No es noticia que la volatilidad del clima se ha transformado en una constante; la planificación de la cosecha de granos se convierte, entonces, en una tarea estratégica para maximizar la eficiencia en el trabajo a campo.
Pautas para anotar
Diego Villarroel, especialista en agricultura de precisión del INTA Manfredi, Córdoba, destaca la importancia de caracterizar las condiciones del cultivo y su diversidad en madurez de tallos, junto con la humedad del grano. “Identificar los distintos ambientes del terreno -lomas, bajos y zonas con falta de piso- también es esencial para adaptar la estrategia de cosecha”.
En el contexto actual, es recomendable anticipar la cosecha de soja y no esperar a que la humedad del grano alcance el 13,5 %. Adelantar la cosecha reduce las pérdidas de precosecha y minimiza los riesgos asociados a las precipitaciones prolongadas. “Si la soja con 13,5 % de humedad de grano recibe lluvias por más de 10 días, las pérdidas en cantidad y calidad pueden ser mayores que decidir comenzar a trillar con 15 % de humedad”, explica el especialista.
La maquinaria es clave
En caso de limitaciones por falta de piso, se recomienda trabajar con máquinas que permitan una descarga por cabecera y evitar sobrecargar la tolva, lo que contribuye a reducir la compactación del suelo. Es fundamental utilizar máquinas adecuadas, como cosechadoras con neumáticos radiales y de alta flotación, y ajustar la presión de inflado para evitar daños al suelo.
Se aconseja que la cosecha se realice con una dirección al sesgo en 30º respecto a la línea de siembra, lo que evita patrones de huellas y patrones de cobertura del suelo. “Es de suma importancia planificar la dirección de la cosecha para minimizar la circulación de las máquinas en el lote y evitar daños al suelo”, resalta el especialista.
¿Cuándo conviene cosechar?
Ante condiciones climáticas variables, se recomienda adelantar la cosecha y realizarla con un porcentaje de humedad del grano del 15-16 %. Esta estrategia permite minimizar las pérdidas por desgrane y asegurar la cosecha en una ventana de tiempo crítica.
Bendito almacenamiento
El almacenamiento adecuado de la soja es esencial para preservar su calidad y evitar pérdidas. Según investigaciones del equipo de cosecha y poscosecha del INTA, la soja almacenada con 16 % de humedad en bolsas plásticas puede conservarse sin problemas hasta 2 meses, mientras que con 14,5 % de humedad se extiende a 6 meses y con 13 % de humedad se puede almacenar más de 12 meses.
Sin embargo, se recomienda controlar periódicamente el estado del grano almacenado, ya que factores como la amplitud térmica pueden influir en su conservación.
En situaciones donde la planta está erecta y de altura normal, la velocidad del molinete debe ser un 25% mayor que la velocidad de avance de la cosechadora. Si el cultivo está volcado y se cosecha en contra del sentido del vuelco, la velocidad del molinete debería ser solo un 9-10 % mayor a la de avance. En cambio, si la recolección es en el mismo sentido de vuelco, la velocidad del molinete puede ser 50 % mayor a la de avance.
Aquellos que cuentan con cabezales de lona o draper tienen una ventaja significativa, ya que estos permiten un mejor tratamiento del cultivo cortado, lo que se traduce en una reducción de las pérdidas por plataforma y una mayor eficiencia a lo largo de la jornada.
Pautas para minimizar pérdidas en la cola de la cosechadora
Ajustes como la velocidad del cilindro trillador, la utilización de monitores de pérdida y sensores de retorno de grano son fundamentales para lograr una cosecha más eficiente y reducir las pérdidas son fundamentales para minimizarlas
Además, el especialista resalta la importancia de una buena calibración del monitor de rendimiento. “Debe realizarse en las zonas más representativas del lote, lejos de las cabeceras o en áreas con problemas de piso, malezas o maduración heterogénea del cultivo”.
Al obtener un buen mapa de rendimiento, los agricultores pueden contar con una sólida base de datos para comprender el resultado final de la campaña y ajustar su estrategia de manejo en función de las condiciones climáticas específicas que enfrentan en la cosecha de 2024.
FUENTE: INTA