Agricultura regenerativa y circular: un modelo que redefine la producción sostenible

Este enfoque innovador combina regeneración del suelo y ganadería, ofreciendo beneficios económicos y ambientales significativos

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La agricultura regenerativa y circular revoluciona la producción sostenible, mejorando la salud del suelo y reduciendo insumos químicos
La agricultura regenerativa y circular revoluciona la producción sostenible, mejorando la salud del suelo y reduciendo insumos químicos

La apuesta por prácticas agrícolas que revitalicen los suelos y reduzcan el uso de químicos no es una tendencia pasajera; se está consolidando como el camino hacia un sistema productivo más sostenible. Tras una década de estudios, el INTA destaca la agricultura regenerativa y circular como una alternativa que ofrece múltiples beneficios tanto para el suelo como para el productor, sin comprometer la productividad.

Suelos más saludables y un manejo del agua optimizado

La agricultura regenerativa fomenta la combinación de cultivos y ganadería bajo un enfoque circular, lo que impulsa la salud del suelo y favorece su capacidad de retener nutrientes. Según Juan Carlos Gamundi, investigador del INTA Oliveros, evitar el laboreo y mantener el suelo cubierto y con raíces vivas es clave para incrementar la materia orgánica y equilibrar el pH. Estas prácticas no solo promueven un suelo más fértil, sino que mejoran la infiltración de agua, lo cual reduce la erosión y protege este recurso vital.

Este modelo integra cultivos de cobertura multiespecies, que actúan como una capa protectora para el suelo, y al mismo tiempo aportan biodiversidad. Gracias a estas estrategias, se logró reducir un 77% la población de malezas y minimizar el uso de herbicidas, lo que resulta en un ahorro significativo, tanto ambiental como económico. Además, los cultivos de cobertura facilitan el cierre de ciclos de nutrientes, asegurando un suministro constante de elementos esenciales para el crecimiento de los cultivos.

El pastoreo de cultivos de cobertura genera un recurso forrajero de alta calidad para el ganado.
INTA Cañada de Gómez
El pastoreo de cultivos de cobertura genera un recurso forrajero de alta calidad para el ganado. INTA Cañada de Gómez

La biodiversidad, aliada en el control de plagas

La riqueza vegetal en los campos bajo un esquema circular crea un ambiente ideal para los enemigos naturales de las plagas. Este equilibrio ecológico reduce la dependencia de insumos químicos y fortalece el control biológico, destacaron los expertos del área de Entomología del INTA. La diversidad de especies no solo aporta polen y refugios, sino que también estimula la presencia de polinizadores y depredadores de plagas, elementos cruciales para mantener un sistema agrícola equilibrado y saludable.

Integración ganadera: forraje y sustentabilidad económica

Una de las claves en la agricultura regenerativa es integrar la ganadería de forma complementaria. El pastoreo de cultivos de cobertura genera un recurso forrajero de alta calidad para el ganado. Juan Ibarlucea, experto de INTA Roldán, explica que el uso de pasturas multiespecies permite incrementar la ganancia de peso de los animales, alcanzando hasta un kilogramo de aumento por día. Este sistema no solo permite una producción ganadera eficiente y rentable, sino que también contribuye a la sostenibilidad del ciclo productivo, superando los costos de siembra y aportando forraje de calidad.

Beneficios económicos y ambientales en una práctica adaptativa

Este enfoque integral ofrece ventajas económicas mediante ahorros en insumos y maximización del uso del suelo, mientras que sus beneficios ambientales se ven reflejados en una menor dependencia de químicos y un suelo más resiliente. La implementación de prácticas de agricultura regenerativa/circular no solo busca producir más, sino también hacerlo de manera responsable, asegurando la salud de los ecosistemas y de las futuras generaciones.

Si bien la agricultura regenerativa tiene principios universales, los investigadores subrayan la importancia de ajustar estas prácticas al contexto específico de cada región. Esto es esencial para lograr un impacto positivo y sostenible a largo plazo. La capacidad de adaptarse a las particularidades locales permitirá a los productores implementar estrategias que optimicen sus recursos y potencialicen sus rendimientos, fomentando un modelo agrícola más consciente y respetuoso con el medio ambiente.

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Fuente: Inta

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