Las condiciones frías que se registraron en las últimas semanas, especialmente en el sur de la región núcleo, estuvieron “por debajo del umbral crítico” para la “chicharrita”, una plaga que provocó daños y pérdidas esta campaña en el cultivo de maíz, de acuerdo con un relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
El reporte puntualiza que este factor climático se da en un contexto donde las precipitaciones “superaron ampliamente las medias históricas”, contribuyendo al retraso en la recolección de los cultivos. En el caso de la soja, sólo se cosechó el 73% de la superficie implantada, por debajo del 90% de avance logrado en igual período del ciclo agrícola anterior. Y en el de la soja de segunda, la ralentización es más marcada, dado que sólo se cosechó el 40% de lo sembrado, mostrando una demora del 25%.
“Según las recientes proyecciones internacionales, el forzante Niño ya casi no ejerce influencia, está dando paso a una corta neutralidad y finalmente a una nueva Niña”, explicó el consultor de la Guía Estratégica para el agro de la BCR, Alfredo Elorriaga. Y agregó que “esta transición climática puede estar influyendo en los patrones de precipitación y temperatura, complejizando el panorama para los productores”.
Por otra parte, en este ciclo agrícola ocurre un fenómeno inusual: la superposición de la cosecha de soja de primera y segunda con el maíz temprano y tardío. En ese contexto, “la falta de ventanas climáticas adecuadas para las labores agrícolas y la urgencia por recolectar” han llevado a cosechar granos “con niveles de humedad superiores a lo ideal, lo que podría afectar la calidad del producto final”, subraya el informe.
En el caso de la cosecha de maíz temprano, aún “restan cerca de 200.000 hectáreas por recolectar”, y a ello se suma la falta de maquinaria e infraestructura adecuada”, lo que agrava el panorama. Por otro lado, el maíz tardío se anticipa para mediados de mayo, dos meses antes de lo habitual, debido al daño causado por la “chicharrita” y el temor a pérdidas significativas.
La contraparte es que con las actuales condiciones se puede pensar en un entorno de alta productividad para el próximo ciclo de trigo, gracias a las reservas de agua acumuladas, según estima la Bolsa de Comercio de Rosario.