El tomate en la mira: Tucumán refuerza medidas preventivas

El monitoreo intensivo y la capacitación a productores son claves en la lucha contra el virus rugoso del tomate

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ha intensificado las acciones preventivas para evitar la llegada del temido virus rugoso del tomate (ToBRFV) (Shutterstock España)

En Tucumán, los productores de tomate y pimiento están en alerta, pero no están solos. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ha intensificado las acciones preventivas para evitar la llegada del temido virus rugoso del tomate (ToBRFV). Este virus es una seria amenaza para las plantaciones, pero gracias a los esfuerzos coordinados, el foco está puesto en la prevención.

Recientemente, equipos de Senasa visitaron las localidades de Famaillá y Lules, donde realizaron inspecciones en los cultivos. El objetivo es claro: detectar cualquier posible indicio del virus lo antes posible. Durante las visitas, se recolectaron muestras para análisis de laboratorio, y aunque hasta ahora no hay señales de infección, las autoridades siguen atentas a los resultados finales para asegurarse de que todo esté bajo control.

<b>Capacitación y prevención: aliados clave</b>

Además del monitoreo, los técnicos están trabajando mano a mano con los productores locales. En estas capacitaciones, se les enseña a identificar los primeros síntomas del virus, como manchas marrones en los frutos o arrugas en las hojas. La prevención es la mejor herramienta, y saber actuar rápido en caso de sospecha puede marcar la diferencia. Por eso, si un productor nota algo inusual, la recomendación es simple: no manipular las plantas, aislar el área y avisar de inmediato a las autoridades.

El virus rugoso del tomate es relativamente nuevo, fue descubierto en 2014 en Israel, pero desde entonces se ha propagado rápidamente por distintos continentes EFE/ Marcelino Rosario

Este trabajo de prevención no se limita solo a Famaillá y Lules. Otras zonas de la provincia, como el Valle de Tafí, también recibirán visitas del equipo de Senasa, con el objetivo de proteger una región clave para la agricultura local.

<b>Producción nacional</b>

¿Cuánto tomate consumen los argentinos? El tomate es la segunda hortaliza más consumida en Argentina: 16 kg por persona por año de tomate en fresco, lo cual explica la necesidad imperante de cuidar su producción.

Las principales zonas productoras de tomate son las provincias de Mendoza y San Juan (región cuyana) Salta y Jujuy (región NOA), Corrientes y Formosa (NEA), Rio Negro, y Buenos Aires, provincia en la cual se destacan los cinturones hortícolas bonaerense y La Plata, Mar del Plata y Sur de Bs.As. Además, los cinturones hortícolas que se ubican alrededor de las principales ciudades del país también contribuyen al abastecimiento de los centros de consumo que circundan.

San Juan y Mendoza son los principales productores de tomate para industria en el país y en esta temporada se cultivaron unas 8100 hectáreas, 300 más que en la temporada 2023. Tucumán, por su parte, tiene un producción promedio de 800 hectáreas según el último censo agropecuario.

<b>El desafío del virus rugoso</b>

El virus rugoso del tomate es relativamente nuevo, fue descubierto en 2014 en Israel, pero desde entonces se ha propagado rápidamente por distintos continentes. Afecta tanto a tomates como a pimientos, y las plantas infectadas ven disminuida su producción y calidad, lo que puede ser un golpe duro para la economía agrícola.

En Argentina, se ha tomado en serio esta amenaza. La Resolución 569/2023 de Senasa declaró una alerta fitosanitaria hasta diciembre de 2024, un tiempo clave para intensificar las acciones de vigilancia en todo el país. La colaboración entre Senasa, INTA e INASE está siendo crucial para frenar la expansión del virus, trabajando desde las semillas hasta los cultivos en campo.

<b>Un esfuerzo conjunto por la seguridad agrícola</b>

El plan de acción no se detiene en esta provincia. Las inspecciones seguirán en las principales zonas productoras, mientras los técnicos siguen capacitando a los productores para que estén preparados ante cualquier señal de alarma. Hay un solo fin: prevenir y, si es necesario, actuar rápidamente para contener el virus.

La lucha es continua y las acciones preventivas que se están llevando a cabo en Tucumán son parte de un esfuerzo mayor para proteger una de las actividades más importantes de la región. La producción de tomate y pimiento no solo es esencial para la economía local, sino también para la alimentación de muchas familias.

Si hay sospecha de infección, el llamado es simple: no tocar las plantas y contactar a las oficinas de Senasa, INASE o INTA para que los expertos actúen de inmediato. Con estos esfuerzos conjuntos, la agricultura de Tucumán sigue siendo fuerte y resiliente.

Fuente: Senasa