Granos: ¿Qué tan larga puede ser esta malaria?

Soja y maíz en los peores precios de los últimos años, inician la semana en Chicago con nuevas y alarmantes bajas. La opinión de los principales analistas estadounidenses

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Las ruedas en Chicago se
Las ruedas en Chicago se han convertido en un dolor de cabeza para los que apostaron a un escenario alcista (CBOT)

Cada productor de la Argentina conoce perfectamente el tema. Las cuentas se complicaron, y no solo por la confiscación que implica la quita por derechos de exportación, que desde luego colabora para tornar más delicado el escenario. ¿Los precios que muestra Chicago implican el final de las ilusiones respecto de obtener valores retributivos esta campaña? Los analistas estadounidenses redoblan esfuerzos para tratar de entrever qué tan grave es el panorama en la Ciudad de los Vientos, que desde luego nos pega de lleno inevitablemente. Matt Bennett, de AgMarket.Net, reconoce que el mercado del maíz viene de un periodo que preferiríamos olvidar. “Hay que decir que los altos precios de 2021 y 2022 alentaron aumentos de producción. Así, en 2023 el farmer sembró 2,4 millones de hectáreas más con el cereal, y se llegó a una cosecha de casi 389 millones de toneladas, lo que terminó en una relación insumo/producto del 14%. Claramente la demanda no teme quedarse sin maíz”.

A esto se suma una siembra 2024/25 con lotes a esta altura entrados en el periodo crítico sin mayores amenazas climáticas. Imposible que los precios se sostengan, si bien todavía puede aparecer algún inconveniente que cambie el rumbo, aunque la ventana se achica rápidamente.

La ecuación es clara. Si no hay buenas señales por el lado de la oferta, las esperanzas se depositan en la demanda, como último recurso para mejorar el balance y reducir los stocks finales. Los biocombustibles pueden generar este cambio, aunque no en el corto plazo. Entonces todo queda en manos de las exportaciones estadounidenses, y en ese caso habrá que esperar a ver cuánto maíz genera China, qué pasa con sus importaciones y cómo funciona la competencia con Brasil, Argentina y Ucrania. Por ahora el escenario no es decididamente malo, pero no parece que los despachos estadounidenses puedan ponerse al hombro una posible recuperación de los precios.

El gráfico exime de mayores
El gráfico exime de mayores comentarios respecto del derrumbe de los precios del maíz en el mercado de Estados Unidos (CBOT)

Dana Mantini, analista de DTN, destaca que los fondos siguen muy vendidos, algo inusual y preocupante justo cuando entramos en la delicada etapa de polinización del maíz en el corazón productivo de Estados Unidos. La posición de estos actores de peso se ha radicalizado después del informe USDA del último viernes. Aunque el reporte no le dio la espalda al maíz, estos administradores de grandes volúmenes de dinero han llevado a niveles récord su apuesta a la baja. Por cierto, hasta acá han sido recompensados por la marcha sin mácula de los lotes en el Midwest. Cualquier problema con la floración generaría una estampida, pero por ahora no sucede, incluso esta semana llegarán temperaturas frescas en un contexto de buena humedad del suelo, lo cual calma todos los temores.

Naomi Blohm , analista y bróker estadounidense, destaca que el ánimo de los farmers se ha deteriorado tras el reporte de área sembrada y stocks al 1º de junio, difundido a fines del mes pasado por el USDA. Una superficie cultivada mayor de lo esperado pareció dar a los operadores la idea de que es posible una cosecha récord de maíz en Estados Unidos. No solo eso, el organismo anunció que las existencias del cereal a comienzos del sexto mes el año eran 3.3 millones de toneladas mayores a lo que esperaba el mercado, y entonces los fondos continuaron presionando el botón de venta.

“Desafortunadamente estos son los números que el comercio va a negociar hasta que se demuestre lo contrario. ¿Hay esperanza de algún tipo de recuperación? Se requerirá una gran ayuda de la Naturaleza para que los inversores se convenzan de que la cosecha no será perfecta. ¿Podrá recuperarse la demanda ahora que los precios están bajos, o existencias en torno de los 52 millones de toneladas y la percepción de abundantes suministros en camino mantendrán a los usuarios convencidos de comprar sólo cuando sea necesario? El tiempo dirá”, razona la analista.

¿Y la soja? Los fundamentos del uso de aceite de soja para biodiesel parecen prometedores de cara a un fuerte mercado energético y la temporada de turismo de verano que se avecina en el país del norte. Si bien estar vendidos ha beneficiado a los fondos, una vez que decidan que ha llegado el momento de acumular ganancias, quizás busquen al aceite de soja para ir hacia arriba. Algo de eso ha estado pasando recientemente, pero volvió a frustrarse.

La soja no ha tenido
La soja no ha tenido mejor suerte, sobre todo con la poca colaboración que muestran las exportaciones estadounidenses (CBOT)

Blohm se pregunta si es posible pensar en una soja por debajo de USD 360 en Chicago. Las modestas exportaciones de Estados Unidos y la alta producción en Brasil dejan a los productores de soja observando el clima en busca de cualquier esperanza de un repunte. “Quizás el farmer no quiera escuchar la respuesta, pero ahora que se ha superado el nivel de soporte de USD 404 para Noviembre 2024, el siguiente objetivo técnico apunta a USD 386 y luego potencialmente a USD 360 si la tendencia de venta continúa”.

Siempre está la ilusión de que algunas cosas se corrijan. El USDA está utilizando un rendimiento elevado en sus estimaciones, lo que se traduce en stocks finales en torno de 12 millones de toneladas para 2024/25. Es una razón para que los precios de la soja sean más bajos (¿cuánto de esto ya puede estar incluido en las cotizaciones actuales?, es otra pregunta interesante).

Incluso si el clima de agosto se vuelve cálido y seco y se percibe que los rendimientos están potencialmente disminuyendo, entonces eso generaría la sospecha de que también las existencias finales serán menores a lo esperado. Si eso ocurriera, podría pensarse en un posible aumento de precios.

El problema es que Chicago queda en Estados Unidos y las perspectivas exportadoras 2024/25 para la soja de este país son hasta acá muy pobres. Y para entonces se espera que Brasil genere cerca de 170 millones de toneladas de soja; la competencia para el país de las barras y las estrellas se complica un poco más cada campaña.

Siendo realistas el panorama para los granos no es el mejor. Joe Janzen, de la Universidad de Illinois, advierte que a medida que la incertidumbre sobre la oferta y la demanda empieza a resolverse, el rango posible de precios futuros se reduce. Las dudas al respecto se están achicando mucho más rápidamente que en los últimos años; la situación general del mercado es sustancialmente más bajista que entonces.

Los fondos han ganado un
Los fondos han ganado un peso inaudito en Chicago. Claramente son los que definen los precios de los granos que genera el planeta (CBOT)

Jenzen cree que las decisiones de comercialización de los agricultores deberían tener en cuenta este cambio en las expectativas, ya que los mercados están señalando que un repunte en los precios durante la temporada de crecimiento es menos probable que en años anteriores. En cuanto a esperar para vender, claramente hay un riesgo.

Los niveles de precios más bajos y un rango más estrecho de resultados esperados indican que el mercado cree que el resto de 2024 tendrá una volatilidad menor que en años anteriores. A su vez, la dinámica de las distribuciones de precios sugiere que el potencial de un salto en los valores también está disminuyendo más rápidamente de lo habitual. Karen Braun, de Reuters, advierte que los temores sobre la oferta prácticamente han desaparecido, de ahí la posición extremadamente vendida de los fondos.

En resumen, los analistas y traders consideran que los suministros en materia de commodities agrícolas parecen ser adecuados, si no abundantes en algunos casos. Cuando se da en Estados Unidos una primavera húmeda como la que se ha registrado este año, toda esa precipitación se vuelve negativa para los precios. Otro cambio clave se vincula con los fondos. “Tienen una influencia desproporcionada respecto de diez años atrás”, afirma un bróker.

Mientras tanto, los farmers mantienen las mayores reservas de maíz en sus campos desde 1988, debido a que las cuentas no animan a vender. Se considera que se trata de un gran obstáculo para esperar una mejora en los precios a corto plazo.

Al productor estadounidense los números no le cierran. Desde la Universidad de Illinois, Scott Irwin, dice que las pérdidas de maíz podrían superar fácilmente los 200 dólares por hectárea. “No está terminado, todavía podría volverse caluroso y seco en la segunda mitad de la temporada de crecimiento y los precios podrían recuperarse”, dice poniéndole una cuota de optimismo al asunto.

La campaña en Estados Unidos
La campaña en Estados Unidos viene sin ningún tipo de amenazas climáticas y apunta a altos rindes (Revista Chacra)

Para entender lo que sucedió, desde Farm Futures explican que la seca de abril es hoy apenas un recuerdo, lo mismo que los temores del mercado ante la inminencia de la siembra. Todo el escenario productivo se ha vuelto muy amigable. Incluso la semana pasada el huracán Beryl se encargó de sepultar las preocupaciones que pesaban sobre el este del Corn Belt, repartiendo humedad a propios y extraños.

La realidad es que el camino puede seguir siendo bajista a menos que la Madre Naturaleza diga lo contrario. Arlan Suderman, analista de StoneX, señala que una ola de calor normalmente se establece en algún punto del país durante el verano, y el lugar donde se estacione será clave para el avance de la temporada de crecimiento. Si se establece hacia el suroeste del corazón productivo de Estados Unidos, que es el pronóstico preferido, normalmente significa condiciones cálidas pero con mejor humedad, lo que tiende a dar como resultado rendimientos superiores a la tendencia. Si la cresta se asienta sobre el Medio Oeste, que es el pronóstico menos probable, las condiciones tienden a ser más estresantes para los cultivos y los rendimientos pueden disminuir.

“Hasta acá no hay razones para racionar el maíz o la soja con precios más altos- subraya Suderman-. No tenemos escasez de ninguno de los dos, pero no somos inmunes a un problema climático. Si los rendimientos de cualquiera de los cultivos caen un 5% con respecto a la tendencia actual, entonces puede desarrollarse un racionamiento”.

Corresponde dedicarle algunas líneas a las cuestiones macroeconómicas. En caso de que la inflación retroceda a niveles en los que la Reserva Federal de Estados Unidos se sienta cómoda y recorte las tasas de interés, eso podría debilitar al dólar y tal vez impulsar los precios de los commodities. Es otro escenario para seguir día a día. “No debemos entrar en pánico porque la información puede cambiar este mercado rápidamente”, se envalentona un bróker asiduo concurrente a la rueda de Chicago.

Si bien la tendencia se mantiene a la baja, con un sentimiento negativo muy pesado, no falta quien cree que en algún momento el mercado mostrará señales de haber tocado fondo y probablemente se producirá un rebote o un repunte posterior a la cosecha. En términos de precios nada está escrito en piedra, y la fe es lo último que se pierde.

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