“La reciente visita de una delegación gubernamental ucraniana a la Argentina marca un hito significativo en las relaciones comerciales entre ambos países”, aseguró Mercedes Omeñuka, presidenta de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA), al referirse a la reunión organizada por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios y la Embajada de Ucrania en la Argentina.
El encuentro “dejó en claro la necesidad urgente del país europeo de contar con madera y otros productos de nuestra cadena industrial” consideró Omeñuka, y agregó que “esta demanda abre una ventana de oportunidad para la industria maderera argentina”, que podría posicionarse como “un socio estratégico en el abastecimiento de recursos esenciales para la reconstrucción y desarrollo de Ucrania”.
La delegación que llegó desde Europa, estuvo encabezada por la Viceprimera ministra de Ucrania, quien es, además, la ministra de Economía de ese país, Yuliia Svyrydenko; junto al ministro de Industrias Estratégicas, Oleksandr Kamyshin. El objetivo de la misión fue explorar nuevas oportunidades de cooperación económica y comercial.
Con potencial exportador
En ese contexto, la titular de FAIMA consideró que “resulta crucial reflexionar sobre la importancia de fortalecer los vínculos comerciales, particularmente en el sector maderero, con Ucrania”.
Agregó que “el sector maderero argentino tiene una larga tradición de calidad y sostenibilidad” y que “la industria argentina no solo es capaz de satisfacer la demanda interna, sino que también tiene el potencial de expandirse significativamente en mercados internacionales”.
Respecto de la colaboración con Ucrania, Omeñuka señaló que “podría impulsarnos a desarrollar aún más nuestras capacidades productivas, mejorar la tecnología y optimizar los procesos de manufactura, lo que beneficiaría a toda la cadena de valor de la madera en Argentina”.
La dirigente de la Federación Argentina de la Industria Maderera, destacó, por otra parte, que en las provincias de Misiones y Corrientes “hay una significativa población de descendientes de ucranianos”, mientras que estratégicamente “la región, tiene un papel fundamental porque no solo es un centro clave de la producción maderera, sino también de otros productos agrícolas como el té y la yerba mate”
“La integración comercial con Ucrania podría fomentar un intercambio económico equilibrado y sostenible, aprovechando las fortalezas de ambas naciones”, señaló Omeñuka, que subrayó que durante la mesa de diálogo, se discutieron múltiples aspectos de cooperación: intercambio de bienes, proyectos de inversión conjunta, intercambio de tecnología y conocimientos, y el desarrollo de proyectos que impulsen el crecimiento económico bilateral.
El encuentro se llevó a cabo en el marco de la creación de la Comisión Intergubernamental Mixta Ucraniano-Argentina sobre Comercio y Cooperación Económica, que tiene una reunión prevista para octubre próximo en Buenos Aires.
Renovable, reciclable y Carbono neutral
La madera es un recurso renovable, reciclable, carbono neutral, con aplicación a múltiples industrias y derivaciones, entre las que se cuentan papeles, muebles, viviendas, energía, químicos y nuevas aplicaciones a partir de la nanotecnología y la biotecnología. Su plantación, extracción, e industrialización demandan la participación de otras industrias y servicios complementarios en química, transporte, informática, diseño o ingeniería.
Además de las oportunidades de mercado que presenta en sus usos productivos y comerciales, el uso de madera hace un aporte significativo a la agenda de mitigación del cambio climático, dado que los productos de base forestal mantienen capacidad de secuestro y almacenaje de CO2, a pesar de primeras y segundas transformaciones de producto.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que por cada kilo de carbono de productos madereros utilizados en la construcción, sustituyendo a productos no madereros, se evitan, en promedio, alrededor de 0,9 kg de emisiones de carbono (FAO, 2022).
De acuerdo con el informe del Ministerio de Economía de la Nación “La foresto-industria en Argentina: oportunidades, desafíos y líneas de acción para una estrategia productiva sectorial”, “los productos de base forestal son sustitutos de productos intensivos en carbono en numerosos segmentos, como la industria de la construcción o el embalaje, de amplia difusión en el comercio internacional”.
En cuanto al desarrollo de la biomasa forestal como fuente de energía renovable, el estudio indica que “constituye una oportunidad en el consumo energético de plantas industriales, calefacción hogareña y generación de energía eléctrica, entre otros usos”.
Potencial de expansión
Argentina cuenta con 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales (1% de las plantaciones forestales del mundo) y casi 54 millones de hectáreas de bosques nativos. A su vez, tiene al menos 3,7 millones de hectáreas para expandirse , sin afectar sitios de alto valor de conservación, ni competir con bosques nativos ni con cultivos, según señala el informe elaborado por el Lic. Leandro Mora Alfonsín.
Las extracciones forestales provienen de bosques cultivados en el Litoral, donde las provincias de Misiones, Corrientes y Entre Ríos explican el 92% de la producción de madera comercial.
La producción forestal en base a bosques nativos, en tanto, se destaca en las provincias de Chaco, Formosa y Santiago del Estero y en menor proporción el este de Salta, que en conjunto concentran el 80% de la producción forestal nativa.
La fortaleza de los bosques implantados
Dos tercios de la producción total de madera y el 90% de la producción de rollo de madera industrializada (con usos para productos de madera, pulpa y papel) surgen de las plantaciones forestales, lo cual resta presión a los bosques nativos y los valoriza.
Por su parte, los bosques nativos explican el tercio restante. En este segmento, el 80% de la producción se centra en leña y carbón vegetal y, en menor medida, en la extracción de taninos y la fabricación de productos básicos de madera que completan los usos de la madera nativa con fines productivos.
El informe “La foresto-industria en Argentina: oportunidades, desafíos y líneas de acción para una estrategia productiva sectorial”, puntualiza que es en la Mesopotamia argentina donde se concentran las áreas de más alta productividad forestal, que permiten turnos de corte de 9 a 15 años en promedio (mientras en los países nórdicos dicho promedio se ubica entre los 30 a 45 años). A su vez, en esta región los suelos de explotación forestal no compiten con la agricultura ni zonas de bosques nativos.
Las especies introducidas de pino y eucalipto son las que predominan en las plantaciones de esta zona, dadas las tasas de crecimiento y la demanda comercial que presentan, las cuales son muy superiores a las de las especies nativas.
Demanda creciente
Según la FAO, la demanda de productos industriales de base forestal crecerá un 37% hacia 2050 en su equivalente en madera en rollo (insumo principal de dichos productos), pasando de 2.100 millones de m3 de madera en rollo equivalente a 3.100 millones. Estas estimaciones, desagregadas, muestran una proyección de crecimiento de la demanda en la cual los tableros de madera tendrán el mayor dinamismo. En este segmento, se espera un crecimiento del 102% entre 2020 y 2050 para los tableros de chapa/madera contrachapada, los cuales tienen múltiples usos que van desde la construcción tradicional y no tradicional, al embalaje, transporte de carga y hasta instrumentos musicales; y de 72% para los tableros de partículas y fibras, insumo fundamental de la industria del mueble.
Además, las perspectivas muestran un aumento del 29% en el consumo de madera aserrada y un aumento moderado del 5% en el de pulpa de celulosa de madera.
Usos no tradicionales
Por otra parte, la FAO proyecta un crecimiento en el uso de la madera como sustitución de materiales no renovables en la construcción y la producción de fibra de celulosa hecha a mano para la industria textil. Y proyecta consumos adicionales entre 98 millones y 272 millones de m³ en 2050 (un aumento entre 8% y 23% entre 2020 y 2050).
La FAO también prevé un incremento hacia el 2050, en la demanda mundial de los productos tradicionales provenientes de la madera: madera aserrada, tableros, biocombustibles (chips y pellets), celulosa y papel.
La foresto-industria hacia el 2030
En tanto, desde el Consejo Foresto Industrial Argentino (CONFIAR) aseguran que el sector podría generar 180.000 empleos directos; crear divisas por más de US$ 2.500 millones en exportaciones y atraer inversiones por 7 mil millones de dólares.
En ese marco, para 2030, CONFIAR, a través de su Plan Estratégico Foresto-Industria, propuso incrementar en un 50% la superficie de plantaciones forestales, llevándola a 2 millones de hectáreas; y aumentar el Valor Agregado Bruto (VAB) del 1,2% registrado en 2018, al 3%.
“El mundo requiere productos amigables con el ambiente, que aporten a la mitigación del cambio climático y a la carbono neutralidad al 2050 y que, al mismo tiempo, permitan una transición productiva y energética inclusiva, con creación de empleo y mayor bienestar en la población. Valorizar los bosques y los servicios y productos maderables y no maderables que ofrecen permite cerrar esta difícil ecuación de desarrollo sostenible”, señalaron desde CONFIAR.
Cómo se integra la cadena
El sector foresto-industrial se compone de los segmentos de madera sólida transformada (transformación física) y celulosa y papel (transformación química).
La cadena completa incluye en su eslabón primario, sin transformación alguna, a la silvicultura, que comprende las actividades relacionadas con el cultivo, el cuidado y la explotación sustentable de las masas boscosas donde también involucra una serie de servicios conexos referidos a la mejora de suelo y manejo de incendios. También incluye la extracción de madera, que abarca a las actividades que se encargan de la obtención de rollizos, postes, leña y otros productos maderables (ya sea de fuentes nativas o implantadas).
El segmento de madera sólida transformada produce actualmente alrededor de 4 millones de m3 de producto, de los cuales aproximadamente el 75% son madera aserrada y el 25% son paneles de madera.
La madera aserrada se obtiene principalmente de rollizos y constituye la principal actividad de la industria de madera sólida, que es utilizada para la producción de muebles, insumos para la construcción (como ventanas y encofrados), en carpinterías y fabricación de envases.
En tanto, la producción de tableros (paneles de madera) alcanza alrededor de 1 millón de m3. La mayor parte se destina a la industria del mueble , a la construcción y a la decoración.
En cuanto a la cadena del papel, sus productos suelen ser demandados por una gran cantidad de industrias.