Solita está enamorada y a poco de estrenar una obra de teatro a los 72 años. A pesar de los dolores intensos que le provoca una enfermedad, la neuralgia de Arnold, y de seguir con la recuperación del ACV que la sorprendió hace algún tiempo. Junto a los olvidos que le aparecen más a menudo con el paso de los años, se le instalaron miedos. ¿Qué hacer si en el futuro se complica más su salud? Cómo evitar el sufrimiento propio y el de los demás? Solita trabaja desde siempre y hoy su desafío es hablar de una pareja y de la convivencia con Luis Brandoni en “¿Quién es quién?” A lo largo de su vida protagonizó infinidad de obras de teatro, de realities, de películas y de telenovelas exitosas e inolvidables y revisando esa trayectoria interminable, la cuenta me da 60. Desde hace 60 años Solita trabaja sin parar.
– El número es exactamente así. Este año cumplí los 60 años de este oficio del actor que es tan maravilloso. A mí no me gusta decir artista, está de moda, para mí el artista es el creador. Nosotros somos como los japoneses.
– ¿Artesanos de bonsai?
– ¡Muy bien! De un texto transmitimos, somos transmisores. Hay cada una y cada uno que dice “soy artista” que te querés matar. Yo no me atrevo a decir que soy un artista.
– 60 es toda la vida entera.
– 60 es toda la vida. Nunca me voy a olvidar de un homenaje que me hiciste en un programa tuyo, fue una de las cosas más lindas que me ocurrió en esta profesión, donde mis hijos hablan de mí, te lo voy a agradecer toda la vida.
– Fue hace 25 años, hoy habría que hacer un programa ómnibus. Todo lo que hiciste es un montón.
– Todo lo que hice, todo lo que viví como ciudadana. Pasé por todas como los que tienen mi edad, 72. Próxima a los siete tres.
“NUNCA ME DIO VERGÜENZA NADA”
– Nunca te dio vergüenza decir la edad.
– Nunca me dio vergüenza nada. Creo ser una persona honesta.
– ¿Nunca te sacaste años?
– No, nunca me saqué un año. Y es más, hay una palabra que me encanta, que es “viejita”. Muchos compañeros me decían: no digas viejita. Bueno, sí, soy una persona que ha pasado los 70, soy abuela, y si mis hijos se me hubieran casado antes podría ser hasta bisabuela. Porque yo me casé a los 18 con Jaramillo y Balta nació cuando yo tenía 19.
– ¿Les estás pasando factura a tus hijos?
– Un poquito.
“YO EMPECÉ A TRABAJAR POR NECESIDAD, NO POR UNA VOCACIÓN”
– ¿Trabajás porque te gusta, porque necesitás el ingreso o por las dos cosas?
– A principios de año tuve una crisis creativa, no podía con mi vida. ¡Y claro! Yo empecé a trabajar por necesidad, no por una vocación. Era realmente necesario que trabajara, a los 15 años banqué en mi casa. Y eso se fue haciendo carne.
– ¿El oficio?
– El oficio. Pero tuve una gran crisis creativa. Y fui y me compré un pasaje a Miami, me quedé diez días encerrada con Sebastian Spreng que es una maravilla de persona tratando de sacar un unipersonal. Ya lo tenemos casi. Y por suerte ahora me encuentro con un compañero como Brandoni, que con sus años también quiere hacer gira.
– La respuesta entonces es que trabajás porque te gusta.
– Me gusta. Metí dos fracasos, otra palabra que está prohibido decir: fracaso. Yo soy lectora de Bielsa, el director técnico, cuál es el problema de decir: “no me fue bien, fracasé”. ¡Los actores saltan y me dicen que no diga la palabra “fracaso”! Y los éxitos son maravillosos, pero hay que tener mucho cuidado con el ego. Nunca me voy a olvidar cuando hicimos “Rolando Rivas, taxista” y llegamos con Claudio García Satur a Córdoba a recibir los Premios Bamba. Estaban todos los taxis de Córdoba, había 200 taxis, nos subieron a un Peugeot y paseamos por todo Córdoba, por las avenidas más importantes con banderas argentinas. Y yo decía: pero Claudio, somos Evita y Perón, ¡no se puede creer esto! Porque nunca lo había vivido. En ese momento le dije a Claudio, “esto no nos lo creamos, porque mañana puede ser que no lo tengamos y lo vamos a lamentar mucho”. Y ahí, desde los 19 años que yo trabajo con mi ego. Eso no quiere decir que no sepa lo que quiero, hay cosas que uno ve cuando un barco se hunde, y ahí no me quedo callada.
“YO QUISIERA SEGUIR TRABAJANDO”
– ¿Pilas no te faltan, no? Hay gente que decide trabajar hasta cierto momento de la vida.
– Yo quisiera seguir trabajando. Dios quiera que se me solucione la neuralgia de Arnold que tengo, me están ayudando muchos profesionales, estoy mucho mejor.
– Aprendiste que te tenés que cuidar más? Tuviste un ACV.
– Estoy medicada, por supuesto. Tuve un ACV asintomático.
– ¿Tuviste que revisar y replantearte los hábitos con las dos enfermedades tan cerca?
– Tengo que tener mucho cuidado.
“ME GUSTARÍA DECIRTE QUE NO TOMO MÁS UNA COPITA DE VINO, PERO…”
– ¿Qué dejaste de hacer?
– Me gustaría decirte que tomarme una copita de vino no lo hago más, jajaja. Pero con José, que es mi pareja, es muy difícil no tomar vino. Así que ahora la llamé a mi nutricionista, y le dije “cometí pecados, me comí un pedacito de pizza, me comí un poquito de pasta”, cosas que no debo hacer ahora.
– ¿Te tentás?
– No, si no está José, no tomo nada.
“SI VIAJO CON MI NOVIO, YO PAGO LA MITAD”
– José es el novio. Si está José con vos todo se vuelve es lujurioso.
– Como más lujurioso todo, sí, la verdad que sí. Los otros días, por ejemplo, hicimos lo que había que hacer…
– ¿A qué te referís?
– Jajaja. Hicimos el amor, y yo estaba muy dolorida. Entonces me quedé acurrucada y dormí hasta las 12 del mediodía. Nunca en mi vida me he sentido tan bien, nunca. Dije “este es el mejor día de mi vida”. No duró mucho porque después me fui al ensayo, prensa… Me fui de vacaciones en abril y mayo con José, hicimos el sur de Italia, maravilloso.
– Pero es un novio con todo. ¿Con viajes?
– No, pero yo pago la mitad.
– ¿Cuánto tiempo están juntos? Él vive en Brasil.
– En el viaje. Ahora vino y se quedará hasta el estreno, no sé hasta cuándo.
“CUANDO ME VIO ME DIJO EL “SOLITA” MÁS LINDO QUE ME DIJERON EN TODA MI VIDA, COMO SI YO FUERA UNA APARICIÓN”
– Lo conociste de vacaciones en Búzios.
– Ahí lo conocí porque fui a la casita de una amiga. Ella me había dado las llaves. Yo pierdo todo, y me olvidé el teléfono. Me perdí, no sabía cómo volver. Esta amiga mía y mi amigo Félix me mandaron a los tres amigos que tienen allá. Cuando me perdí, encontré un cartel de la posada de José, pregunté por el señor José Vázquez y me dijeron que se acababa de retirar, y me quedé a comer. Yendo hacia el restaurante, un señor que tocaba la armónica y me vio y me dijo el “Solita” más lindo que me dijeron en toda mi vida. “Solita”, como si fuera una aparición.
“EL AMOR AHORA ES MARAVILLOSO PORQUE NO SOY POSESIVA, YO ERA INSOPORTABLE”
– ¿Cómo es el amor a esta edad?
– El amor ahora es maravilloso porque no soy posesiva. Yo era insoportable, insoportable. Pido perdón a todas mis parejas.
– ¿Con todas tus parejas?
– Hubo unos más que otros, pero era insoportable. Y ahora no, ahora confío en él. Y mirá que estamos separados 25 días, 20 días al mes. Es hermoso el amor ahora, nunca estuve más tranquila en mi vida.
– ¿Qué es lo que más te gusta de él? ¿Es muy cariñoso?
– Es cariñoso, es muy buena persona, está pensando en todos. Es un hombre increíble, increíble, muy buena gente.
“EL AMOR ES MUY LINDO A LOS 72, SE LOS RECOMIENDO”
– ¡Qué suerte! No?
– Qué suerte. No nos miramos los dos y decimos, ¡pero esto es increíble! El amor es muy lindo a los 72, se los recomiendo, señoras.
– ¿Te enamoraste muchas veces?
– Yo me enamoré cuatro o cinco veces. Fue muy gracioso porque yo estaba haciendo fotos de la bahía con el teléfono y de golpe lo vi entrar. Y lo que vi es un hombre que tiene 73, un hombre que se levanta los pantalones de la misma manera que se los levantan mis hijos. Vos me dirás: qué Edipo Solita, pero no, es un ex rugbier.
– Encontraste cosas que te resultan familiares.
– ¡Muy familiar! Mirá que yo hace rato que… nunca me pasó de ver un hombre en estos últimos años, mis hijos no me creen pero es la verdad.
“QUEDE MUY LASTIMADA DESPUÉS DE CHACHO. Y ME SEPARÉ DEL AMOR. DIJE: NUNCA MÁS PASO POR ESTO”
– ¿Hace más de diez años?
– Yo creo que más, el último fue (Chacho) Álvarez. Un montón.
– Para mí quedaste espantada, lastimada
– Quedé muy lastimada, muy lastimada. Les tengo que pedir perdón a sus hijas porque estuve muy mal en un reportaje, les pido mil disculpas a las tres, pero creo que quedé muy lastimada. Y por eso me separé del amor.
– ¿Nunca más viste a un hombre?
– No. A lo mejor… pero yo no soy una mujer que haga el amor desde el primer día que lo conozco.
– Pusiste una distancia con los varones, habías sufrido.
– Absolutamente, sí. Dije: nunca más paso por esto.
– Creo que nunca sufriste tanto como en esa relación, con el resto de tus parejas mantuviste los vínculos,
– Sí, soy amiga de todos. Mi Jaramillo se me fue, mi único marido, se nos fue. Pero la verdad que este sí fue con el único.
– Seguiste siendo amiga de David Viñas, de Hernán Lombardi.
– Sí. De Miguel Ángel Solá, que me costó un poco más, éramos muy jóvenes.
– Chacho es el único mal recuerdo. Y te duró el impacto.
– Sí, claro que sí, mucho. Pero estaba loca, estaba totalmente loca, porque no sabía dónde estaba la verdad. Debo decir que lo que sí me demostró Chacho, porque es un político al fin de cuentas, es que vivía en un departamentito chiquito que además era de su ex mujer. Si bien digo que me volvió loca, también es un tipo muy honesto.
– ¿Que algunos fueran hombres públicos estuvo bien o estuvo mal?
– Yo con todos aprendí, a mí me gustan las relaciones en las que aprendo. Y sí, aprendí mucho. Aprendí de Jaramillo, aprendí de Miguel, aprendí de Viñas, aprendí de Hernán. Tenía algunas diferencias ideológicas con ellos, pero siempre se podía charlar.
– Hay quienes dicen que hay un solo amor en la vida, uno más fuerte que es el amor de la vida.
– Y te diría que sería Jaramillo en este caso.
– A lo largo de los años lo nombraste tantas veces, lo tuviste siempre tan presente. No me digas que es por ser padre de los hijos, porque trasciende eso la presencia que él tiene en vos.
– Sí, pero los hijos tienen mucho que ver. Pero sí, era un gran compañero. Y estuve casada no mucho tiempo, nueve años.
– Conviviste con él, con Hernán Lombardi…
– Y con Mariano Franco, que es hermano mío de la vida ahora. Estuvimos cuatro o cinco años. Y me hizo muy feliz, muy feliz.
– Ahora, el 8 de enero, se estrena “¿Quién es quién?” ¿Van a hablar de convivencia con Luis Brandoni?
– Obvio, es un matrimonio de 30 años de casados. Es un montón, no sé cómo hicieron.
– Es una discusión muy actual. ¿Se puede convivir y seguir juntos y felices?
– Con honestidad, siendo honestos el uno con el otro. Lo único que esperamos Beto y yo es que los matrimonios se codeen, que se identifiquen. Con el personaje de Beto que es el típico machista, hombre grande. Y con esta mujer también grande que plantea situaciones. Yo sé cómo termina, pero Beto dice que no, que el final es otro, así que lo tendrán que decidir.
– ¿No se ponen de acuerdo en la obra?
– El actor y la actriz no nos ponemos de acuerdo, nos llamamos “él” y “ella”. Cosa que me gusta porque lo hace universal. Es muy gracioso.
– ¿Qué es lo peor de convivir? ¿Volverías a vivir con un hombre?
– No. Todos los días, no. No sé si hay algo, yo me acostumbré mucho a mi soledad, a mi me encanta mi soledad. Entonces no la sufro, aprendí a vivir sola. Por supuesto, con las visitas de nietos, tengo cinco, dos mujeres y tres varones.
– ¿Hay un antes y un después de ser abuela?
– Sí, es impresionante. Yo creo que Inés tuvo mucho que ver, Inés era mi locura. La tuve dos años hasta que vino Clarita.
– “La tuve”.
– ¿La tuve? Sí, porque para mí era mía.
– Porque no tuviste hijas mujeres, además.
– Exacto, eso es lo que nadie me comprende. Los varones, además, son más fáciles, y las mujeres somos más complicadas. Para mí, mis dos nietas… es la vida. Además tuve un privilegio. Te acordás que Alberto Fernández, el ex presidente, nos mandó a casa en la pandemia, a los mayores de 70, a todos los viejitos. Nos dijeron que no salgamos, y digo viejitos porque así nos trataron. Me acuerdo siempre que Beatriz Sarlo, a quien también le rindo mi homenaje, salió a decir: pero ¿por qué si somos los que más sabemos de la vida? Inés, mi nieta cumplió el 20 de marzo y me fui a su cumpleaños. Y tuve la suerte y el privilegio de pasar tres meses con ella.
– ¡No se podía salir!
– Claro, ¿qué abuela tiene el privilegio de pasar tres meses con sus nietas? Y con la hermana mayor de mis nietas, Justina. Felices.
“SER ABUELA FUE UNA REVOLUCIÓN DENTRO DE MÍ”
– ¿Cómo es tener nietos? ¿Cómo se siente?
– Es un volver a vivir. Es la alegría, es lo que me da ganas de salir. La llevé a todos lados. Viajamos. Es un resurgir. Es lo más. Y no están malcriándose, yo no soy una abuela malcriadora. Al contrario, sigo bajando línea.
– ¿Te estira la vida? ¿Te abre el horizonte? ¿Qué es lo que pasa adentro? Todos dicen que hay un antes y un después.
– Si Baltasar se hubiera casado a los 26, yo ya tendría a mi bisnieta.
– ¡Otra vez con eso! Se lo dijiste, pobre.
– Sí, pobrecito, mi amor. Te amo, hijo. Cuando sucedió, fue un milagro. Cuando aparecieron los dos con Inés en su sillita… Ay! ¡Cómo lloré! No te puedo decir lo que lloré de emoción.
“YO NO ACEPTO QUE NINGÚN HOMBRE ME PAGUE NADA”
– ¿Es tan fuerte como tener un hijo, decis?
– Sí, sí, muy fuerte. Ahora no me dan ni cinco de bolilla porque, claro, ya tienen 16 y 15. Fue una revolución dentro de mí. Por eso sé que fue el Chacho el último hombre, porque alquilamos juntos una quinta cerca de la casa de mis nietas. Yo siempre a medias, ¿viste? Yo no acepto que ningún hombre me pague nada. José me está tratando de domar, pero me cuesta muchísimo, muchísimo.
– Son los nietos, además de Chacho, los que te metieron para adentro.
– Si, son los nietos, sin la menor duda.
“COMO MADRE FUI MUY AUSENTE, MUCHAS NOCHES FALTÉ A MI CASA Y ME LO ECHAN EN CARA”
– Cualquier hombre que pasara al lado de todos estos nietos que nacían…No importaba nada más. Entonces, ahora que los nietos están grandes, te podés poner de novia de nuevo.
– Claro, es lo que hice, jajajaja. Yo, como madre, fui muy ausente. Yo trabajaba como loca, hacía televisión, hacía cine, hacía teatro. Muchas noches falté a mi casa, en el horario donde toda la familia se junta. Falté mucho y me lo me lo echan en cara.
– ¿Todavía te lo echan en cara?
– Todavía. “Mamá, hiciste lo que pudiste”, me dice Facundo. Baltasar es el más duro, pero también es mi padre. Se han convertido de alguna manera mis dos hijos en mis padres.
– ¿Porque te cuida o porque te reta?
– No, porque me cuida. Me reta, pero fundamentalmente me cuida.
“QUIERO MORIRME CON MIS DOS HIJOS DE LA MANO Y CON UNA SONRISA”
– ¿Qué sentís que te perdiste? ¿Qué edades, qué momentos?
– Al ser madre tan joven y tener éxito justo en ese momento… Está bien que me digan “vieja, está todo bien, hiciste lo que pudiste”. Pero suena como medio corto eso.
“YO CREO EN LA EUTANASIA, YO NO QUIERO SUFRIR. Y QUIERO IR A UNA ESCRIBANA PARA QUE NO ME SOBREVIVAN”
– ¿A vos te pesa esa ausencia?
– No, no me pesa porque banqué. Salimos adelante gracias a mi trabajo, así que no me pesa. Me gustaría que ellos me dijeran: sos la mejor mamá del mundo, pero… todavía no llegó esa frase. Y yo creo en la eutanasia, que me disculpen los católicos, pero yo no quiero sufrir. Una sobrina mía que tiene muy mal a su madre, me dijo que quiere ir a Suiza a hacerlo, viste que (Alain) Delon lo quería hacer y no lo dejaron. Quiero ir a una escribana y decir que no me sobrevivan. Me da miedo mi cabeza, que de golpe uno va perdiendo la cabeza. Entonces hablé con los chicos “en cuanto ustedes vean que yo no coordino nada me dicen ‘vieja, sacá la platita que tenés guardada’, y nos vamos a Suiza con vos”. Quiero morirme con los dos de la mano y con una sonrisa.
“LES DIJE A LOS CHICOS: EN CUANTO USTEDES VEAN QUE YO NO COORDINO NADA, NOS VAMOS A SUIZA”
– ¿Por qué pensás que la cabeza no te va a acompañar?
– Porque me olvido de todo, María Laura, me olvido de todo. De todo. Si no la tengo a Lucila al lado, (n de la r: su asistente) ¿a quién voy a llamar? Creo que puede venir por ahí.
– Despistada fuiste siempre.
– Sí, despistada, es lo que me dice todo el mundo.
– ¿Sentís que estás envejeciendo mucho?
– Me doy cuenta que estoy envejeciendo, pero no pasa por ahí. Es que siento que me puede pasar. Ojalá me muera de un ataque cardíaco, porque así no sufriré. No quiero sufrir, y por sobre todas las cosas veo en los hijos de los que están enfermos lo que sufren los hijos. Entonces no, mi familia no puede atravesar por esto. Que tengan el coraje de acompañarme, yo me llevaría toda la familia, pero no creo que me alcance la plata. Les decía a mis nietas: ustedes me ponen el tema de Soledad, que creo que es un vals, me rodean, y yo en la cama. Estaba convencida que me podía tomar una pastillita, pero no se puede. “Morir con una sonrisa y con todos ustedes bailando alrededor”. Clarita me dijo: Tatita, ¿vos te vas a estar muriendo y nosotros bailando? ¿Vos estás loca? No, no estoy loca.
“YO NO OPINO MÁS DE POLÍTICA”
– Lo que sí es loco es que lo estés planificando cuando estás por debutar con una obra de teatro, de novia desde hace un año, viajando, yendo y viniendo.
– No hay nada mejor que estar prevenida en la vida. Ir al escribano, dejar las cosas como corresponde para que después los hijos no lo tengan que hacer.
– Le dedicamos un largo rato a hablar de morir bien.
– Morir bien, morir dignamente. La película “Invasiones bárbaras” me enseñó eso, una película extraordinaria.
– ¿Hablás de política?
– Yo no opino más de política.
– Como Juan José Campanella, no habla más de política, se cansó.
– ¡Basta! ¡Basta! Estamos hartos.
– ¿Ahora en los ensayos con Beto Brandoni no hablan de política?
– No, Beto es un señor. Beto es un ángel bajado a la tierra. Porque me habían dicho que era cabrón, no sé si fueron los años, pero hoy es un ángel de la guarda para mí.
– Comparten mucha pasión por la actuación y muchos años. Tienen dos trayectorias muy fuertes.
– Mucha pasión, tenemos recuerdos, miles de recuerdos. El otro día me recordó otra película que hicimos. Además, me siento apoyada, siento que puedo. La venta adelantada viene brutal, por suerte.
– ¿Sentís que no estás sola?
– Siento que no estoy sola tirando del carro. Tampoco lo estuve cuando hicimos la obra con Osvaldo Laport.
– ¿La extrañas a Verónica Llinás, la compañera de “Dos locas de remate”?
– La quiero mucho, no la extraño demasiado. Discutimos muchísimo arriba del escenario ella y yo. Es una nena. Pero le tengo una profunda admiración y la quiero muchísimo. Con Vero nos agarramos en las funciones por estupideces. Hicimos análisis. Fuimos al terapeuta para ver qué nos pasaba, pero no sirvió. Somos dos personalidades muy fuertes.
– ¿Con el Beto no discuten?
– No, nada. Beto es un sol, nada. Vamos a ver cuando empiecen las funciones.