Un viejo refrán asegura que “el que se quema con leche, cuando ve una vaca llora”. Es muy aplicable al productor argentino, harto de que le metan la mano en el bolsillo. Por eso, nada más delicado que errar en la comunicación y generar dudas sobre un probable aumento de retenciones, la palabra cuya sola mención eriza la piel de los hombres de campo. Y el lunes amaneció dominado por una confusión creciente.
El origen del problema deviene de los datos difundidos en materia de ingresos impositivos tras la exposición realizada por Javier Milei en el Congreso de la Nación, de los cuales surge que el monto originado por la recaudación de los cuestionados derechos de exportación crecería 100% en 2025 respecto de este año. Desde luego nadie creería que el gobierno está por duplicar la alícuota de retenciones, pero esto es la Argentina y todavía vivimos rodeados de fantasmas.
Algunos comunicadores sumaron a la confusión general avisando que “se han duplicado las retenciones”. El desconcierto crecía en las redes sociales, tanto que el ministro de Economía se vio obligado a salir a aclarar que todo era un mal entendido. “La base de comparación del año 2024 quedó muy baja, porque hubo mucho adelantamiento de exportaciones. Nada para preocuparse”, escribió en X Luis Caputo. Un hombre de su riñón habló de una cuestión de plazos de pago de los DEX y del dólar soja, que hizo que la recaudación de este año en materia de retenciones dejara la vara muy baja, dados los mayores pagos realizados en 2023. “Es lo que está afectando la comparación interanual con 2025″, afirmó.
Si bien los otros sectores alcanzados por esta gabela también tienen un rol en esta historia, el que mueve la aguja es el agro. Un especialista como David Miazzo arrojó luz sobre el tema. Según las estimaciones de cosecha y los precios actuales, el cálculo de DEX agro para 2025 arroja USD 6.500-7.000 millones; con un tipo de cambio promedio de $1.114 rondaría los $7,5 billones. El agro ha sido en promedio el 85% de los DEX totales en los últimos años; considerando este dato la diferencia porcentual entre 2024 y 2025 ya no es del 100% y se reduce sensiblemente.
“Las cuentas me dicen que el número conocido el domingo no es tan inconsistente –advierte Miazzo-. El problema es que la recaudación de este año será excepcionalmente baja, por las razones antes comentadas. Y la de 2025 será más alta que lo que surge de la proyección de exportaciones y tipo de cambio. De todos modos, nos sigue dando una diferencia de casi 2 billones de pesos”. En buen romance, hay zonas grises.
Otros observadores agregan que en 2025 se espera un volumen más importante de soja, y crecerán los aportes de la energía y la minería. Algunos son más duros –o realistas- respecto de las razones que llevaron al anterior gobierno a pedirles a las exportadoras que adelantaran los pagos. “La Administración de Fernández lo hizo para financiar la campaña del candidato del oficialismo”, aventuran. Y es altamente probable que tengan razón.
En apariencia todo este enredo devino del hecho de que no suele ser el Presidente de la Nación quien hace esta clase de anuncios. Generalmente es el ministro de Economía, con explicaciones más amplias sobre cada tema. Un detalle que Milei no tuvo en cuenta o bien desestimó en aras de otras necesidades.
Estos no son los únicos números indicados en el Presupuesto que generaron dudas. Por caso, el recorte anunciado como obligación de las provincias en materia de gastos sería en realidad sensiblemente menor. El dato de crecimiento sorprende asimismo, se cuestiona la evolución esperada para la inflación y el tipo de cambio. “Creo que es un error poner el énfasis en los números y proyecciones macro. Lo realmente relevante es la idea de explicitar una función de reacción fiscal. Esto debería ayudar a anclar expectativas”, dice un hombre cercano al gobierno.
Como fuere, las bajas registradas ayer en dólares futuros en el ROFEX, con posturas de ventas muy grandes, más las respuestas en bonos y acciones, indicarían que buena parte del mercado sigue apostando a que las metas planteadas van a cumplirse.
No puede dejar de ponderarse el compromiso con el equilibrio fiscal, la principal herramienta del gobierno para frenar la inflación. Por lo demás, en materia de tipo de cambio el gobierno no estaría mostrando todas las cartas; con el número indicado pareciera que no está pensando en unificarlo en el mediano plazo.
Es cierto, debió cuidarse el detalle. Indicar explícitamente que la Administración libertaria no está pensando en aumentar derechos de exportación al agro, cosa que taxativamente nunca se hizo. El sector que realiza el aporte sustancial que mantiene en pie a la economía argentina merece consideración. No debe sospechar que no van a subirle los impuestos, debe estar seguro de eso.
Sin otras explicaciones –de nuevo, en este país ninguna aclaración sobre temas impositivos es redundante-, los números generaron decepción entre los hombres de campo, sobre todo porque más de un productor imaginaba algún recorte en este tributo, alguna noticia de cara al inicio de la temporada de gruesa 2024/25, castigada por los bajos precios y condiciones climáticas que en apariencia no van a colaborar con la causa.
Todos esperan algún gesto respecto de este tributo nefasto, que tanto ha empantanado al sector. No pasó. Habrá que seguir esperando. “Desgraciadamente empiezo a pensar que el eterno saqueo de la Argentina al agro no tiene arreglo. No saben subsistir sin vivir del campo, ninguno de los gobiernos que hemos tenido; no conciben no usar la plata del campo”, se quejaba en las redes un productor. Esperemos que esta Administración termine demostrándole que estaba equivocado