En los últimos años, la demanda de legumbres ha crecido considerablemente, especialmente entre aquellos que buscan alternativas proteicas a la carne y desean mantener una dieta saludable y equilibrada.
Este contexto, sumado a su alta rentabilidad y las condiciones climáticas favorables, han posicionado a las arvejas como una opción atractiva para los agricultores.
Especialistas del INTA analizan las propiedades de esta legumbre estrella y brindan consejos prácticos para optimizar resultados.
Buenas para la salud…
Las legumbres, en general, son las verdaderas campeonas nutricionales. Ricas en proteínas, fibra, vitaminas y minerales, son esenciales para una dieta equilibrada y saludable. En particular, las arvejas son un tesoro de proteínas vegetales y fibra dietética, ayudando a mantener una buena digestión y a controlar el apetito.
Además, son bajas en grasa y contienen antioxidantes que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como las patologías cardíacas y la diabetes.
…y buenas para el agro…
Las arvejas no solo son rentables, sino que también ofrecen múltiples beneficios para la agricultura: consumen menos agua que otros cultivos invernales, se adaptan bien a rotaciones con soja y maíz, y compiten eficazmente con las malezas. Además, tienen la increíble capacidad de fijar nitrógeno del aire, mejorando así la fertilidad del suelo.
Esta capacidad de fijación biológica de nitrógeno cubre aproximadamente el 50% de las necesidades totales del cultivo, convirtiendo a las arvejas en una excelente opción como precursor de cultivos de segunda, especialmente cereales estivales.
Para aprovechar al máximo los beneficios de la Pisum sativum, es esencial inocular las semillas con bacterias que faciliten la fijación de nitrógeno. Estas bacterias pueden suministrar entre el 60% y el 70% del nitrógeno necesario, mientras que el resto es absorbido del suelo.
Estrategias para un cultivo exitoso
Gabriel Prieto, especialista en legumbres del INTA Arroyo Seco, Santa Fe, explica que las actuales reservas de agua son perfectas para la siembra de arvejas, tanto invernales como primaverales. “El pronóstico de un invierno de transición entre El Niño y condiciones neutras o La Niña favorece mucho a las legumbres, ya que no tendremos excesos de lluvias al final del invierno y primavera”.
El éxito del cultivo de arvejas depende en gran medida del ambiente y del momento de la siembra. Según Prieto, el ambiente explica el 87% de la variabilidad del rendimiento, mientras que la variedad del genotipo solo representa el 3%.
Fechas óptimas de siembra y variedades recomendadas
Para evitar las heladas tardías y las altas temperaturas en la etapa reproductiva, es crucial sembrar en las fechas óptimas. En la región núcleo, la fecha ideal para las variedades primaverales es la primera quincena de julio, con un rango que va desde finales de junio hasta principios de agosto. Las variedades invernales deben sembrarse entre finales de mayo y mediados de junio.
Entre las variedades invernales más resistentes al frío se encuentran Escrime, Aviron, Balltrap y Curling, que pueden alcanzar rendimientos máximos de hasta 4000 kilos por hectárea.
Las variedades primaverales como Orchestra, Skol, Reussite y Astronaute tienen un potencial de rendimiento de hasta 5000 kilos por hectárea.
Incluir arvejas en la rotación de cultivos no solo es una decisión inteligente para el bolsillo de los agricultores, sino también una elección beneficiosa para el ambiente y el consumidor. Su capacidad para adaptarse a diversas condiciones climáticas y su eficiencia en el uso del agua las convierte en una opción muy atractiva.
Con la demanda de legumbres en aumento, las arvejas se consolidan como un cultivo esencial en la agricultura moderna, ofreciendo no solo rentabilidad para al productor, sino también sostenibilidad y salud.