China es considerado el principal importador mundial de alimentos y commodities agrícolas, desempeñando un papel central en el comercio internacional de estos productos. El marcado crecimiento económico del gigante asiático ha fortalecido la demanda de muchos productos argentinos en las últimas décadas. Mientras en 1993 China era destino del 1,2% de las exportaciones, para 2023 representó casi el 8% del valor exportado al exterior, luego de alcanzar un máximo de 10,5% de las exportaciones en 2019.
Un informe elaborado por los analistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Natalia Marín, Guido D’Angelo y Emilce Terré puntualiza que, en 2023, Argentina exportó a China más de 4.400 millones de dólares en productos de la cadena agroalimentaria, representando más del 85% de las exportaciones totales hacia este destino. Entre los principales productos enviados a ese destino se destacan carne bovina, poroto y subproductos de soja, cebada y sorgo. En ese contexto, China se ha consolidado como el segundo destino más relevante para las exportaciones argentinas, detrás de Brasil.
El estudio indica que, en el promedio de los últimos 5 años, más del 75% de las exportaciones a China consistieron en productos del complejo soja o carne y cueros bovinos, fundamentalmente poroto de soja y carne bovina deshuesada y congelada. En este sentido, China es destino de más de 90% de las exportaciones de poroto de soja desde Argentina y más de la mitad de las exportaciones argentinas de carne bovina.
¿Crecerá la compra de granos desde China en la próxima década?
El análisis de la BCR detalla que el Sistema de Monitoreo Agrícola y Alerta Temprana (CAMES) del Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China estima que la producción de granos alcanzaría en 2024 los 704 millones de toneladas, y proyecta para 2028 un volumen total de cosecha que superaría los 738 millones de toneladas. En tanto que para 2033 esperan que la producción granaria supere los 766 millones de toneladas.
En cuanto a la importación de granos para los próximos diez años, el CAMES anticipa una disminución desde un estimado de 141 millones de toneladas en 2024 a 116 millones en 2028; y a 110 millones en 2033, lo que representa una reducción del 30% en la próxima década.
China reduciría 20% sus importaciones de soja
En lo que respecta a la soja, en particular, el gobierno chino proyecta que la producción llegará a 21,5 millones de toneladas para 2024, para totalizar 29,4 millones de toneladas en 2028 y llegar a 35.6 millones de toneladas en 2033, lo que representaría un aumento total del 50% en la próxima década.
Contrariamente, prevén que el consumo de la oleaginosa aumentaría moderadamente, pasando de 110 millones de toneladas en 2024 a 112 millones de toneladas en 2028 y 113 millones de toneladas en 2033, con una tasa de crecimiento proyectada del 0,3% anual. Con este escenario de crecimiento en la producción nacional y estabilidad en el consumo, el CAMES espera una reducción en las importaciones de soja, de 91 millones de toneladas en 2024 a 81 millones de toneladas en 2028, alcanzando 79 millones de toneladas en 2033, lo que representaría una caída del 20% en la próxima década.
Los analistas de la BCR explican que las proyecciones de OCDE-FAO y USDA son menos optimistas en cuanto a la autosuficiencia de China en la producción agrícola, y anticipan un crecimiento continuo en las importaciones.
Los principales proveedores de soja para el país asiático son Estados Unidos y Brasil (que en 2023 logró una exportación récord al gigante asiático, de casi 100 millones de toneladas, representando el 70% de sus colocaciones externas de la oleaginosa), seguidos por Argentina.