Y finalmente el milagro se produjo, aunque solo a medias. Las invocaciones a todos los santos en los días previos dieron sus frutos en el caso del maíz, curiosamente el producto para el cual circulaban los presagios más funestos. La soja no tuvo mayor suerte y su escenario de precios se vuelve más complicado.
El informe de oferta y demanda (WASDE, por su sigla en inglés) correspondiente a agosto difundido por el USDA en el mediodía del lunes estima que el rendimiento del maíz estadounidense en 2024/25 será de 11.500 kg/ha promedio, muy por encima del año pasado, calculado en 11.130 kg/ha. Iowa e Illinois, los estados clave, van a superar sus propios récords.
En el caso de soja el USDA también ha determinado que va camino a un nuevo récord de rendimientos, en torno de los 3.575 kg/ha promedio. Esto incluye nuevos marcas excepcionales en Illinois, Indiana y Ohio. Pero más que en los rindes la gran novedad estuvo en que se sumaron 400 mil hectáreas adicionales a la superficie cultivada con la oleaginosa. Letal para los precios.
Estos números llevan a una producción esperada de maíz en Estados Unidos en torno de 384.73 millones de toneladas. Supera en 890 mil toneladas lo que esperaba el mercado, al tiempo que se ubica casi 5 millones de toneladas debajo de la temporada pasada, que fue muy importante en producción, con una superficie cultivada sensiblemente superior.
En cuanto a la soja, el USDA calcula 124.83 millones de toneladas para la campaña 2024/25. Son 3.2 millones de toneladas más de lo que imaginaba el inversor y 11.5 millones de toneladas por encima de la campaña previa.
Aunque los rindes que utiliza el Departamento de Agricultura aún se discuten en voz baja, hay que decir que ha sido una campaña casi perfecta en términos de clima. Las lluvias de abril y mayo borraron la sequía que castigaba a una parte del corazón productivo del país. El periodo crítico del maíz transcurrió sin sobresaltos, y el de la soja va en el mismo sentido. El grano aún no está en los silos, pero los pronósticos meteorológicos no muestran sobresaltos hacia delante.
Hablamos entonces de dos producciones formidables para soja y maíz en el país del norte, pero de la lectura de los párrafos precedentes surgen diferencias claras. Hemos explicado muchas veces que la reacción en los precios deviene no de los valores absolutos sino del grado de sorpresa que estos generan en el mercado. Sin dudas en esta sentido la soja se lleva la peor parte.
Pero hay más. Las existencias finales para 2024/25 en maíz se estimaron en 52.65 millones de toneladas, 584 mil toneladas debajo de lo que esperaba el inversor, en tanto las de soja se ubicaron en 15.23 millones de toneladas, 2.6 millones más de lo que imaginaba el mercado. La sorpresa en bien distinta y colmó de desencanto a quienes negociaban soja en Chicago.
Por último, los stocks a nivel mundial 2024/25. Para el maíz se ubican en 310.17 millones de toneladas –el mercado operaba pensando en 310.94 millones-, y en 134.30 millones de toneladas para la soja –el inversor apostaba por 127.97 millones-. Otra vez la sorpresa es distinta y perjudica a la oleaginosa.
Para ponerlo más claro, tendremos una montaña de maíz y soja en Estados Unidos, solo que en el caso del poroto es mucho peor de lo que suponía. Y el contexto global no ayuda. “El mundo está repleto de soja”, refirió resignadamente una analista estadounidense. Pensemos que el USDA mantuvo una producción de 169 millones de toneladas de soja para 2024/25 en Brasil. “Es demasiado”, apunta la especialista. Y la cosa puede ser aún por si se considera que el reporte sumó 680 mil toneladas a las exportaciones esperadas para 2024/25 en Estados Unidos, siendo que vienen muy complicadas. No será sencillo que suceda.
El balance de la jornada ubicó los precios de la soja en USD 356.88 para la posición Septiembre 2024, en tanto Mayo 2025 cerró en USS 379.75, con bajas en torno de los USD 6. Respecto del maíz, Septiembre 2024 cotizó en USD 150.88, y Marzo 2025 en USD 164.95, con alzas en torno de USD 2.5
La gran sorpresa con el maíz es que se esperaban números de temer. No sucedió y el mercado lo terminó festejando. Por lo demás, las existencias finales inferiores a las calculadas por el inversor ayudaron a que los precios del cereal subieran modestamente, mientras que las cotizaciones de la soja tuvieron bajas importantes, que no fueron mayores porque se anunció la venta de 300 mil toneladas a un comprador no especificado.
Esto alimentó la esperanza de que ante los precios de remate que muestra actualmente la oleaginosa en Estados Unidos, hoy por hoy muy competitivos con los de la soja brasileña, los chinos al fin decidieran a llevarse el poroto norteamericano que hasta acá están evitando. No hay mucho más de dónde agarrarse.