Conocida como “fruta del dragón”, la pitahaya conquista mercados internacionales por su sabor y beneficios nutricionales. El INTA impulsa investigaciones para posicionar a Argentina como un nuevo competidor en el creciente mercado global de esta fruta.
La pitahaya, o fruta del dragón, no solo impresiona por su apariencia única y su sabor dulce y delicado, sino también por sus beneficios para la salud. Rica en antioxidantes, vitamina C y fibra, esta fruta se ha convertido en un símbolo de alimentación saludable, impulsando su popularidad en los mercados internacionales.
Actualmente, la producción mundial de pitahaya está concentrada principalmente en Asia. Vietnam lidera con más del 50% de la producción global, seguido por China e Indonesia. Sin embargo, otros países comienzan a emerger en el mercado en los últimos años como Ecuador, que viene aumentando su producción exponencialmente.
El desafío argentino: entrar al mercado global
En Argentina, el INTA ha identificado un gran potencial para el cultivo de pitahaya, particularmente en regiones áridas y semiáridas del norte del país. Según las investigaciones en marcha, esta fruta podría convertirse en una opción viable para diversificar la producción agrícola nacional y generar nuevas fuentes de ingreso para los productores locales.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria está evaluando cómo optimizar el cultivo de pitahaya, adaptándolo a las condiciones agroecológicas argentinas. Entre los aspectos estudiados se encuentran las prácticas agronómicas, el manejo de plagas y enfermedades, y estrategias para mejorar la comercialización de esta fruta.
“Queremos que la pitahaya sea una alternativa real para los pequeños y medianos productores del país”, señalaron desde el equipo de investigación del INTA. Este enfoque no solo busca aumentar la producción interna, sino también posicionar a Argentina en el mercado internacional.
Oportunidades y desafíos del cultivo de pitahaya
El cultivo de pitahaya ofrece múltiples beneficios. Esta fruta es altamente adaptable a condiciones climáticas adversas y requiere menos agua que otros cultivos, lo que la hace ideal para zonas con estrés hídrico. Además, su creciente demanda asegura precios competitivos en el mercado global, donde las variedades no tradicionales son cada vez más apreciadas.
No obstante, hay desafíos por superar. En primer lugar, establecer sistemas de cultivo eficientes y sostenibles que garanticen la calidad del producto. En segundo lugar, generar un esquema logístico que permita una exportación eficiente, teniendo en cuenta que la pitahaya es una fruta delicada que requiere cuidado especial durante su transporte.
La importancia del mercado global y su impacto local
La creciente popularidad de la pitahaya está vinculada a la demanda de alimentos saludables y exóticos. Según datos recientes, los consumidores buscan cada vez más productos ricos en nutrientes y sostenibles, lo que posiciona a esta fruta como una opción destacada en las góndolas internacionales.
Para Argentina, ingresar a este mercado representa una oportunidad única para diversificar su matriz exportadora y generar empleos en zonas rurales. Además, el cultivo de la pitahaya podría tener un impacto positivo en la economía local, especialmente en comunidades donde las opciones agrícolas son limitadas.
Un futuro prometedor para la fruticultura argentina
Con un mercado global en crecimiento y consumidores cada vez más interesados en productos de alta calidad y sostenibles, Argentina tiene la oportunidad de convertirse en un nuevo referente en la producción de esta exótica fruta.
Si bien el camino no está exento de retos, los avances tecnológicos y las investigaciones en curso colocan al país en una posición favorable para aprovechar el potencial de la pitahaya y consolidar su lugar en el mercado internacional.
Fuente: Inta