Precisión y profundidad: dos claves para optimizar la siembra de maíz

La uniformidad en la siembra y el uso de nuevas tecnologías son esenciales para potenciar la producción de este cereal

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Dos de los factores más
Dos de los factores más relevantes para optimizar la producción del maíz son la uniformidad en la distribución espacial y la profundidad de las semillas

Con la campaña de maíz en puerta, es fundamental poner la lupa sobre los aspectos técnicos que garantizan una siembra de calidad, ya que influyen directamente en el rendimiento del cultivo.

Dos de los factores más relevantes son la uniformidad en la distribución espacial y la profundidad de las semillas, elementos que deben ser gestionados con precisión para maximizar la producción.

Los expertos en el tema destacan la importancia de mantener una uniformidad tanto en la distancia entre plantas como en la profundidad de siembra. Una emergencia desuniforme, ya sea en tiempo o espacio, puede tener un impacto considerable en los resultados finales, reduciendo la capacidad productiva del cultivo.

El coeficiente de variación: un enemigo silencioso

El coeficiente de variación (CV) mide la variabilidad en la distribución espacial de las plantas, y su aumento está directamente relacionado con una disminución en el rendimiento del maíz. Según los últimos estudios, un incremento de un punto porcentual en el CV puede generar pérdidas de entre 0.5% y 1.5% en el rendimiento. Esto ocurre porque una mala distribución de las plantas provoca una competencia desigual por los recursos disponibles, como agua, nutrientes y luz, lo que impacta negativamente en el desarrollo y productividad de las plantas.

Mantener la menor variabilidad posible en la distancia entre las semillas es, por lo tanto, clave para evitar que algunas plantas se vean favorecidas y otras se queden rezagadas en su crecimiento.

Para poder sembrar bien a
Para poder sembrar bien a altas velocidades hay ciertas tecnologías que no pueden faltar en la sembradora

Profundidad de siembra

Otro factor determinante es la mencionada uniformidad en la profundidad de siembra. Cuando esta varía, las semillas germinan a diferentes velocidades, lo que resulta en plantas con distintos grados de desarrollo. Las plantas que emergen más tarde se ven en desventaja competitiva respecto a las que emergen primero, afectando su capacidad de acceso a recursos vitales y, en consecuencia, su rendimiento. De acuerdo con diversos análisis, la falta de uniformidad en la profundidad de siembra puede traducirse en una merma de entre 5% y 15% en el rendimiento total del cultivo, según el grado de variabilidad.

Si bien sembrar a mayor profundidad puede retardar la emergencia y debilitar el sistema radicular, sembrar demasiado superficialmente puede exponer las semillas a condiciones desfavorables, como estrés hídrico o daños por temperatura. Estas diferencias también pueden afectar la sincronización de la floración y la madurez, lo que incide directamente en la calidad y cantidad de granos cosechados.

Innovaciones tecnológicas: precisión a alta velocidad

En los últimos años, el avance en las tecnologías de siembra ha sido notable. Hoy, las sembradoras están equipadas con sistemas capaces de ajustar la densidad de siembra y la dosis de fertilización surco por surco. Incluso, la incorporación de motores eléctricos en cada cuerpo de siembra ha permitido alcanzar una uniformidad sin precedentes, tanto en la distribución espacial como en la profundidad.

Además, los desarrollos recientes permiten sembrar a velocidades de hasta 20 km/h sin comprometer la calidad de la siembra. Esto es posible gracias a tecnologías como los dosificadores neumáticos de alta precisión, que eliminan dobles o faltantes en el surco, y los sistemas de entrega de semilla que aseguran una colocación suave y precisa, evitando golpes en las paredes del surco.

Otros elementos clave para sembrar a altas velocidades incluyen la correcta calibración de los barrerastrojos, ruedas compactadoras eficientes y sistemas de control de presión surco por surco que aseguran una siembra uniforme, sin importar las condiciones del terreno.

Si bien estas innovaciones llevan ya algún tiempo siendo utilizadas en los Estados Unidos, en Argentina su adopción ha sido más reciente. Sin embargo, es esperable que en los próximos años estas tecnologías se implementen masivamente, favoreciendo un aumento en la productividad y la eficiencia de la siembra de maíz en el país. Con una mejor distribución espacial y mayor control en la profundidad de siembra, los agricultores pueden esperar mejoras significativas en el rendimiento del cultivo.

La precisión en la siembra, tanto en la distribución de las semillas como en su profundidad, es fundamental para obtener los mejores resultados en la producción de maíz. Las nuevas tecnologías disponibles ofrecen herramientas que permiten sembrar con una precisión y eficiencia nunca antes vistas, abriendo un camino hacia una agricultura más productiva y sostenible.

Fuente: ProducirConservando

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