La caña de azúcar, un cultivo fundamental en muchas regiones de Argentina y del mundo, juega un papel crucial tanto en la economía agrícola como en la producción de bioenergía. Su crecimiento y desarrollo dependen en gran medida de varios factores esenciales, siendo el nitrógeno y el agua dos de los más críticos.
Recursos que importan
La disponibilidad y el uso eficiente de nitrógeno y agua pueden variar significativamente según las características del suelo y las condiciones climáticas de cada región, lo que añade una capa de complejidad a su manejo. Por esta razón, un grupo de investigadores del INTA EECT Yuto Jujuy realizó un estudio con el objetivo de identificar las causas de las variaciones en la eficiencia del uso del nitrógeno y del agua en el cultivo de caña de azúcar.
“Este trabajo busca entender cómo varía dicha eficiencia bajo diferentes condiciones del suelo y ambiente, con el fin de maximizar los rendimientos, reducir los costos y minimizar el impacto ambiental”, sostuvo el Ing. Agr. Hugo Fernández.
Paso a paso
Para llevar a cabo la investigación, el equipo trabajó en un lote específico, analizando sus características físicas detalladamente y utilizando imágenes satelitales para identificar patrones y características homogéneas dentro del mismo.
“Estas imágenes satelitales proporcionaron una gran cantidad de información, a menudo no visible a simple vista, permitiendo una delimitación precisa de zonas con comportamientos similares”, informó el especialista.
El suelo es clave
Los resultados obtenidos revelaron diferencias significativas en la eficiencia del uso de estos elementos, las cuales están directamente relacionadas con las características específicas del lote analizado.
“Suelos más arcillosos presentan una mayor eficiencia en el uso de estos recursos en comparación con suelos más aireados. Esta diferencia se atribuye a las propiedades intrínsecas de los distintos tipos de suelo”, sostiene Hernández.
Las condiciones ambientales también jugaron un papel crucial. En años más lluviosos, las diferencias en eficiencia tendieron a igualarse, mientras que en años más secos, las disparidades se hicieron más pronunciadas. “Esto subraya la importancia de considerar tanto las características del suelo como las condiciones climáticas al planificar el uso de insumos”.
Beneficios
Las implicaciones prácticas de este estudio son significativas. Al entender cómo varía la eficiencia en el uso de recursos según las características del lote, los productores pueden ajustar la cantidad de insumos aplicados, optimizando el uso de recursos y minimizando el impacto ambiental.
En contraste con el manejo homogéneo, que no toma en cuenta la variabilidad interna del lote y puede resultar en un mayor impacto ambiental y menor retorno económico, el manejo basado en las características específicas de cada zona promete ser más sostenible y rentable.
“Este trabajo no solo ofrece una herramienta valiosa para mejorar la eficiencia y el rendimiento del cultivo de caña de azúcar, sino que también promueve prácticas agrícolas más sustentables, adaptadas a las condiciones específicas de cada lote. Con esta información, los productores pueden tomar decisiones más informadas y precisas, beneficiando tanto al medio ambiente como a la economía agrícola”, concluyó el especialista.
FUENTE: INTA