“Bambi”: la amenaza silenciosa que pone en jaque el ecosistema entrerriano

Especies invasoras como el ciervo axis y el jabalí están acelerando la expansión de la Acacia negra en Entre Ríos, poniendo en riesgo la biodiversidad y la producción agrícola

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La fauna agrava la invasión de Acacia negra en Entre Ríos (SST)
La fauna agrava la invasión de Acacia negra en Entre Ríos (SST)

Nadia sospecharía de “Bambi” y “Pumba”. A simple vista, el ciervo axis y el jabalí pueden parecer criaturas atractivas, incluso adorables, como si fueran sacados de un cuento infantil. Sin embargo, estos animales exóticos están jugando un papel clave en la expansión descontrolada de la Acacia negra en Entre Ríos.

A medida que se desplazan por los campos, dispersan las semillas de este árbol invasor, acelerando su propagación. El resultado es devastador: la Acacia desplaza a las especies nativas, deteriora los suelos y afecta gravemente la producción agrícola.

Argentina enfrenta un desafío que va más allá de los cambios climáticos y la pérdida de hábitats: las especies invasoras son un enemigo silencioso que afecta tanto la biodiversidad como la producción agrícola y ganadera que requiere soluciones coordinadas entre productores y autoridades.

Invasores peligrosos

El jabalí (Sus scrofa) fue introducido en Argentina a principios del siglo XX desde Europa y Asia para la caza deportiva. Sin depredadores naturales, su población creció exponencialmente, y en regiones como Entre Ríos su impacto es significativo. Además de diseminar las semillas de especies invasoras como la Acacia negra, los jabalíes son conocidos por su comportamiento destructivo: excavan el suelo en busca de raíces y otros alimentos, lo que genera erosión y altera los ecosistemas naturales.

El ciervo axis y el jabalí están jugando un papel clave en la expansión descontrolada de la Acacia negra en Entre Ríos.
El ciervo axis y el jabalí están jugando un papel clave en la expansión descontrolada de la Acacia negra en Entre Ríos.

Hoy, el jabalí representa un problema grave en distintas provincias del país. Su capacidad para dañar suelos y competir con la fauna nativa ha hecho que las estrategias para controlarlo se vuelvan prioritarias en regiones como Patagonia, donde su expansión no parece tener fin.

Por su parte, el ciervo axis (Axis axis), originario del subcontinente indio, fue introducido con fines similares al jabalí, principalmente para la caza. Sin embargo, al igual que otros invasores, su población ha crecido sin control en zonas como Entre Ríos. Estos ciervos no solo ayudan en la propagación de especies exóticas como la Acacia negra, sino que también compiten con la fauna nativa y afectan negativamente los ecosistemas locales.

La expansión imparable de la Acacia negra

La Acacia negra (Gleditsia triacanthos), nativa de los Estados Unidos, fue introducida en Argentina en el siglo XIX con fines productivos, principalmente para construir cercos. Sin embargo, la especie encontró en nuestro país un terreno fértil para expandirse de forma descontrolada. En Entre Ríos, la planta ha invadido tanto áreas de cultivo como zonas de monte nativo, desplazando a especies autóctonas y comprometiendo la estructura ecológica de la región.

Un estudio reciente realizado por investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) reveló que la fauna invasora —principalmente el ciervo axis y el jabalí— juega un papel clave en la expansión de la Acacia. Se descubrió que los ciervos no solo prefieren las vainas de Acacia por sobre otras especies nativas, como el espinillo, sino que también facilitan su expansión a través de los excrementos. Según el relevamiento, la densidad de semillas en algunos sectores alcanza hasta 10.000 por hectárea; como agravante, las mismas son capaces de resistir condiciones climáticas adversas y germinar una vez que el entorno es adecuado.

La recolección de heces, llevada a cabo en junio de 2023, permitió a los investigadores estudiar cómo estas especies invasoras están facilitando la expansión del árbol. Se recolectaron muestras en cultivos y áreas de monte nativo en el departamento de Gualeguaychú, revelando que más del 70% de las heces correspondían al ciervo axis, seguido por el jabalí. En el laboratorio, los científicos descubrieron que muchas de las semillas de Acacia presentes en los excrementos seguían siendo viables, lo que significa que pueden permanecer en el suelo y germinar cuando las condiciones sean favorables.

Ejemplos globales: lecciones aprendidas

El problema de las especies invasoras no es exclusivo de Argentina. En Hawái, por ejemplo, la caña de azúcar, que fue introducida para su explotación comercial, terminó desplazando a muchas plantas nativas y alterando el equilibrio de los ecosistemas. En Nueva Zelanda, la introducción de los posums australianos generó un desastre ecológico, ya que estos marsupiales devoran grandes cantidades de vegetación nativa y amenazan la supervivencia de especies locales.

Estos ejemplos internacionales muestran que la introducción de especies exóticas, si no es controlada, puede tener consecuencias devastadoras, tanto para la biodiversidad como para la economía.

¿Quién se atreve a cazar a ‘Bambi’?

La Ley N°10.485/2017, sancionada en Entre Ríos, declara de interés provincial el manejo y control de la Acacia negra. Sin embargo, como señalan los expertos, la eliminación de esta planta invasora no será efectiva sin abordar también el control de las especies animales que la diseminan, como el ciervo axis y el jabalí. Estos animales se mueven libremente por las zonas rurales, lo que hace difícil coordinar los esfuerzos de control si no se toma una acción conjunta.

El debate sobre cómo manejar estas especies invasoras plantea cuestiones éticas complejas. Mientras que cortar árboles invasores es generalmente aceptado, el control de fauna, especialmente de animales como el ciervo axis, suscita controversia. Hay quienes se oponen al control de estos animales debido a su valor estético y cultural, evocando imágenes como la del simpático “Bambi”. Sin embargo, los especialistas destacan que sin un control efectivo de la fauna, las semillas seguirán dispersándose, agravando el problema ecológico y afectando aún más los ecosistemas y la producción agrícola.

En definitiva, el manejo de especies invasoras requiere una estrategia integral, donde tanto la fauna como la flora sean controladas en conjunto. En este sentido, la Estrategia Nacional de Especies Exóticas Invasoras promueve un enfoque preventivo para evitar futuras introducciones, al tiempo que fomenta el control de las especies ya presentes en el país. El desafío, más allá de lo técnico, también exige un debate ético que equilibre el bienestar animal con la necesidad de proteger la biodiversidad y los recursos productivos

Fuente: FAUBA-Sobre la Tierra

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