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Nuevas idas y vueltas sobre la posible magnitud del fenómeno que definirá nuestros cultivos de verano esta campaña. Primeros pronósticos formales para la primavera

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Habitualmente La Niña genera deficiencias
Habitualmente La Niña genera deficiencias de humedad importantes en los cultivos de verano (Revista Chacra )

Conocemos de sobra las características de este fenómeno, las hemos padecido recientemente, con su espectro de fuertes pérdidas en materia de producción agropecuaria y un deteriorado ingreso de divisas al país. Después de un intervalo de un año en que se consiguió cierto alivio, estaríamos a las puertas de una nueva Niña, mucho antes de lo que hubiésemos deseado.

El tono potencial obedece a las dudas que todavía rodean a este fenómeno. Por cierto, se insiste en que vamos a enfrentar otra vez la escasez de lluvias, pero no está claro cuándo y en qué magnitud se producirá esta deficiencia. De hecho en lo que va del año la mayoría de los climatólogos han ido cambiando su visión sobre este tema, acompañando el corrimiento de los distintos modelos en pugna.

Por cierto, el mes pasado se observaron temperaturas de la superficie del mar cercanas al promedio en la mayor parte del Océano Pacífico ecuatorial, por lo que estamos claramente en una fase ENSO-Neutral. Se espera que estas condiciones continúen durante los próximos meses, con La Niña favorecida a emerger entre septiembre y noviembre (66% de probabilidad), persistiendo durante el verano del hemisferio sur 2024-2025 (74% probabilidad durante noviembre-enero).

Como se observa, hay un período de entre dos y tres meses para que este fenómeno climático alcance su punto máximo, de noviembre a enero. Los últimos datos disponibles indican ahora que el modelo europeo no muestra una Niña tan agresiva como el modelo NMME. Por su parte, la consultora estadounidense BAMWX habla de un invierno en este país (el verano en la Argentina) neutro o con un fenómeno de La Niña definidamente débil.

Las perspectivas para La Niña
Las perspectivas para La Niña se han ido suavizando con el correr de los meses (NOAA)

Bryce Anderson, meteorólogo agrícola de la consultora estadounidense DTN, confirma esta idea. A su criterio la situación a comienzos de agosto muestra que el cambio esperado de El Niño a La Niña aún no ha sucedido, lo que explicaría la excelente campaña de gruesa que se está desarrollando en Estados Unidos, la misma que actualmente condiciona los precios de soja y maíz. “Hasta ahora, en este punto del verano del hemisferio norte, ciertos valores sugieren que El Niño no ha desaparecido por completo. Es difícil determinar la razón de esta desaceleración en la transición del Pacífico a La Niña que ha caracterizado este año. Quizás la respuesta la tenga la Oficina de Meteorología de Australia, que ha señalado que las temperaturas superficiales del mar (TSM) a nivel global han sido las más cálidas registradas para cada mes entre abril de 2023 y junio de 2024. Esto podría estar indicando que las predicciones futuras basadas en las TSM, tan utilizadas durante eventos ENSO pasados, pueden no ser confiables”, advierte este especialista.

La conclusión de Anderson es que si bien aún se espera que se desarrolle un fenómeno La Niña, el cronograma se ha retrasado hasta este otoño en Estados Unidos (nuestra primavera).

Para sumar a la confusión general, la bendición recibida en forma de lluvias moderadas pero continuas en el corazón productivo del país del norte, no se replicó siquiera mínimamente entre nosotros. Se sabe que nuestro invierno es flojo en materia de precipitaciones, pero los registros de lluvia del mes pasado mostraron que fue uno de los julios más secos de los últimos 60 años, y esto sumado a las temperaturas por debajo de cero grado de semanas anteriores complicaron la situación del trigo. El 40% de la región núcleo superó las 100 horas con un combo de este tipo, lo que provocó la muerte de plántulas en el cultivo de trigo y lotes desparejos, especialmente en la zona bonaerense de Pergamino, según indicó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Solo recientemente llegaron algunas lluvias y modificaron este escenario en el este de la Región Pampeana. El oeste, en cambio, sigue necesitando agua ya que empiezan a aumentar los requerimientos a medida que culmina el macollaje. “Se podría afectar el desarrollo de los lotes si no llueve a la brevedad”, advierten los técnicos.

Por otro lado, a un mes del inicio de la siembra del maíz temprano todas son dudas. La zona núcleo espera una caída del 30% del área sembrada, y las compras de insumos siguen estancadas. La BCR advierte que la precampaña espera por una mejora en el precio internacional (complicado) o lluvias más firmes en agosto y setiembre. En teoría la chicharrita y su impacto negativo debería ser un tema menos delicado en el caso de este maíz.

Hasta acá el Servicio Meteorológico
Hasta acá el Servicio Meteorológico Nacional augura una primavera con lluvias por debajo de lo normal (SMN)

Mientras todo esto se define, nuestro Servicio Meteorológico Nacional dio a conocer sus estimaciones para el trimestre agosto-septiembre-octubre del año en curso. La tendencia indica temperaturas superiores a las normales y precipitaciones inferiores a las habituales para esta época del año en casi todo el territorio nacional, salvo buena parte del centro y sur de la provincia de Buenos Aires, como suele ser habitual en el caso de los periodos dominados por La Niña.

Esta historia aún generará ríos de tinta en artículos sobre el tema. Y aunque los fenómenos ENSO son universales, no todo el planeta los padece/se beneficia del mismo modo. En el caso de La Niña, suele llevar lluvias abundantes al sudeste asiático y Oceanía, en tanto que algunas regiones de Estados Unidos y muy especialmente la mitad este de Argentina, Uruguay y el sur de Brasil, terminan padeciendo la seca.

Resta saber hasta qué punto asistiremos a complicaciones con los cultivos este verano. Hasta acá nadie está pronosticando una Niña fuerte e implacable, pero no conviene confiarse.

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