Jennifer Szuster es creadora de contenido, oftalmóloga y madre, que ha logrado combinar sus diferentes facetas personales y profesionales. Aunque se desempeña en el ámbito de la salud desde hace varios años, descubrió en las redes sociales una plataforma para expresarse y conectar con una comunidad amplia. Comenzó subiendo contenido relacionado con la maternidad, pero luego incursionó en tips de moda, un nicho en el que encontró una buena respuesta de la audiencia gracias a su enfoque práctico.
A través de su cuenta de Instagram, Jennifer trabaja con marcas y se dedica a compartir consejos sobre cómo adquirir prendas de calidad a precios accesibles, centrándose en los comercios de la Avenida Avellaneda, en el barrio porteño de Flores.
Su capacidad para identificar ofertas y proporcionar información útil le permitió viralizarse rápidamente, convirtiéndose en una referente para quienes buscan moda económica. Con más de 900 mil seguidores en sus redes sociales, su contenido ha sido clave para muchos seguidores que buscan alternativas más baratas para vestirse, especialmente en un contexto de inflación.
Mai: — ¿Cómo surge esta necesidad de compartir los datos sobre prendas y marcas económicas?
Jennifer: — Fue surgiendo de casualidad porque siempre me compraba ropa por Flores y una amiga mía, que es de Mar del Plata, venía a comprar ropa para el comercio de su mamá, y la llevé un día a pasear por ahí. Me di cuenta que estaba muy barato y era muy bueno. Recién arrancaba lo que es Flores y no era ni la mitad de lo que es ahora. En ese momento tenía unos 2 mil o 3 mil seguidores, la mayoría gente conocida mía y un día me compré unas prendas en un local ropa y me saqué una foto frente al espejo. Los locales de Flores en ese momento no tenían Instagram porque era todo muy nuevo. Ahí las seguidoras me empezaron a decir: “¡Que barato! ¡Que lindo!”. A los comercios que tenían Instagram los arrobaba y la gente los empezaba a seguir.
Mai: — Pero hasta ese momento vos comprabas la ropa.
Jennifer: — Sí, siempre me gustó la ropa y compraba para mí, iba de paseo como cualquiera. No hacía todavía contenido para las marcas. Mostraba lo que ahora se llama haul de compras. Yo hacía lo mismo en las stories de Instagram. Cuando llegó la pandemia, cambié el nombre de la cuenta, que antes era más enfocada en la maternidad y empecé a hacer contenido desde mi casa sobre marcas de Flores. Ahí ya me llamaban y me mandaban ropa a casa, pero era todo por canje.
Mai: — ¿Y cuánto te viralizaste?
Jennifer: — Hice un video sobre los precios del shopping y el audio se hizo re viral en TikTok y en Instagram. Ese video, junto a otro que también se hizo viral, me subieron 200 mil seguidores en un mes. Ahí dije: “A la gente le copa el tema de los buenos precios, los datos que no muestra todo el mundo. Vamos por acá”.
Mai: — ¿Seguís ejerciendo como oftalmóloga?
Jennifer: — Sí, dos veces por semana.
Mai: — ¿Y qué te gusta más ser creadora de contenido o estar en el consultorio?
Jennifer: — Son dos cosas diferentes. Crear contenido me divierte más porque me gusta todo lo que es comunicar, hablar con la gente y de otra cosa que no sea medicina, como que fueron muchos años de profesión y carrera, pero es verdad que lo del consultorio es ir, hacer el trabajo e irme, en cambio con las redes no paro nunca. A veces estoy a las 12 de la noche editando videos, respondiendo mensajes, pensando qué filmar para hacer algo distinto. Lo del consultorio es más fácil.
Mai: — ¿Te generan ansiedad las redes?
Jennifer: — Sí porque aparte las marcas dependen mucho de cómo le vaya al video para vender. A veces al video no sabés por qué no le va tan bien como esperabas y la verdad me quiero matar. Es una pena porque los datos están buenos, pero a veces no se viraliza.
Mai: — ¿Cómo es arreglar precios con alguien de Avellaneda? Porque en general los creadores de contenidos trabajan con agencias, pero vos lidias directo con los dueños.
Jennifer: — Sí, en realidad vos cobras lo que vale tu tiempo y después hablás también con otras colegas que hacen contenido para saber cuánto cobran. Hay una especie de sindicato para saber si estás barata o está bien el precio.
Mai: — ¿Y acceden fácilmente al precio que les pasas o te regatean?
Jennifer: — Siempre te regatean, a menos que ya te conozcan y que sepan que funciona lo que haces. A veces te quieren porque le gustaste para mostrar sus prendas y te pagan lo que pedís, pero yo tampoco les cobro fortunas porque prefiero que me vuelvan a llamar y tener fidelización con la marca. Hay marcas que muestro siempre porque me gustan a mí, a la gente y les va bien.
Consejos de compras
El alto costo de la indumentaria en Argentina, impulsado por factores como la inflación, la carga impositiva y los costos de producción, llevó a muchos consumidores a buscar alternativas más económicas para vestirse. En este contexto, la zona de Avellaneda, en el barrio de Flores, se ha consolidado como un polo comercial clave.
Esta zona concentra locales mayoristas y minoristas que ofrecen ropa a precios significativamente más bajos que en shoppings o tiendas de marcas reconocidas. Además, la posibilidad de comprar en cantidad atrae tanto a comerciantes como a consumidores finales, quienes encuentran allí una solución accesible para acceder a prendas sin exceder sus presupuestos.
Mai: — Ya pasaron los años, pero sigue el boom de ir a comprar a Flores por la difusión en redes y por los precios.
Jennifer: — Sí, la gente ahora en vez de ir a comprar a Miami se va a Flores (risas). Las amigas se organizan para ir de tour y se anotan los datos. Yo tengo en Instagram un mapita para anotar los locales que te gustan, con todas las calles, porque hay gente que no conoce y la zona es muy grande.
Mai: — En tu Instagram hay un mapa vacío y ahí le agregas lo que querés ir a ver.
Jennifer: — Claro es un mapa con las calles y con la data que yo les voy dando y con la información que les van dando otras cuentas. La gente va poniendo los locales que les gustan para tener organizado todo, con las alturas y demás para no perderse porque sino compras mal, perdés tiempo...
Mai: — ¿Es real que todo lo que está en los shoppings y en las primeras marcas está en Avellaneda?
Jennifer: — No, todo no. Hay marcas de primera que tienen sus fábricas, importan telas, etc. No es todo, pero muchas marcas de la zona de Avellaneda le venden a marcas de shopping y lo sé. Yo tengo una campera que me compré en Avellaneda que en ese momento me había salido 25 mil pesos y en la marca salía 100 mil. Esto pasó hace un año más o menos.
Mai: — ¿Es una marca muy conocida?
Jennifer: — Sí, es una marca grosa, de shopping, primera línea y cara.
Mai: — ¿Por qué crees que la gente compra ropa en los shoppings?
Jennifer: — En Avellaneda no te podés probar en la mayoría de los locales. Hay locales con probador porque está volviéndose muy minorista, pero en la mayoría no te podés probar y hay gente que no sabe qué talle es o si lo mira no sabe cómo le va a quedar.
Mai: — ¿Y cómo hacés para comprarte un jean?
Jennifer: — Los jeans en general tienen cambio por talle. Pero vas a un baño en un bar y te lo probás. No es la experiencia más placentera comprar en Avellaneda. A la gente que le gusta comprar en el shopping no la vas a sacar de ahí.
Mai: — En Avellaneda es todo en efectivo, ¿no?
Jennifer: — Hay algunos que aceptan cuotas y ahora han incorporado otras opciones porque para llevar en efectivo hay que tener una bolsa de plata porque aunque sea Avellaneda las cosas no salen dos mangos, entonces ahora hay muchos que aceptan transferencias u otros medios de pagos por billeteras virtuales. Pero no podés tarjetear como en el shopping.
Mai: — ¿Cuánto te sale hoy llevarte un jean, una remerita y una camperita ahí?
Jennifer: — Un jean lindo está 25 mil o 30 mil pesos. No sé cuánto están en el shopping, supongo que más de 100 mil. Hay pocas fábricas de jeans y los mismos proveedores le venden a las marcas caras del shopping y a las marcas buenas de Avellaneda, tal vez cambia la confección y el diseño, pero es lo mismo. Tenes que saber dónde ir. Una remerita de manga corta conseguís de 4.500 pesos para arriba, pero en general hay que comprar 2 o 3 prendas.
Mai: — ¿Hay calzado también?
Jennifer: — Sí, hay calzado de cuero y de buena calidad. Pasa lo mismo que con la ropa. Tal vez el mismo fabricante que vende en la zona de Avellaneda es el proveedor de una marca de shopping.
Mai: — ¿Qué consejos le darías a alguien que nunca fue? ¿Cuánta plata debería llevar?
Jennifer: — Con 100 mil pesos compras muchas cosas. Ahora con ropa de verano te llevas dos shortcitos, muchas remeritas, una pollera. Con 100 mil pesos para arrancar, después si le querés comprar a toda la familia o si querés comprar calzado, obviamente es más. Pero con 100 mil pesos te vestis linda, tranqui y te alcanza.