La reciente apertura de los mercados de Omán y Namibia para la exportación de equinos en pie consolida el posicionamiento de Argentina como uno de los principales actores en la comercialización de caballos de alto valor. Este logro, producto de arduas negociaciones y del fortalecimiento de los controles sanitarios, pone en evidencia la capacidad del país para satisfacer las exigencias de mercados con estándares muy elevados.
Una tradición de excelencia
Argentina es reconocida mundialmente por la calidad de sus equinos, que destacan tanto en disciplinas deportivas como en actividades reproductivas. Razas como el Pura Sangre de Carrera, el Polo Argentino y el Criollo han sido protagonistas en pistas y campos alrededor del mundo. Sin embargo, alcanzar nuevos destinos no es solo cuestión de genética: detrás de cada exportación hay una estructura sólida de sanidad, control y diplomacia que respalda cada envío.
El acuerdo con Omán: un puente hacia Medio Oriente
La apertura del mercado omaní fue oficializada tras la aprobación del modelo de Certificado Veterinario Internacional (CVI) por parte del Ministerio de Agricultura, Recursos Pecuarios y Recursos Hídricos del Sultanato de Omán. Este certificado asegura que los caballos exportados cumplen con rigurosos requisitos sanitarios y garantiza la fluidez del comercio entre ambos países.
La negociación, liderada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) en conjunto con la Cancillería argentina, también refleja el interés creciente de los sectores privados omaníes en incorporar equinos argentinos para deporte y reproducción. Esto, además, fortalece los lazos comerciales entre Argentina y un mercado estratégico en Medio Oriente, que ya ha demostrado ser un importante receptor de productos agropecuarios nacionales.
Namibia: un desafío sanitario superado
Por su parte, Namibia, un país con condiciones agroecológicas y demandas sanitarias muy específicas, también abrió sus puertas a los equinos argentinos tras un proceso de diálogo técnico y diplomático. Durante la visita de una comitiva namibia a Argentina, el Senasa presentó un detallado informe sobre la situación sanitaria del país, destacando la ausencia de casos de encefalomielitis equina desde abril de 2024 y los avances logrados en la vacunación y el monitoreo de enfermedades.
Uno de los aspectos clave de este acuerdo fue la adecuación de los requisitos sanitarios, como la eliminación de la prueba de PCR negativa para encefalomielitis equina y la revisión de las exigencias vinculadas a la arteritis viral equina. Estas flexibilidades, acordadas sin comprometer la seguridad sanitaria, facilitarán un comercio más dinámico y accesible.
Un impacto global
Los recientes acuerdos no solo representan nuevas oportunidades económicas para el sector equino, sino que también consolidan la reputación de Argentina como un proveedor confiable en mercados de alta exigencia. En 2024, el país certificó la exportación de 2.835 equinos en pie a los cinco continentes, destacándose envíos a la Unión Europea, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos, además de otros destinos con estrictos requerimientos como China, Japón, Chile y Malasia.
Cada nuevo destino alcanzado es una demostración de la capacidad argentina para adaptarse a las normativas internacionales y garantizar la calidad sanitaria de sus productos. Este esfuerzo conjunto entre el sector público y privado no solo amplía las fronteras comerciales, sino que también impulsa a Argentina como un referente global en genética y manejo equino.
El camino hacia un futuro prometedor
La incorporación de Omán y Namibia a la lista de destinos consolida un trabajo estratégico que no se detiene. Desde la planificación de los monitoreos sanitarios hasta las negociaciones internacionales, el esfuerzo de organismos como el Senasa y Cancillería es una muestra de cómo la sinergia entre entidades puede abrir puertas en mercados tan diversos como exigentes.
Con estos avances, el sector equino argentino se perfila como una pieza clave en la economía agroexportadora del país, sumando valor a la cadena productiva y posicionando al caballo argentino como símbolo de calidad, tradición y excelencia en el mundo.
Fuente: Senasa
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