar a los precios una llamada de atención muy necesaria, preparando el escenario para un comienzo dinámico en 2025.
En resumen, el mercado de la urea permanece en calma, pero esto no durará mucho tiempo. Por lo demás, resta saber qué hará Trump a partir de enero, con su idea de aplicar aranceles del 25% a los productos provenientes de Canadá, más los castigos pergeñados para China. Se cree que los nitrogenados se verán afectados, pero los perjuicios para los potásicos serán enormes. Habrá que ver cómo repercute en el negocio global considerando el peso de Estados Unidos en el planeta agrícola.
Entre nosotros hay otros condimentos. El gobierno decidió dejar sin efecto el adelanto del 95% del Impuesto PAIS para acceder a la importación de bienes o servicios. Lo hizo 30 días antes de terminar con este gravamen. La nacionalización exigía un anticipo de este tipo, que después es utilizado al momento de pago (acceso al MUCL). Ya no será obligatorio.
IF destaca que la novedad generó cambios en los precios, principalmente en la urea, un producto que mantuvo sus niveles de oferta (producción e importación) pero cuya demanda ha venido retrocediendo a lo largo del año. En principio los precios de la urea cayeron entre USD 10 y USD 15. Algunos importadores tomaron la iniciativa y luego otros los siguieron, básicamente debido a la falta de demanda que afecta a este y otros productos destinados a aportar nutrientes a los cultivos.
En el resto de los fertilizantes, la consultora advierte que no hubo modificaciones significativas ni se dio la volatilidad observada en la urea. Esto se debe en parte a una oferta equilibrada frente a la escasa demanda. En soluciones nitrogenadas o en nitrogenados azufrados hay faltantes debido a que el principal proveedor de este mercado –lo mismo en el caso de otro abastecedor habitual- se quedó sin mercadería disponible y tiene entregas programadas recién a partir de enero. Sin embargo, la modesta demanda hizo que los precios no subieran.
En el caso de los fertilizantes fosfatados, la situación es similar. Algunos importadores reportan faltantes de MAP y DAP. Por ello, estos productos no se ofrecen como opciones puras, sino a través de mezclas físicas con superfosfato simple. Esto ha mantenido los precios estables. Ante la falta de oferta, lejos de incrementarse, los precios se equilibran debido una la demanda limitada.
A ciencia cierta, el requerimiento de urea por parte del productor no depende tanto del precio, sino de la estructura de costos y los tiempos de siembra. Por ende estos cambios, limitados y coyunturales, llegan en un momento en que poco pueden servirle al agroempresario, salvo en el caso del maíz tardío. De todos modos la aplicación de retenciones esteriliza cualquier ventaja puntual que pueda obtenerse.