Shorthorn, la raza madre, inició el mejoramiento genético en la Argentina

Luciano Macaroni, vicepresidente de la Asociación Shorthorn, comparte en la Exposición Rural 2024 la evolución de la raza y las metas para los próximos años

Guardar
Luciano Macaroni, vicepresidente de la Asociación de Creadores Shorthorn y cabañero apasionado, comparte sus expectativas por el futuro de la ganadería en Argentina y su profunda conexión con la raza Shorthorn: la verdadera raza madre (Revista Chacra)
Luciano Macaroni, vicepresidente de la Asociación de Creadores Shorthorn y cabañero apasionado, comparte sus expectativas por el futuro de la ganadería en Argentina y su profunda conexión con la raza Shorthorn: la verdadera raza madre (Revista Chacra)

Cabañas, productores, drones, familia....ganadería en su máxima expresión: La Rural es eso y mucho más; es el punto de encuentro donde distintos eslabones demuestran su pasión por el campo. El aire está cargado de emoción. La 136º Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional se viene desarrollando con mucha expectativa y atrae a multitudes ávidas de visitar una de las vidrieras más importantes del sector agropecuario argentino, donde se destacan las últimas innovaciones y desarrollos del sector.

En este ambiente vibrante, Chacra tv conversó con Luciano Nicolás Macaroni, vicepresidente de la Asociación de Creadores Shorthorn y cabañero apasionado, quien nos compartió sus experiencias como cabañero, sus expectativas por el futuro de la ganadería en Argentina y su profunda conexión con la raza Shorthorn: la verdadera raza madre.

Un legado que perdura

El año pasado, la Asociación de Creadores Shorthorn celebró un hito histórico: los 200 años de la llegada de Tarquino, el primer toro de raza Shorthorn a Argentina. Este evento marcó un renacimiento para la raza, que, según Luciano, “nunca debería haber decaído”. Ahora, con la conmemoración de los 201 años, la emoción continúa. “Estamos muy contentos, festejando un nuevo año y viendo cómo el interés por la raza resurge. La gente se acerca diciendo que sus abuelos y padres criaban Shorthorn, y muchos quieren volver a probar”, nos cuenta con una sonrisa.

La raza Shorthorn se destaca por su aptitud de incrementar la calidad de carne, una característica que se ha vuelto crucial en la actualidad (Revista Chacra)
La raza Shorthorn se destaca por su aptitud de incrementar la calidad de carne, una característica que se ha vuelto crucial en la actualidad (Revista Chacra)

La celebración del bicentenario dejó su huella en la exposición de Palermo, donde en esta nueva edición casi 70 animales Shorthorn fueron presentados, demostrando la vitalidad y calidad de la raza. Este interés renovado se refleja en el creciente número de criadores que deciden empezar con ejemplares puros o realizar cruces, con el objetivo de aprovechar las notables características de la raza.

Una pasión de generaciones

Para Luciano, la relación con la raza Shorthorn es mucho más que un trabajo; es una herencia familiar y una pasión que corren por sus venas. “Mi abuelo comenzó a criar Shorthorn en 1953. Este año la cabaña cumple 70 años. Me enamoré de la ganadería y los caballos, y crecí con leche de vaca Shorthorn”, confiesa con orgullo. Aunque también cría otras razas, Luciano afirma con determinación: “La Shorthorn es la que llevo en el corazón y la voy a defender hasta mi último día”.

Esta devoción se refleja en su compromiso como vicepresidente de la Asociación de Creadores Shorthorn, donde trabaja incansablemente para promover las virtudes de la raza. “Tenemos una carne de alta calidad gracias al marmóreo y la facilidad de engrasamiento, características que hoy nos benefician mucho. Además, la habilidad materna y la mansedumbre son virtudes históricas de la Shorthorn”, destaca.

El día a día en la cabaña

La imagen de Luciano y su equipo con carreteles y varillas en mano, moviéndose constantemente para establecer nuevos pastoreos, ilustra el arduo trabajo diario que realiza en su cabaña, ubicada en Quiroga, un pintoresco pueblo del Partido 9 de Julio, en el corazón de la provincia de Buenos Aires. “Hacemos pastoreos muy intensivos, con muchos cambios diarios. Nuestro día a día es impredecible. Aunque tratamos de planificar, siempre hay algo que cambia”, afirma entre risas y con orgullo en su voz. Dedican todo el tiempo posible a los animales, y el trabajo es constante y meticuloso. Con un pequeño equipo de tres personas, cada miembro es crucial para mantener la operación en marcha.

Eso sí: “El ojo del amo engorda el ganado”, afirma Luciano, citando un antiguo adagio que subraya la importancia de la supervisión directa. En una era donde el trabajo remoto es común, la ganadería sigue siendo una labor de presencia física. Y aunque reconoce el valor de delegar -y la plena confianza que deposita en su equipo- para él, ciertas tareas deben pasar por sus manos. “Tengo un excelente grupo de trabajo, pero hay cosas que pasan por mí, sí o sí”, concluye con determinación.

El origen de la raza madre

La historia de la raza Shorthorn en Argentina se remonta a principios del siglo XIX, cuando John Miller, un visionario ganadero británico, introdujo el primer toro de raza Durham, conocido como Tarquino. Este evento marcó el inicio de una nueva era en la ganadería argentina, impulsando la mestización del ganado criollo y mejorando la calidad de la carne que hizo famosa a Argentina en el mundo.

Aunque originalmente fue concebida como una raza de doble propósito, en muchos países la Shorthorn es especialmente reconocida por la excelencia de su carne, famosa a nivel internacional por su ternura y sabor inigualables.Cuando usás Shorthorn, la calidad de la carne mejora muchísimo, y creo que esto es algo que debería empezar a pagarse. En otras partes del mundo ya sucede”, sostiene con convicción.

Mejoramiento genético: un pilar fundamental

El mejoramiento genético ha sido una constante en la historia de la raza Shorthorn. Desde la llegada de Tarquino, esta raza ha sido pionera en la innovación genética en Argentina. Luciano señala que “la carne que hizo famosa a Argentina en el mundo fue la carne Shorthorn”. Este legado continúa, con criadores dedicados a mejorar y mantener las características excepcionales de la raza.

El experto comparte que el cruce con otras razas puras genera un “estallido” en términos de rendimiento y calidad, gracias a la genética cerrada de la Shorthorn. Este tipo de hibridación ofrece enormes beneficios para los productores, mejorando la eficiencia y calidad de la producción ganadera.

Un futuro prometedor

La pasión de Luciano por la raza Shorthorn es innegable, y su compromiso con la ganadería argentina, inspirador. A medida que la Expo Rural 2024 avanza, es evidente que la tecnología y la tradición se entrelazan para impulsar el sector hacia un futuro brillante.

En un mundo que avanza hacia la automatización y el trabajo remoto, la historia de Luciano y su cabaña en Quiroga nos recuerda que algunas cosas nunca cambiarán: el amor por la tierra, la dedicación al trabajo y el compromiso con la excelencia. “La ganadería sigue siendo un trabajo de dedicación total”, concluye.

En este marco de innovación y tradición, la Expo Rural 2024 no solo celebra el pasado y presente de la ganadería argentina, sino que también mira hacia un futuro lleno de promesas, con la raza Shorthorn como una de sus protagonistas indiscutibles para recordarnos el origen de la ganadería argentina.

Por algo es la raza madre.

Guardar