La historia es conocida. El trigo es el único producto de base agropecuaria en el cual Brasil no tiene un rol descollante. Es más, es el único que todavía debe importar activamente, una asignatura pendiente que han prometido solucionar en el mediano plazo. Con el concurso de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), una estructura similar a la de nuestro INTA, ya cuentan con variedades adaptadas a condiciones subtropicales.
A partir de este material genético, las fichas están puestas en el siempre poderoso Cerrado brasileño, que ya ha hecho milagros con el maíz y la soja, convirtiendo al vecino país en una potencia agroalimentaria global. Cierto, con el trigo es más difícil, pero la decisión está tomada. Además, hay progresos en el sur del país, la zona tradicional de cultivo del cereal, si bien el clima no siempre colabora.
Una estimación de Embrapa muestra que Brasil tiene un potencial de siembra de trigo que podría proyectarse en torno de los 12 millones de hectáreas, muy por arriba de la superficie actualmente dedicada al cultivo. Eso implica que en el momento de la cosecha, la producción sería cuatro veces mayor, lo que ya haría que el país fuese autosuficiente en trigo.
Brasil consume entre 12 y 13 millones de toneladas de este cereal cada año. Hace dos años el país estuvo cerca del gran objetivo, con un volumen logrado de 10.5 millones de toneladas. Pero cuando en clima no acompaña, y hasta que las nuevas regiones hagan su aporte, el socio del Mercosur seguirá dependiendo de las importaciones, sobre todo desde Argentina. Estados Unidos y Rusia ven a Brasil como un cliente atractivo, pero el arancel externo común los complica sobremanera.
El punto es que ahora StoneX redujo la previsión de cosecha de trigo de Brasil a 7,5 millones de toneladas. Se trata de una caída del 5% respecto de la previsión del mes anterior y del 7% en relación al año pasado. Según la consultora, la nueva reducción del potencial de producción nacional se debe esta vez a pérdidas principalmente por la sequía que perjudicó la productividad en los estados de Paraná y San Pablo. StoneX también redujo la previsión de exportación de trigo de Brasil a 1,5 millones de toneladas en 2024/25, es decir, un volumen 46% menor en la comparación interanual.
Dada esta situación, la expectativa de importaciones en 2024/25 se ajustó ligeramente hasta los 6,49 millones de toneladas, lo que supondría un aumento de casi el 14% respecto de la temporada anterior. Al menos por este año, las chances de alcanzar el autoabastecimiento en trigo han quedado lejos.
En este contexto, la información indica que Brasil anunció la implementación de un nuevo sistema de gestión de riesgo para la importación de trigo argentino, a partir del 1º de diciembre de 2024, en todos los puertos del país. El anuncio fue realizado durante el 31º Congreso Internacional de la Industria del Trigo, organizado por la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo) en Foz de Iguazú, estado de Paraná.
La medida, presentada por el secretario adjunto del Ministerio de Agricultura y Pecuaria (MAPA), Allan Rogério de Alvarenga, busca simplificar el proceso de importación del grano argentino sin comprometer la seguridad alimentaria. En la práctica, la inspección de los productos que ingresan a Brasil, antes aplicada al 100% de la carga, se reducirá al 10%, con el control realizado por un sistema integrado en un único portal. Este cambio permitirá el seguimiento de todos los ingresos, así como seleccionar las cargas que serán sometidas a inspección física y toma de muestras, mientras que las demás serán liberadas directamente para su procesamiento o destino. Esto agilizará la importación y reducirá costos para la industria del trigo en Brasil.
El proyecto se desarrolló en colaboración con la Receita Federal, el MAPA, Abitrigo y el Sindicato de la Industria del Trigo de San Pablo (Sindustrigo), y ya fue probado en un piloto exitoso en el puerto de Santos en 2023. La iniciativa fue bien recibida por el sector, y se considera esencial para el abastecimiento de los molinos y la producción de productos derivados del trigo.
Según TF Agroeconomic, promediando noviembre el mercado del trigo en el sur de Brasil tiene precios estables, con la cosecha avanzando en varias regiones y en mucho casos próxima a concluir. Los valores oscilan entre el equivalente a USD 208 para el mercado interno y USD 226 para la exportación. El estado de Paraná ha sido uno de los que han sufrido las pérdidas más importantes. Se espera que la producción de trigo alcance los 2,3 millones de toneladas, con una caída del 36% respecto a la cosecha de 2023.
Podría concluirse que Brasil sigue privilegiando las importaciones de trigo argentino, y no es solo debido al arancel externo común, lo cual no significa que nuestros exportadores deban relajarse a la hora de satisfacer las necesidades del cliente.