Llegó una oferta de trabajo de otro canal de televisión. ¿Otra más? Sergio siempre dijo que no, que mejor no, que se quedaba. Pero esta no fue una oferta más. Esta vez el piso se sacudió con tanta fuerza que nada pudo parar el proceso y Lapegüe se va de Canal 13 y TN para conducir la mañana de América. En Artear trabaja desde 1991. Fue productor primero, cronista después y en los últimos 10 años conductor del noticiero más importante de TN, Tempraneros, de 6 a 10 de la mañana. Sergio está casado con Silvia, Bochi, desde hace 32 años por lo menos, y tienen 2 hijos, Micaela y Franco. A muchos de sus amigos los conoce desde muy chico, pero estos años de trabajo han forjado también relaciones muy sólidas. Desde hace por lo menos 34 que es amigo mío, es un tipo de relaciones largas. De vínculos muy estables, de esos que son para toda la vida.
– Virgo. Soy un tipo que siempre está cómodo con la gente que quiere estar.
– ¿Cuántos años hace que conducís la mañana de TN de 6 a 10?
– Cumplimos el año que viene diez años. A la noche estuve otras diez o 12 más y otros 14 años de movilero en TN. Pero antes, como productor de Fax, donde era tu productor ejecutivo.
“ME DIJO: CUANTAS VACACIONES NOS QUEDAN A ESTA EDAD? ¡CINCO! ME SHOCKEÓ”
– Algo pasó con los 60. Cumpliste 60, gran fiestón, pero algo se te movió. Se te movió el piso.
– Cambio. Sí, hizo un clic la década esa. Decir, ¿hacia dónde voy? ¿Cuánto falta? ¿Qué hago? ¿Cuánto tengo? Un amigo nuestro me dijo: ¿cuántas vacaciones nos quedan a esta edad?
– ¿Y las empezaste a contar?
– ¿Cinco laburando? ¿Cinco? Cinco!!! Me shockeó Coco. Y dije, guau, ¡tenés razón! Me falta hacer algo, ¿no? Me pasó a los 50. Palito Ortega vino a tocar a mi cumpleaños, me dice: ‘vas a cumplir 50 pero no están más los 50. ¿Ya hiciste todo?’
– ¡Palito Ortega te rompió la cabeza!
– ‘Tenés que hacer lo que tenés que hacer. Hacé música’. Y ahí fui y me junté con la Lapeband hace diez años. Ahora no estaba Palito, Pero yo intuyo que fue así.
– Que los números redondos te pegan fuerte.
– Me pegan, sí.
– ¿Cuánto tiempo queda? Te preguntaste.
– Cuánto tiempo queda para disfrutar en óptimas condiciones, me preguntaba. En las vacaciones subir una muralla, por ejemplo. No sé cómo es el futuro, nadie lo sabe, es hoy. Una vez en un barco con unos amigos había un argentino que había comprado unos hoteles en la zona de Cancún. Me dice: vendí todo. ¿Y ahora qué hacés? Y me dice: nada, me despierto a la mañana y veo, hago lo que se me ocurra. Le digo, ¿cuál es tu futuro? Había zafado de un cáncer de próstata, ‘mi futuro es hoy’, me dijo. Boooooom al cerebro. Mi futuro es hoy. Tiene razón. ¿Qué sé yo qué puede pasar dentro de dos días?
“MI FUTURO ES HOY. HOY ES EL MOMENTO Y HOY TENGO QUE HACER LAS COSAS”
– ¿Tu futuro es hoy?
– Hoy, absolutamente.
– ¿Todos los días sentís eso?
– Todos los días siento que hoy es el momento y que hoy tengo que hacer las cosas. Fui aprendiendo a darme cuenta que… ¿viste esa bolsa llena de caramelos que tenemos cuando somos chicos? Cada vez tengo menos caramelos, entonces voy a tratar de saborearlos un poco más.
– ¿Te imaginás trabajando hasta cierto momento?
– Vos me conocés, es difícil que uno deje de laburar. Uno tiene que estar activo y el cerebro tiene que estar activo, tal vez laburar un poco menos. Pero este desafío que se viene ahora son más proyectos, más cosas. yo pensé que solo el noticiero y la radio era suficiente y ahora me meto en más proyectos.
“DEJO EL NOTICIERO, DEJO DE PRESENTAR NOTICIAS”.
– Te planteaste varias veces romper la rutina con Artear, salir de ahí y los otros canales te llamaban. Las otras veces no lo hiciste. ¿Qué pasó ahora?
– Será la década. Será que ya estaba convencido. Será que esta oferta y esta propuesta me gustó más. Porque ahora voy a hacer algo que tengo ganas de hacer, de un amigo tuyo, algo muy similar a lo que hacía Jorgito Guinzburg, Mañanas informales. Me plantearon todo lo que a mí me gusta, dejar el noticiero. Dejo el noticiero, María Laura, dejo las noticias, dejo de presentar noticias. Es un golpe. ¡Boom! Voy a hacer Fax, Voy a hacer algo divertido.
– Después de muchos años de hacer noticias, décadas. Te pegó la etapa y la propuesta. Algo profundo te pasó.
“ME ESTABA APAGANDO”
– Me estaba apagando. Me estaba apagando. Me estaba sintiendo aburrido. A las nueve menos diez yo le decía a Roxi: ufa, falta una hora más… ¿Qué pasa? ¿Por qué? ¿Si yo estoy feliz acá? Tempraneros hasta el nombre es mío, un invento mío. El noticiero existía, pero yo le fui dando mi vuelta de rosca. ¿Por qué me aburría de 9 a 10? A las nueve ya tenía ganas de irme, entonces no era normal. Si no había oferta, yo seguía haciéndolo porque era mi trabajo. Pero me estaba apagando, se me había acabado la zanahoria, la que empezás a comer cuando sos más joven. Y necesitaba otra zanahoria. Entonces vino un tipo que me dice: tengo esta otra zanahoria. ¿Cómo? Está más rica esta.
– Me parece que el proceso empezó cuando sobreviviste a la terapia intensiva del COVID. Ahí dijiste: todo puede cambiar de un día para otro. Estuviste muchos días en terapia intensiva.
– Tal cual. 21 días en terapia intensiva. Una persona que me dio una mano grande y con la que yo medito ahora me dijo cuando estaba internado: no duele para que sufras, duele para que cambies.
– Empezó ahí el cambio.
– Es probable, pero es un cambio que uno va procesando, va procesando, hasta que en algún momento… Yo sabía que algo iba a ser distinto. Es más, empecé a hacer ‘El galpón’ el año pasado, un programa lindo, que me divertía, solo 40 minutos los sábados a las 12 de la noche y lo disfrutaba. Era por acá, ¿viste?
– Después escribiste el libro Parar, que habla de resetearse y volver a empezar.
– Sí. Parar no es parar definitivamente, es frenar un poquito. Vas a boxes, te arreglas y seguís avanzando. Eso es cierto, yo paré un poco, dejé el noticiero del mediodía y seguí solo a la mañana.
– Dejaste algo importante en ese momento.
– Fue muy importante y también me dolió, hasta el día de hoy me cuesta verlo. A la una miro otra cosa (sonríe). No sé qué va a pasar con TN, si voy a poder volver a verlo. Va a ser fuerte y el último día va a ser fuerte, el 13 de diciembre.
“SON MUCHOS AÑOS. PERO LA HISTORIA ME LA LLEVO, NO LA DEJO AHÍ”
– Son muchos, muchos años.
– Muchos años. Entrar todos los días ahí, me hace mal pensar que no voy a ver más al tipo de seguridad a Aldo, a Freddy y a todos los que uno saluda cuando entra. A tus amigos de la vida. Pero lo que estoy pensando es que me los llevo igual porque es la historia, me la llevo, no la dejo ahí.
– ¿Qué supones que vas a extrañar más?
– Es muy probable que el grupo de Tempraneros, es muy divertido, la paso muy bien con ellos. En las pausas charlamos, hemos armado un grupo de amigos.
– Pasan muchas horas juntos.
– Sí, exactamente cuatro horas todos los días. Yo creo que eso voy a extrañar más. No voy a extrañar más despertarme temprano, estoy contando los días, ya no me quiero levantar más tan temprano. Y después voy a extrañar el contacto con ellos y con la producción, yo creo que el éxito es siempre en conjunto entre todos.
– ¿Qué te dicen ellos?
– No lo podían creer, sabían que yo coqueteaba con irme. Pero no lo pudieron creer. Pero me entienden y me dicen que voy a hacer lo que tenía ganas de hacer. No es que me voy enojado con las noticias, las disfruté mientras las viví.
– ¿No hacen pucheros?
– No. ¿Llorar? Yo solo.
– ¿Lloraste?
– Todavía no. Solo el día que renuncié, fue un golpe fuerte para mí porque fue tremendo. Nunca me separé, pero me imagino que es como haberse separado. Estábamos en un bar, le presenté mi renuncia, mi jefe se fue y yo me quedé solo, sentado en el bar en silencio. Estuve 20 minutos quieto y a los 20 minutos le mandé un mensaje a mi mujer: ya está. No lloré ahí. Cuando llegué a mi casa empecé a sentirme un poco mejor, vi la luna que estaba así redonda. Yo había terminado mi programa de radio, vino Bochi caminando, me abrazó y lloré. Y ella me dijo: te entiendo porque es muy fuerte lo que estás viviendo, pero es lo que vos necesitabas y el duelo duele. Y es cierto, es parte del dolor, un duelo que yo venía haciendo desde hace un mes.
“EL DOLOR ES DEJAR LO QUE ME HIZO BIEN DURANTE MUCHO TIEMPO, JUGÁNDOMELA. AHORA A NADAR, O A REMAR”
– ¿El dolor es cortar?
– El dolor es dejar lo que me hizo bien durante mucho tiempo, jugándomela sin saber si lo que viene me va a hacer tan bien como esto. No sé. Es un riesgo, es un juego. Estoy saliendo de esa zona de confort que fue fantástica, que fue tener celular, auto, remis, obra social, jubilación… Ahora a nadar o a remar. Es un riesgo también, pero está bueno. Me siento bien, tranquilo.
“NO TENÍA HUEVOS PARA RENUNCIAR. TENÍA MIEDO DE NO PODER MANTENER A LA FAMILIA”
– ¿Había un poco de miedo a lo que vendrá cuando llorabas?
– No. ¿Te acordás cuando Messi sale campeón del mundo? Sin comparar. Y le dice a la mujer: ya está, ya está, salí campeón del mundo, ya está. Fue tan emocionante. Fue algo que él no podía conseguir y lo consiguió. Bueno, yo también. No tenía huevos para renunciar. Nunca tuve huevos para renunciar. Y vos lo sabés porque me conocías. Me llamó Nico Repetto para Sábado Bus cuando no existía ni Sábado Bus. O sea, siempre tuve ofertas de un montón de lados y siempre dije que no.
– ¿No tenías la valentía para afrontarlo?
– No tenía, porque enseguida siempre retrocedía. No me animaba a dar ese paso. Porque también estaba cómodo donde estaba, pero tenía miedo. ¿Sabes a qué? A no poder mantener la familia. Mi jefe en aquel momento, Carlitos, me decía: bueno, todo bien, pero si a los cuatro meses Nico se va ¿Qué hacés? ¿Cómo mantenés a tu familia?
– Ahora tus hijos trabajan.
– Claro. Y me animé porque estoy en mejor situación económica, entonces tengo un respaldo.
– ¿Te dicen cosas por la calle los que se despiertan con vos desde hace diez años?
– No les gusta nada. Otro dice: yo te voy a acompañar, yo te sigo, yo te sigo. Otro dice, yo a esa ahora ya no te puedo acompañar. Y para mí está todo bien, porque cuando pasé de la noche a la mañana también me insultaban. Me decían, ‘ahora no te voy a ver nunca más’. Tanto a la noche como a la mañana logramos hacer un éxito donde no lo había en aquel momento. Está bien que uno quiera hacer sentir bien a la gente, pero también está bien hacer lo que uno tiene ganas. Yo creo que la voy a romper, de verdad tengo mucha fe, mucha esperanza, estoy feliz. Hoy vengo a una reunión de producción, conozco a los chicos que van a laburar o por lo menos parte de ellos. Estoy contento porque digo ‘quiero tirarme de una ventana’ y dicen, ¡buenísimo! Todo es un sí, es fantástico.
– ¿Por qué te frotas los ojos?
– Porque me emociono. Me emociono.
– Pensaste en ese último día cómo lo vas a vivir.
– No quiero pensar, sé que va a ser difícil. Está bien lo que me preguntás, porque hoy el jefe de la producción me dijo, ¿y cómo va a ser el último? Justo el 13, donde laburo. En el 13.
– Los cambios te cuestan mucho. Intentaste mudarte de Lomas de Zamora y nunca pudiste.
– Siempre en el mismo barrio, qué locura. En el mismo lugar, porque mi mamá vive a la vuelta.
– El mismo pueblo.
– El mismo pueblo. Es mi pueblo, corro por ahí. Es divino porque a las 8 me pasan a buscar los mismos con que jugábamos a la pelota. Salimos a correr, mujeres y hombres, Me encanta mi barrio. Ahora me va a quedar más lejos este lugar, vamos a ver cómo llego.
– El resto está todo estable, para sostener este cambio.
– Estoy bien con Bochi. Ella no estaba de acuerdo, también le cuestan los cambios mucho. Ahora me apoya. Me dice: no estoy de acuerdo, pero tu cuerpo es tuyo.
“SI AHORA ME DISFRAZO EN UN NOTICIERO IMAGINATE LO QUE VA A PASAR EN ESE PROGRAMA”
– O sea que a tu compañera no le parecía bien.
– No, lo hice porque yo tenía ganas de hacer otra cosa, de divertirme, de dejar de estar sentado, quería hacer más show, más diversión. Sigo siendo periodista, el programa va a durar tres horas y si hay un tiroteo y es importante, lo voy a tener que hacer. Voy a hacer reportajes, no voy a dejar eso. Pero quiero divertirme y divertir al otro que está del otro lado. Que todos se puedan reír conmigo y con todos los que van a estar ahí. Si ahora me disfrazo en un noticiero, imagínate lo que va a pasar en ese programa. Jajajaja, preparate.
– Ahora no tenés límite.
– Empezamos a conducir en zunga. Siempre todos con zunga. Ja, ja, ja. Va ser verano.
– Siempre hubo un gerente de noticias que te decía: no flaco, esto no lo podés hacer si hacés noticias. ¿Cuántas veces?
– Toda la vida. En eso me siento más liberado por la decisión que tomé, porque voy a hacer cosas y el límite me lo voy a tener que poner yo.
– Sos un peligro ahora.
– Ahora soy un peligro. Ahora sí vamos a divertirnos. ¿Te acordás cómo se divertía Jorgito Guinzburg?
– ¿Es tu referencia?
– Y sí, porque fue lo máximo, ¿no? Y después terminó siendo actor. Se disfrazaba, es más, la misma vestuarista de Jorge va a estar con nosotros.
– Veo que estás un poquito ansioso.
– Sí, sí, estoy muy, estoy como que necesito… ¡Tengo que empezar ya!
– ¿Lleno de electricidad estás?
– Estoy contento, estoy feliz María Laura. Voy a hacer algo que tenía ganas. Ponele que me vaya mal. No me importa, ya lo hice. Iba al gimnasio y me agarró el vigilante de la esquina de casa. ¿Cómo? ¿Cómo te vas? Le dije que lo necesitaba hacer, que quería cumplir otro sueño. Y con esa sabiduría que tiene me dijo, ‘detrás de esta pared están los sueños cumplidos, atravesala’. Un genio.
“EN ESE MISMO CANAL QUE VOY CUANDO ERA CHICO ME DIJERON: VOS NO SERVÍS PARA HACER TELEVISIÓN. AHORA VUELVO AHÍ”
– El resto de tu vida no lo toques porque quiero seguir siendo tu amiga. Viste como es. Se cambia de golpe y a veces uno empieza a romper todo.
– No, yo no voy a romper nada, vamos a seguir siendo amigos. No, no, los amigos son mis amigos. A la mayoría de los amigos los voy a seguir teniendo, a muchos los construí en el canal, a otros los tengo de chiquito, cuando éramos niños. Mis bases están sólidas. Me siento contento con mis afectos. La cantidad de mensajes, María Laura, de camarógrafos, sonidistas, utileros… Todos me decían, ‘te vimos desde que empezaste acá cómo ibas creciendo, todos los no que te iban poniendo, cómo lo iba superando’. Yo presenté 6 proyectos con programa editado y fueron rechazados siempre. En ese mismo canal que voy, cuando era chico, me dijeron, ‘vos no servís para hacer televisión’. Y ahora vuelvo ahí.
– ¡Qué fuerte! ¡Qué frase esa! Vos no servís para hacer televisión.
– Sí, ‘esto no es lo tuyo’.
– Qué equivocado estaba ese señor.
– Esa señora.
– Me vas a entender por estos días, lo que implica cortar un vínculo tan fuerte de tantos años de trabajo, lo duro y lo lindo también.
– Sí. Es muy fuerte, pero estoy decidido, estoy contento. Fue decisión mía y me voy como llegué. Sigo en la radio, si Dios quiere. Y tengo otros proyectos musicales que van a ser buenísimos, un nuevo programa que me proponen también de América. No quiero decir nada porque se está laburando, pero va a ser disruptivo y va a ser una apertura para otras cosas. Gracias por entenderme, por escucharme. Juntos hemos crecido mucho.
– Ahora anda a correr que estás re loco.
– Estoy muy ansioso. Ahora voy a correr.