Los Castellanos, generaciones de campo

Llegaron hace una centuria desde las Islas Canarias, se arraigaron en Lobería y hoy viven entre la velocidad del automovilismo, la agricultura y la ganadería

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Los Castellanos, entre las pistas
Los Castellanos, entre las pistas y el campo,sus dos pasiones(Jonatan Castellano)

“Los Castellanos vivieron, viven y vivirán del campo”, señala un antiguo axioma familiar que el automovilista, Jonatan Castellano replica en diálogo con Chacra TV.

Define a su familia como “un clan que hace generaciones se arraigó en territorio bonaerense, adoptando al agro como una forma de vida. El pionero fue el bisabuelo de Jonatan, que llegó a la Argentina desde las Islas Canarias, España, escapando de la guerra y las dificultades económicos que muchos europeos vivían en aquellos años.

Su lugar de destino fue Lobería, una localidad costera, ubicada en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. Con el trascurso del tiempo, el canario fue transmitiendo sus conocimientos a su hijo, quien fue el responsable de armar el establecimiento. El abuelo de Jonatan, con dedicación y esfuerzo, fue agrandando y mejorando el emprendimiento. Como en toda empresa familiar, fue luego su padre Oscar quien tomó la conducción del negocio, siendo el primero en introducir el riego en la zona, en el año 1993. Más tarde, Jonatan y su hermana Fabiola, se sumaron para continuar con el legado, incorporando nuevas tecnologías y conocimientos.

“Los Castellanos vivieron, viven y
“Los Castellanos vivieron, viven y vivirán del campo” (Jonatan Castellano)

En la actualidad, trabajan dos campos. Uno, dedicado exclusivamente a la agricultura, destinado a la siembra de trigo, soja, maíz, cebada y girasol. El otro, es un establecimiento ganadero, donde hacen ciclo completo y engorde, y en la que trabajan con las razas Aberdeen Angus y Holando Argentino.

Su primer recuerdo de infancia es su propia imagen subido a un tractor, aprendiendo a conducirlo. “Pincho”, como lo apodaron siendo muy joven, recuerda con emoción que “desde chico acompañaba al viejo a cada cosecha” y -como buen conocedor de los tiempos del campo- explica: “obviamente siempre participaba de la zafra de la fina, porque era mi período de vacaciones en la escuela”. Y enfatiza: “disfrutaba mucho acompañándolo y teniendo momentos con mi padre”. “Cuando era chico, me querían llevar a la pileta en los veranos, pero yo no aceptaba, y … ¡me iba al campo a trabajar!”, subraya en diálogo con Chacra TV.

Pasión por la velocidad

Su pasión por los coches vino, sin dudas, de la mano de su padre Oscar Castellano, un automovilista destacado del Turismo Carretera, que debutó el 20 de septiembre de 1981, disputando 157 competencias e imponiéndose en 27 oportunidades. Fue tricampeón de la categoría en 1987, 1988 (ambas con Dodge Polara) y 1989 (con Ford Falcon). Sin olvidar que fue subcampeón en 1984, 1990 y 1991. Si bien se retiró cuando Jonatan tenía 6 años, sembró en él la “semilla” del amor por los fierros y la velocidad.

Fue un amigo quien lo
Fue un amigo quien lo introdujo al mundo del karting y despertó su interés por conducir(Jonatan Castellano)

En verdad, fue un amigo quien lo introdujo al mundo del karting y despertó su interés por conducir. Ese inicio inesperado marcó el comienzo en su carrera de automovilista, un camino que sigue recorriendo hasta el día de hoy.

Corría el año 2022 cuando pensó en abandonar el automovilismo. Sin embargo, decidió poner primera y seguir adelante. Aunque la pasión era más fuerte, hubo momentos en los que el esfuerzo no era suficiente para disfrutar plenamente. “Recuerdo una carrera en la que, a pesar de no tener una mala posición de largada (12 o 14), no estaba viviendo a pleno la experiencia, y prefería estar en casa que corriendo… Después de unos meses, tomé la decisión de empezar a trabajar con una psicóloga deportiva, lo que realmente cambió mi realidad y logramos ganar el Campeonato de turismo nacional, lo que fue una gran satisfacción”.

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