La rabia paresiante, una enfermedad letal que afecta al ganado bovino y representa un riesgo importante para la salud humana, ha impulsado a un equipo de científicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la ANLIS-Malbrán a desarrollar vacunas de última generación. Estas nuevas soluciones, basadas en tecnología recombinante, ofrecen una alternativa segura y avanzada a las vacunas tradicionales y prometen inducir una respuesta inmune fuerte y duradera sin riesgo de diseminación del virus en el organismo vacunado.
María Paula Del Médico Zajac, investigadora del INTA y del CONICET, expresó el entusiasmo del equipo por los resultados obtenidos en las pruebas preclínicas, que hasta el momento han mostrado alta eficacia en los nuevos candidatos vacunales. Estos avances marcan un hito en el control de una enfermedad que, aunque prevenible, sigue generando pérdidas económicas importantes en el sector ganadero y representa un riesgo zoonótico global.
Rabia: un problema de salud pública global
A nivel mundial, la rabia sigue siendo una carga sanitaria significativa, especialmente en áreas de Asia y África, donde se registran cerca de 59,000 muertes humanas cada año. En el 99 % de los casos humanos, el contagio proviene de mordeduras de perros infectados, lo que subraya la importancia de la vacunación en animales domésticos. En América, sin embargo, donde el control en perros ha sido efectivo, el murciélago hematófago se ha convertido en el vector primario de transmisión, afectando a especies de ganado en países como Argentina y otras naciones de Sudamérica.
Los costos financieros relacionados con el tratamiento post-exposición y otras medidas alcanzaron un estimado de 8.6 mil millones de dólares en 2018, destacando la necesidad de avanzar en el desarrollo de vacunas accesibles y de rápida aplicación, especialmente en áreas rurales donde el acceso a tratamientos es limitado. En esta línea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones han subrayado la importancia de este tipo de vacunas como medida preventiva fundamental.
Innovación en vacunas de tercera generación
Las vacunas de tercera generación, desarrolladas por INTA y ANLIS-Malbrán, se distinguen por el uso de vectores virales que no se diseminan en el organismo del animal vacunado, asegurando así una opción segura tanto para los animales como para los humanos que manipulan el ganado. Esta tecnología de vanguardia disminuye los riesgos asociados con el virus en el proceso de vacunación y garantiza una inmunidad más prolongada.
La iniciativa argentina para mejorar la seguridad y eficacia de las vacunas antirrábicas no solo representa un avance en la lucha contra la rabia paresiante, sino que también reafirma el compromiso del país con la innovación biotecnológica aplicada al sector ganadero, una línea estratégica en la prevención de zoonosis y en la mejora de la salud pública en Argentina.
Una estrategia global integrada
La rabia sigue siendo un problema de salud pública a nivel global, y los avances en tecnología de vacunas en Argentina se alinean con el enfoque de “Una Salud”, promovido por la OMS. Esta estrategia global fomenta la colaboración interdisciplinaria entre salud humana y animal, apoyando la vacunación masiva y las campañas de sensibilización comunitaria. A nivel mundial, estas acciones buscan reducir la carga de la rabia y lograr el objetivo de cero muertes humanas por rabia para el año 2030, un objetivo compartido entre distintas instituciones y países.
Este trabajo conjunto de INTA y ANLIS-Malbrán no solo aporta una perspectiva innovadora en la lucha contra la rabia paresiante, sino que también posiciona a Argentina como líder en soluciones de biotecnología de última generación para la sanidad animal.
Fuente: Inta