Diego Schwartzman, conocido como El Peque, se destacó desde muy temprana edad en el tenis en el Club Náutico Hacoaj. A lo largo de su carrera, alcanzó el puesto número 8 del ranking ATP en octubre de 2020, consolidándose como uno de los mejores tenistas argentinos de su generación. Su estilo de juego, caracterizado por la velocidad, precisión y resiliencia, le permitió competir al más alto nivel, a pesar de su baja estatura para el tenis profesional.
Obtuvo victorias memorables contra destacados jugadores del circuito. Entre sus triunfos más recordados están las victorias frente a Rafael Nadal en el Masters de Roma 2020 y Dominic Thiem en el Argentina Open y Roland Garros. Además, conquistó importantes títulos como el ATP 250 de Estambul en 2016, donde venció a Grigor Dimitrov en una emocionante final.
En la temporada 2022, alcanzó las finales del ATP 250 de Buenos Aires y del ATP 500 de Río de Janeiro, ambos torneos sobre polvo de ladrillo. En 2023, tuvo un inicio de año irregular. Llegó a la segunda ronda del Australian Open tras vencer a Oleksii Krutykh, pero perdió ante Jeffrey John Wolf. Durante la gira sudamericana, sufrió varias derrotas. Pero volvió a la victoria en Indian Wells al derrotar a Federico Coria, aunque luego perdió ante Casper Ruud. En el Masters 1000 de Miami, superó a Wu Yibing antes de caer ante Holger Rune.
El 5 de mayo de 2024, Schwartzman anunció a través de Instagram que jugaría sus últimos torneos en la gira ATP, con su retiro programado para febrero de 2025. Su último torneo será en Buenos Aires, cerrando así una carrera llena de logros y emociones.
El Peque dejó una huella significativa en los Grand Slams y en torneos de la Copa Davis, representando a Argentina con orgullo. Su desempeño en Roland Garros 2020 y su participación clave en múltiples ediciones de la Davis lo consolidaron como un referente del deporte argentino.
En su vida personal, Diego está comprometido con Eugenia De Martino, modelo y actriz argentina, con quien mantiene una relación desde 2019. La romántica propuesta de matrimonio tuvo lugar en París, bajo la emblemática Torre Eiffel, marcando un momento inolvidable para la pareja. La boda será en octubre de 2025.
Pollo: — Venís de una familia que se esforzó para acompañarte en tu carrera. ¿Qué pasó cuando llegó la primera plata fuerte y cómo te administraste? Porque imagino que nadie te lo enseña antes del éxito.
Peque: — Es duro eso. Mi familia había pasado por todas las etapas. Fue una familia de mucha plata a principios de los ‘90, a mediados de los ‘90 se funde y se queda sin nada. Tuvieron que vender todo y vivíamos de prestado. Nosotros somos cuatro hermanos y tengo mil anécdotas de que me echaban del colegio porque no habían pagado la cuota, me echaban de la academia de tenis...
Pollo: — No era por rebelde, era por plata.
Peque: — Sí, yo no entendía nada porque mis viejos nunca me lo hicieron sentir. Pero en el fondo, haber pasado por las dos cosas, inconscientemente mamé un poco cómo administrar y cómo ser consciente de lo que uno tiene. Fui manejándome muy de a poco y la gente que me rodeaba me fue guiando. Me decían: “Primero comprate tu departamento, después comprate tu auto”.
Pollo: — Cuando es una familia laburante y uno de los hijos es deportista, se mueve en base a ese sueño que encima puede salir mal...
Peque: — Eso es lo peor. Yo creo que mis hermanos, que tenemos una relación increíble, en su adolescencia lo deben haber sufrido bastante. Son más grandes, en promedio, tienen 8 años más y yo era un chiquito arrancando un deporte en una familia que no tenía un mango y cada peso que entraba iba a mi carrera y ellos nada, sálvese quien pueda. Se la recontra bancaron y toda esa infancia que tuvieron, en parte, acompañando mi carrera porque mi vieja viajaba conmigo…
Pollo: — Tu viejo vendió un auto Taunus para ayudar. ¿Puede ser?
Peque: — Sí, lo vendió 1.200 pesos en aquel momento.
Pollo: — ¿Vendió el auto en el que andaba todos los días?
Peque: — Sí, para que yo pudiera irme al interior con mi vieja a competir. Para poder pagar el pasame de micro.
Pollo: — Sin saber que iba a pasar.
Peque: — Después cuando empezás a ser adolescente y la carrera empieza a ir un poco mejor, ahí tenés la capacidad de ir a buscar gente que le gusta apoyar deportistas, privados, que te ayudan a bancarte la carrera. Pero hasta ese momento es todo de los padres y es duro porque se la tienen que bancar tus hermanos, tus viejos y se endeudan. Es todo un drama en esta parte del mundo poder financiar a un deportista.
Una amistad de película
Diego y el reconocido actor Ben Stiller han cultivado un vínculo de amistad en los últimos años. Comenzó en 2019 durante el US Open, donde se conocieron y compartieron una conversación amena. Desde entonces, han mantenido contacto, intercambiando mensajes y compartiendo momentos juntos.
En 2021, después de una victoria de Schwartzman, Stiller lo felicitó públicamente en redes sociales, destacando su destreza y dedicación en la cancha. En 2022, El Peque compartió una foto de los festejos por la victoria de Argentina en la Copa del Mundo con Stiller, evidenciando la cercanía de su relación.
Pollo: — ¿Es verdad que sos amigo de Ben Stiller o es una foto y todo se exagera?
Peque: — Amigo, amigo, no. Pero me llevo muy bien (risas). En mi último U.S Open me dedicó un tweet que dice: “Te vamos a extrañar adentro de la cancha, todo lo que hacías” y me manda mensajes. Nos llevamos bien. El gran desafío del casamiento es traerlo...
Pollo: — ¿Está invitado?
Peque: — Sí, está invitado y no conoce Argentina.
Pollo: — ¡Le va a encantar!
Peque: — Pero tengo que armarle el viaje y poner la plata. Me va a salir más que el casamiento (risas).
Pollo: — No importa. ¿Pero él qué respondió?
Peque: — Que le encantaría, pero no sé cómo son sus tiempos.
Pollo: — ¿Tiene que grabar películas?
Peque: — No, ya no. No es más actor.
Pollo: — ¿Dónde vive?
Peque: — En las afueras de Nueva York y en Hawaii.
Pollo: — ¿Cuando ves Loco por Mary o Mi novia Polly, decís: “Ese chabón cenó conmigo y tengo diálogo”?
Peque: — La gente delira en el mundo cuando lo ve. Fuimos a comer en Indian Wells con todo el equipo y cuando lo vieron es como el Diego (Maradona).
Pollo: — Y sí. Es muy conocido.
Peque: — Yo creo que vas naturalizando cosas que te va dando el deporte que, cuando volvés acá o lo pensás, decís: “No es tan natural”.
Pollo: — Si viene a tu casamiento lo van a volver loco.
Peque: — Sí, le van a quemar la cabeza. Pero la gente tiene que entender. Hay que decirle a todos que estén tranquilos. También él sabe dónde lo van a volver un poco loco.
Pollo: — ¿Te pasó con algún otro famoso que siga tu carrera y te contacte?
Peque: — Con Ronaldo y Roberto Carlos. Chateo con ellos. Roberto me seguía en Instagram y yo no. Lo vi en Qatar en el mundial, nos quedamos charlando, me invita a jugar al padel y mi hermano me dice: “Él te sigue” y yo le digo: “¿Cómo me va a seguir Roberto Carlos? No sabe ni quién soy”. Y él me dice: “Sí, te sigo. Vos no me seguís a mí” (risas).
Pollo: — ¿No te dio vergüenza ponerle seguir a Roberto Carlos después de eso?
Peque: — Sí, mal. Pero es lo lindo del deporte también.
Pollo: — ¿Jugaste al padel con Beckham también?
Peque: — Sí, este año.
Pollo: — ¿Tenés relación con ellos?
Peque: — Indirectamente. Primero tuve contacto con el hijo, que jugaba al tenis de chiquito, y después con él. A Beckam le encanta el tenis, el padel y estuvimos ahora en Miami y me invitaron tres días seguidos a jugar al padel.
Pollo: — ¿Y viene al casamiento?
Peque: — No, no lo invitamos todavía (risas).
El juego del millón
Con una valija llena de dinero, el Pollo invitó a Diego a gastar un millón de dólares en lo que más le guste. El único requisito es que no se puede donar. Puede utilizarlo todo junto o en varias compras. ¿Qué eligió?
Pollo: — Hay que quemar la plata. ¿Con qué empezamos?
Peque: — Con una casa en el Sur. ¿Cuánto puede salir?
Pollo: — ¿Dónde te gustaría?
Peque: — A mí me gusta Villa La Angostura, pero vamos a elegir San Martín de los Andes. Me gusta mucho la naturaleza. Ya que tenemos un palo, voy a elegir una en el sur y una en la playa...
Pollo: — ¿En el Sur es con vista al lago?
Peque: — Y sí…
Pollo: — Es carísimo. Voy a poner 400 lucas. Algo tranqui, pero divino.
Peque: — Y un lindo lugar de playa puede ser Chapadmalal, que todavía está barato. Ahí no es necesario con vista.
Pollo: — Con 200 lucas estamos.
Peque: — Esto es bienestar personal y familiar porque acá me desconecto de todo.
Pollo: — Te quedan 400 mil dólares.
Peque: — Viajes. Agarraría 200 para ir a todo trapo a Europa en verano, en avión privado.
Pollo: — ¿Con quién irías?
Peque: — Iríamos cuatro en viaje en pareja con Euge, vos y Tefi (Russo). Vamos con la vecindad del Chavo…
Pollo: — ¡Pegué viaje! Increíble.
Peque: — Vamos tranquilos. Medialunas, mate, dormimos un rato y Tefi tiene que hacer sándwich de milanesa.
Pollo: — ¿Arriba del avión?
Peque: — Sí, con un fernet.
Pollo: — Te quedan 200 mil.
Peque: — Compro un terreno para cuando seamos viejos con mis amigos, que es el sueño de todo grupo grande, tener un lugar de vejestorio para que estemos todos juntos. A los 70 años, cuando se está terminando todo y no podemos caminar, poder estar ahí tomando mate todos juntos. Ya lo dejo más o menos armadito.