Techos Verdes: innovación y naturaleza en la lucha contra el cambio climático

Desde la gestión del agua de lluvia hasta la reducción del calor, estas soluciones urbanísticas transforman las ciudades con múltiples beneficios

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Los techos vivos o verdes son sistemas de vegetación instalados sobre la superficie de edificios y casas
Los techos vivos o verdes son sistemas de vegetación instalados sobre la superficie de edificios y casas

Los vemos cada vez más. Tímidamente se están transformando en una parte integral del paisaje urbanístico. Según el barrio, es posible encontrar edificios con techos cubiertos de frondosa vegetación, con mariposas revoloteando y algún que otro insecto en una hoja.

Además de valor paisajístico, las azoteas tapizadas de vegetación cumplen la función de ser un potente aliado contra las inundaciones y el calor urbano. Esta es la magia de los techos verdes, una alternativa que promete transformar nuestras ciudades y mejorar nuestra calidad de vida.

Existen diversos tipos de techos verdes: intensivos y extensivos (INTA)
Existen diversos tipos de techos verdes: intensivos y extensivos (INTA)

¿Qué son los techos verdes?

También conocidos como techos vivos, son sistemas de vegetación instalados sobre la superficie de edificios y casas. Sí: embellecen las ciudades, cortan con el gris monótono del asfalto, pero, sobre todo, ofrecen numerosos beneficios prácticos y ecológicos.

Santiago Stancanelli, especialista del Instituto de Floricultura del INTA Castelar, explica que estas cubiertas funcionan como esponjas naturales, absorbiendo el agua de lluvia y ralentizando su escurrimiento hacia los desagües pluviales, reduciendo así el riesgo de inundaciones.

Sus ventajas no terminan ahí: promueven la biodiversidad, mejoran la calidad del aire, reducen las temperaturas (contribuyen a mitigar el efecto ‘isla de calor’ que se da en las grandes ciudades que pierden la capacidad de enfriarse por la acumulación de temperatura en el entorno urbano) y ofrecen espacios recreativos.

Adoptar esta innovadora solución es un paso crucial hacia ciudades más resilientes, saludables y en armonía con el entorno natural. Es hora de mirar hacia arriba y descubrir el increíble potencial de los techos verdes.

La clave del éxito para un techo verde tiene cuatro pilares: la estructura edilicia, el sistema de impermeabilización, el sustrato y la elección de la comunidad vegetal (INTA)
La clave del éxito para un techo verde tiene cuatro pilares: la estructura edilicia, el sistema de impermeabilización, el sustrato y la elección de la comunidad vegetal (INTA)

¿Cómo se construyen?

Construir un techo verde requiere un enfoque interdisciplinario. Según Damián Sisaro, investigador del Instituto de Floricultura del INTA, la estructura consiste en una sucesión de capas:

  1. Capa base: una membrana impermeable que impide el paso del agua hacia el interior del edificio.
  2. Sistema de drenaje: compuesto por materiales como piedra pómez o membranas plásticas perforadas, permite el escurrimiento del exceso de agua.
  3. Membrana geotextil anti-raíz: separa el drenaje del sustrato, evitando la obstrucción con partículas y raíces.
  4. Capa de sustrato: una mezcla de materiales orgánicos e inorgánicos donde crecen las plantas.
  5. Capa de vegetación: dependiendo del tipo de techo verde, se seleccionan plantas adecuadas al clima y a los requerimientos del sistema.
Destacados por disminuir la polución del aire y el efecto de isla urbana, mejorar la estética y la calidad de vida, estos sistemas están en crecimiento en ciudades resilientes (INTA)
Destacados por disminuir la polución del aire y el efecto de isla urbana, mejorar la estética y la calidad de vida, estos sistemas están en crecimiento en ciudades resilientes (INTA)

¿Existen distintos tipos de techos verdes?

Así es: los techos verdes, según características y requerimientos, se dividen en intensivos y extensivos.

Los intensivos se podrían definir como un “jardín en las alturas”. Elevado en tu propio techo, se podrían cultivar diversidad de plantas: desde césped, herbáceas hasta pequeños arbustos. Estos techos requieren un mantenimiento similar al de un jardín convencional, incluyendo riego, poda y fertilización.

Están diseñados para ser accesibles y transitables, convirtiéndose en espacios verdes con opción de pasear y realizar eventos sociales. Para mantener este tipo de techo, se necesita un sustrato profundo y un sistema de riego adecuado para garantizar la salud de las plantas.

Por su parte, los extensivos son la opción perfecta si se busca una solución de bajo mantenimiento que también ofrezca beneficios ecológicos. Este tipo de techo está cubierto con plantas resistentes que requieren poca agua y nutrientes.

Una vez que la vegetación se establece, la intervención humana es mínima, dejando que la naturaleza siga su curso.

Estos techos no están diseñados para ser transitados, pero actúan eficazmente en la absorción del agua de lluvia y la mejora del aislamiento térmico del edificio. El sustrato utilizado es menos profundo y generalmente no se necesita un sistema de riego permanente, solo un poco de agua en la fase inicial de instalación.

Por un mundo sustentable

El INTA lleva más de una década promoviendo y desarrollando techos verdes, evaluando especies vegetales autóctonas y sustratos adecuados para sistemas sostenibles. Han creado manuales detallados disponibles para el público, ofreciendo guías completas sobre cómo implementar techos verdes de manera eficiente y ecológica.

Enfrentar el cambio climático requiere una actitud proactiva y comprometida con el ambiente. Los techos verdes no son solo una solución estética, sino una necesidad urgente para un futuro sostenible.

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