La Red Nacional de Trampas de Monitoreo de la chicharrita del maíz, dio a conocer su sexto informe, correspondiente al período comprendido entre el 4 y el 21 de octubre de 2024, donde se observó “un incremento del porcentaje de localidades con ausencia de Dalbulus maidis” en trampas cromáticas adhesivas, incluso en regiones como el Litoral, el Centro Norte y Centro Sur, donde hay maíz implantado.
El informe puntualiza que, en todas las regiones, las localidades en las que se registraron capturas del insecto estuvieron representadas por la categoría más baja (de 1 a 4 adultos de D. maidis por trampa).
La excepción fue el NOA, donde se registró “un ligero incremento” de localidades en las que se capturaron entre 5 y 20 insectos adultos por trampa. No obstante, en esta región, al comparar datos relevados en septiembre y octubre del 2023 con los valores actuales, se observa “una reducción de más del 90% de los valores de D. maidis en trampas y en plantas de maíz”.
El relevamiento agrega que la ocurrencia de factores ambientales y la reducción en la disponibilidad del cultivo hospedante, fueron los principales factores que impactaron negativamente en la supervivencia y desarrollo de la chicharrita. Aunque advierten que será clave intensificar el monitoreo en las zonas implantadas con maíz y utilizar trampas cromáticas adhesivas, para minimizar la ocurrencia de este vector. Asimismo, subrayan que se deberá realizar una inspección directa sobre el cultivo, ya que los adultos de Dalbulus maidis que lograron sobrevivir buscarán al maíz como fuente de alimento y multiplicación. Y agregan que el cultivo de maíz presenta “el desafío de implementar un Manejo Integrado de Plagas (MIP) más consciente, donde el monitoreo se convierte en un elemento crítico y estratégico para la toma de decisiones.”, destacan desde la Red Nacional de Monitoreo.
En cuanto a las precipitaciones registradas en este último período, el informe de la Red Nacional de Trampas de Monitoreo, advierte que podrían favorecer la aparición de “maíces voluntarios”, que actuarían inicialmente como fuente de alimento para las chicharritas que sobrevivieron al invierno, incrementando el riesgo de presencia de instares inmaduros (ninfas) en las próximas semanas si no se realiza un control adecuado incrementando los monitoreos y eliminando los maíces “guachos” y el vector, en caso de ser necesario.
Por otra parte, el aumento de las temperaturas registrado durante los últimos días, trajo consigo la aparición de un complejo de chicharritas que incluye diversas especies de cicadélidos, lo que significa que no todas las chicharritas corresponden a Dalbulus maidis. Esta diversidad, subraya el relevamiento, podría complicar la estimación de las cantidades del insecto, por lo que recomiendan “realizar una identificación taxonómica precisa del vector para evitar sobreestimaciones”.