En la ganadería “empieza a jugar el atraso cambiario”

Así lo advirtió el economista David Miazzo, al tiempo que destacó que la actividad se encuentra en una posición “relativamente sólida”

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La ganadería se vio beneficiada por la apertura de exportaciones y por la reducción de la brecha cambiaria (Revista Chacra)
La ganadería se vio beneficiada por la apertura de exportaciones y por la reducción de la brecha cambiaria (Revista Chacra)

El economista David Miazzo, señaló en Chacra TV que el sector ganadero se encuentra en una posición relativamente sólida, con precios favorables para terneros y novillos por la escasez de oferta provocada por la sequía, y por la debilidad del maíz en los sistemas productivos.

En cuanto a las exportaciones, Miazzo, destacó que aunque la ganadería se ha beneficiado con la apertura de las ventas externas, hoy enfrentan desafíos como el atraso cambiario, que encarece la competencia con el novillo dentro del Mercosur.

“Por el lado de las colocaciones externas, podríamos plantear que hay un signo de interrogante hacia adelante, porque si estimamos una inflación que vaya al 10% o 15%, y se va desacelerando en los próximos meses con un tipo de cambio al 2%, rápidamente se puede deteriorar el número que hoy maneja la exportación”.

Para el economista David Miazzo, la ganadería está con una relación oferta-demanda-costos que "le da cierto soporte" (Revista Chacra)
Para el economista David Miazzo, la ganadería está con una relación oferta-demanda-costos que "le da cierto soporte" (Revista Chacra)

Miazzo destacó que el sector ganadero “se vio muy beneficiado por la apertura de exportaciones y por la reducción de la brecha cambiaria”, aunque resaltó que “empieza a jugar el atraso cambiario”.

En este sentido, el economista señaló que “Argentina rápidamente empezó a tener el novillo del Mercosur más caro, un problema de tipo de cambio que le cuesta poder pagar lo que está valiendo el novillo”.

Por otra parte, Miazzo subrayó que existe una debilidad del consumo interno, causada por la pérdida del poder adquisitivo y la alta inflación, que está afectando la demanda local.

En mazo, cayó 18,5% el consumo de carne vacuna

De hecho, en marzo pasado el consumo de carne vacuna por habitante retrocedió 18,5% con relación a igual mes de 2023, ubicándose en 42,6 kg por año, según datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra).

En ese contexto, el economista estimó una debilidad en los precios del ganado en faena en los próximos meses, a lo que se suma cierta incertidumbre sobre las perspectivas climáticas, dato que influye en las decisiones de los productores para la reconstitución de sus planteles.

“La ganadería viene de una buena posición, con precios tanto para terneros como para novillos relativamente fuertes, donde el ternero ha estado motorizado por la relativa falta de oferta a raíz de la sequía”, sostuvo Miazzo y resaltó que en el caso del gordo “ha estado ayudado en los sistemas productivos por la debilidad del maíz”.

En mazo de 2024, el consumo de carne vacuna por habitante fue de 42,6 kg por año (-18%), según datos de Ciccra (EFE)
En mazo de 2024, el consumo de carne vacuna por habitante fue de 42,6 kg por año (-18%), según datos de Ciccra (EFE)

El economista explicó que el sector está con “precios relativamente buenos y una situación de oferta-demanda-costos que le da cierto soporte”, al tiempo que “se empieza a encontrar con una reducción de la demanda por la debilidad del consumo, que se profundizó con la pérdida del poder adquisitivo, y la alta inflación de este verano”.

Además, Miazzo explicó que el sector ganadero está esperando para el gordo que va a faena, “alguna debilidad de precios reales versus inflación, por lo menos para los próximos tres meses”.

En cuanto a la invernada y cría, el economista sostuvo que la variable estará en las expectativas del clima. “Si esperamos que haya agua y que haya pasto hacia adelante, los productores pueden tratar de rearmar los planteles tras la liquidación de vientres que tuvieron, rearmar las recrías que, en algunos casos, se cortaron por la sequía”.

Muchos modelos climáticos empiezan a prever que “La Niña” se instale a partir de la primavera. “Eso, con la debilidad de la demanda, puede llevar a muchos invernadores, y a muchos criadores a tomar la decisión de no recuperar su plantel, tras la experiencia de tres años consecutivos padeciendo los efectos de este fenómeno” climático.

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