La clave del éxito agrícola: la gestión del agua útil en cultivos invernales

La eficiencia en la producción agrícola depende de múltiples factores, y uno de los más determinantes es la disponibilidad de agua en el suelo al momento de la siembra. Este recurso vital no solo influye en la germinación de las plantas, sino que también tiene un impacto directo en el rendimiento de los cultivos.

Un reciente informe del INTA Pergamino ha puesto en foco la importancia del agua útil, subrayando su papel en la productividad agrícola de la región centro-norte de Buenos Aires, especialmente para cultivos como el trigo.

El concepto de agua útil se refiere a la cantidad de agua que las plantas pueden aprovechar del suelo. Este parámetro se encuentra entre dos extremos: la capacidad de campo (CC), que es la cantidad máxima de agua que el suelo puede retener después de drenar el exceso, y el punto de marchitez permanente (PMP), donde las plantas no pueden extraer más agua y comienzan a marchitarse. Según Andrés Llovet, especialista en manejo de cultivos y suelos del INTA Pergamino, estos niveles son cruciales para prever el rendimiento de los cultivos.

La región agrícola de la Estación Experimental Agropecuaria Pergamino se caracteriza por una gran diversidad de suelos, resultado de distintos factores y procesos formadores. Dentro del uso agrícola, destacan suelos del gran grupo Argiudoles y Hapludoles. Esta diversidad implica que las estrategias de manejo del agua deben adaptarse a las características específicas de cada tipo de suelo, lo que añade un nivel de complejidad pero también de oportunidad para optimizar la producción.

Para evaluar la cantidad de agua útil en el suelo, el informe del INTA Pergamino se centró en lotes destinados a la siembra de trigo en 2024, en sistemas de siembra directa y con soja de primera como cultivo anterior. Durante las dos últimas semanas de mayo, se realizaron muestreos para determinar el contenido de humedad en diferentes estratos del suelo hasta una profundidad de 1.5 a 2 metros. Los resultados mostraron que la mayoría de los sitios evaluados contaban con más de 100 milímetros de agua útil al metro de profundidad.

Los hallazgos del estudio revelaron variaciones significativas en la disponibilidad de agua en diferentes capas del suelo. Mientras que el primer metro de profundidad generalmente presentaba suficiente agua útil, el segundo metro mostró variaciones más marcadas.

Esto se debe a la dinámica de recarga del perfil del suelo durante y después del ciclo del cultivo anterior, influenciada por las precipitaciones entre marzo y mayo.

El estudio identificó diversos patrones de distribución del agua en el perfil del suelo. En algunos sitios, la distribución del agua era uniforme en todo el perfil, mientras que en otros, la recarga del segundo metro fue insuficiente. En ciertos casos, se observó una marcada influencia del ascenso capilar en el primer metro y la presencia de napa freática en profundidad. Estas diferencias subrayan la necesidad de un manejo específico del agua según las características del suelo.

Para que el agua útil sea una herramienta eficaz en la toma de decisiones agronómicas, es necesario ajustar las constantes hídricas, al menos el PMP, a las condiciones particulares de cada ambiente.

Llovet destacó que es crucial evitar errores significativos de estimación en un ambiente determinado, ya que esto puede afectar las expectativas de rendimiento y la eficacia del manejo del cultivo.

El informe del INTA Pergamino concluye que la región centro-norte de Buenos Aires cuenta con niveles adecuados de agua útil en el suelo, lo que constituye un factor esencial para alcanzar buenas expectativas de rendimiento en los cultivos invernales.

No obstante, las condiciones climáticas durante la primavera jugarán un papel decisivo en la concreción de estas expectativas. Las precipitaciones más abundantes en el centro-sur de la región han contribuido al restablecimiento de niveles freáticos en algunos ambientes predisponentes, lo que podría beneficiar el rendimiento agrícola.

No caben dudas: la disponibilidad de agua útil es un componente crítico en la gestión agrícola, proporcionando una base sólida para la toma de decisiones informadas y el manejo eficiente de los cultivos. La continua investigación y monitoreo de las condiciones del suelo y el clima son fundamentales para optimizar la producción y garantizar la sostenibilidad del sector agrícola.

FUENTE: Inta