Esta nota empieza cuando una persona, y después dos y después tres, me dicen que no puedo perderme la obra de teatro Prima Facie. Una pieza que se presenta únicamente una vez por semana y que pronto termina su temporada. El teatro está colmado, la tensión se respira, el silencio durante la hora y media aturde. Es fuerte, es cruda y es atrapante. Julieta Zylberberg solita y sola se pone al hombro la historia de un personaje que atraviesa las dos caras del sistema judicial frente a los delitos sexuales, protagoniza a la abogada que defiende a estos delincuentes acusados y que después sufre un abuso. Me pregunto si los abogados, los fiscales y los periodistas que reconozco en la platea se sentirán ahora interpelados frente a la prepotencia cruel de los procedimientos judiciales que desechan personas, traumas, dolores. Si se harán cargo de esta presentación explícita de la injusticia o si esta noche dormirán como angelitos, como si nada hubiera quedado a la vista.
– Me espera la gente a la salida, me dicen: me voy mal, me voy destrozada, pero bien, gracias. Es exorcizante, es conmovedora.
– Mucha gente no sabe que está la obra en cartel.
– No, porque no se puede hacer cuatro veces por semana.
– ¿Por tu salud mental?
– Y física.
– Estás todo el tiempo en escena.
– Pero además es exigente y termino muy cansada. No fui nunca, una sola vez, a cenar después del teatro en toda la temporada porque me tengo que ir a dormir.
– ¿Tenés que recuperarte?
– Sí, de la obra sí. Querían hacerla de miércoles a domingos. Le dije ‘vos estás loco, no puedo yo, llamá a otra actriz’. La gente sale muy conmovida, siento que no redunda en el momento de la Argentina en el que se hace, es importante. Hay mucha desfinanciación en todo lo que es política de género. Hay discursos bastante duros y siniestros y que parecían discursos ya terminados que se vuelven a escuchar, está caldeado el clima. Entonces la obra me parece muy importante.
– Hay una situación objetiva, la mayor parte de las mujeres que sufren delitos sexuales no los denuncian y las que denuncian muchas veces no pueden probar que sufrieron un abuso y al violador el sistema no lo castiga.
– De eso habla la obra, de como está estructurada la justicia, como son las reglas y quedan afuera las víctimas de violencia sexual, gracias a los parámetros que se sigue para culpabilizar o para declarar inocente a alguien. La justicia deja afuera la subjetividad y la experiencia de una violación.
“CASI TODAS LAS MUJERES HEMOS VIVIDO ALGUNA SITUACIÓN DESAGRADABLE EN ALGÚN ENCUENTRO SEXUAL”
– En la obra decís en un momento que una de cada tres mujeres fue abusada.
– Sí, fue agredida sexualmente. La obra es australiana, o sea que esto es algo bastante universal, lo cual es estremecedor. Pero yo me atrevo a pensar que lateralmente a los abusos y a las violaciones creo que casi todas las mujeres hemos vivido alguna situación desagradable en algún encuentro sexual a lo largo de nuestras vidas.
– Y lo hemos olvidado o lo hemos naturalizado.
– Sí, hemos sido criadas en un mundo que a veces avanza y a veces retrocede. Las políticas de género están en un momento muy terrible y entonces hace falta. Yo leí la obra y terminé llorando en mi casa y dije: esta obra la quiero hacer yo, porque a veces el arte también cubre un lugar político. O sea, hay una acción política y un discurso, una declaración de principios que cumple esa función, porque pasan cosas con la obra.
– Algo que queda muy claro es que hacer una denuncia es muy difícil. Por ejemplo, hay que contar detalles de la situación vivida que quizás no se recuerdan.
– Sí, el trauma que implica y todos los traumas nuevos. Una abogada que asiste a las víctimas me contó que el proceso judicial es un infierno, un infierno absoluto. Son años y te vas desmoralizando y todo es muy difícil. Por supuesto, si no tenés plata, es mucho más difícil aún.
– En el camino quedan la mayor parte de las mujeres que no siguen las denuncias.
– La gran mayoría, de los que denuncian solamente el 1% se llega a esclarecer.
– El sistema no te acompaña a denunciar.
– Es muy estigmatizante también y hay mucha exposición de la víctima. Siempre se expone a la víctima y no al acusado. Es durísimo.
SE ME ACERCAN UN MONTÓN DE MUJERES ABUSADAS QUE ME DICEN ‘GRACIAS POR PONER EN PALABRAS’
– ¿Te abrió los ojos o los tenías abiertos?
– Los tenía abiertos, de todas maneras es fuerte ver como se me acercan un montón de mujeres abusadas que me dicen ‘gracias por poner en palabras’. Revuelve. Mujeres que se sienten representadas e identificadas con el relato de la obra.
– Estamos descubriendo, con el paso de los años, agresiones tan repetidas que no registrábamos como violentas.
– Sí, yo siento que las mujeres fuimos educadas, cada vez menos supongo en una condición bastante geisha. En general, pero sexualmente también, es la educación del lugar de la mujer. Hay células muy profundas, patriarcales, que tenemos muy adentro, muy interiorizadas.
– Vi en la platea, entre los espectadores, mucha gente del sistema judicial, abogadas, fiscales y jueces.
– Me encanta. Al principio me daba pánico porque la obra aborda más que nada algo humano, es bien emocional, pero salen impactados todos los abogados y jueces que se me acercan a hablar.
“UNA JUEZA QUE HABÍA DEJADO LIBRES A VIOLADORES ME DIJO QUE NO LO IBA A HACER MÁS DESPUÉS DE VER LA OBRA”
– Debe haber abogados que defienden a abusadores sexuales entre el público.
– Claro, un montón. Se me acercaron dos jueces, un juez que me esperó a la salida y me dijo: ' soy juez, me dejaste sin palabras”. ¡Qué bueno! Le dije, me alegro. Y otra jueza se me acercó y estaba muy conmovida, me dijo que ella había dejado libres a violadores y que no lo iba a hacer más a partir de que había visto la obra, estaba muy conmocionada. Hay profesiones que están bastante alejadas de cierta sensibilidad, un cirujano de niños o abogados que necesitan la cabeza fría. Pero los abogados trabajan con personas y con situaciones muy duras que le pasan a la gente, entonces es contradictorio que tengan la cabeza tan fría. Eso es lo que les remueve la obra, no están acostumbrados a vincularse, se convencen de una matemática que funciona bien, que la ley es así, que cuando pasa ‘esto’, entonces el resultado es ‘este’. Es así porque así funciona. Hay una frase en la obra que a mí me encanta y que la he usado en mi vida, que es de sentido común y dice que la ley es algo orgánico, nos la inventamos nosotros, la hacemos nosotros por nosotros. Entonces, si la ley la definimos nosotros, cambiémosla si no está funcionando. ¿Por qué mantener a rajatabla algo impuesto? Una sociedad va avanzando, va evolucionando, cómo las leyes no van a evolucionar, si son para los individuos que están vivos hoy acá en el planeta tierra?
– Tu personaje es una mujer segura, fuerte, más allá de lo traumático que atraviesa. Y la justicia se basa en un estereotipo de víctima que no es justamente una mujer fuerte y segura.
– Hay una visión de que a las víctimas se las sigue considerando víctimas, siempre y cuando sean unas pibas divinas, divinas en su casa, divinas en el trabajo, divinas con sus amigos. No solamente las personas geniales tienen que tener el permiso para ser una víctima, eso me parece bien machista. He escuchado, hablando de distintas víctimas decir ‘ah, pero mirá que es bravísima’. ¿Y qué tiene que ver? ¿Solamente podés ser considerada o ser respetada como víctima si tenés una actitud más sumisa ante la vida o intachable? Me pareció interesante que el personaje sea bien ambiguo.
– La ambigüedad en el sistema judicial no tiene lugar. Al sistema no le da resultados. Para que se castigue al violador no puede haber ambigüedades, tiene que ser muy concreto el relato.
– Los relatos sin fisuras que no existen. Porque el relato y el recuerdo de experiencias traumáticas de la vida no son exactos, no son perfectos, no son totalmente limpios y coherentes.
– Te metés en lugares difíciles, protagonizaste la obra ‘La Fiebre’ y el personaje vivía un brote psicótico. Te estás metiendo en temas con el ánimo de marcar cosas concretas.
– Sí, ‘La fiebre’, tengo ganas de volver a hacerla en otro momento. Hablaba de algo que es tan importante como la salud mental y de lo fácil que es correrse del sistema, son unos pequeños hilos, nada más, los que nos mantienen atados al sistema y a la sociedad. Y de que es muy fácil cortar esos hilitos y estar en una soledad absoluta y caerte del sistema.
“ES MUY FINO EL LÍMITE QUE NOS MANTIENE EN LA SUPUESTA CORDURA. TODOS PISAMOS BANQUINA CADA CINCO MINUTOS”
– Como contabas con Prima facie, ¿también se acercaban a la salida del teatro a contarte sobre sufrimientos relacionados con la salud mental?
– Eso fue más universal. ‘Yo soy muy ella’, todos. Es muy fino el límite que nos mantiene en la supuesta cordura, todos pisamos banquina cada cinco minutos, pasa que uno se va rearmando y va volviendo. Uno tiene las boyas en la vida que nos van guiando. Pero es facilísimo correrse de esa línea de la línea de la cordura.
– ¿Es muy difícil volver también, no?
– Totalmente. Se corta un hilo y al demonio con todo.
– Otra obra donde salías fusilada. ¿Te vas a dormir o te quedás manija?
– Agotada, termino re agotada. Vuelvo a mi casa a comer, me espera mi novio con comida. Charlamos y me voy a dormir, no puedo más.
– ¿Podés dormir con dos niños?
– Sí, interrumpido. Pero tengo unas buenas despertadas de un rato largo. Florian se despabila a las 5, pero tiene una buena onda también. Se sienta, sonríe, tira el chupete, se despabila. Un rato después se duerme.
– ¿Podés volver a dormir?
– Sí, estoy tan cansada que vuelvo.
– ¿Viste que uno es zombi cuando cría a los hijos?
– Ok, voy a estar cansada siempre, bárbaro.
– ¿Cuánto espacio hay para todo lo demás cuando sos madre de dos chicos y uno es un bebé?
– Hay espacio con todo lo que pueda coexistir con los hijos. Admiro a la gente que realmente tiene… Yo estoy hecha un bardo.
– ¿Los compartimentos estancos admirás?
– ¡Sí! Me es imposible. Hoy voy a una reunión en la casa de una amiga, voy con Florián, que lo entiendo. Muchas veces gente con hijos grandes o sin hijos te dice: che, sin niños. Y lo entiendo. Bueno, no voy.
– No hay niñera que se ocupe para que salgas y socialices.
– A veces sí, a veces no. Está mi mamá, que me ayuda a veces cuando puede y después estamos nosotros. Todo es dinámico, todo se va viendo.
– ¿Cómo sos como exmujer de Esteban Lamothe?
– Muy buena. Soy una divina. Nos llevamos muy bien.
– Estamos las que somos despreocupadas, las que somos más intensas, las que somos amigas del ex, las que no queremos ser amigas de ex.
– Es un mix. Tenemos a Luis y nos llevamos muy bien. Hacemos en conjunto todo lo que tenemos que hacer en conjunto y chau.
– Lamothe está en un momento muy alto con ‘Envidiosa’. ¿De esos temas no hablan?
– Sí, eso dicen, pero no vi la serie, vi un poquito, no veo nada, nada de nada. Ayer terminé de ver una película, hace muchísimo tiempo que no veía una película entera. Pero sí, me llevo súper bien.
– No es que no la podés dejar de ver porque espera que le digas algo entonces.
– Pero imagínate, no. La mejor, nos cubrimos, nos ayudamos, pero tampoco es ‘dame una devolución de la obra’, no, no.
“PREFIERO NO INMOLARME EN ALGO QUE QUIZÁS ME DÉ MÁS DINERO PERO NO ES LO QUE QUIERO HACER”
– ¿Cómo te organizás con la plata? Aunque hiciste una comedia también, en los últimos tiempos elegiste hacer obras de teatro muy jugadas, donde ponés el cuerpo. ¿Hay que resignar y un manguito para poder hacer lo que uno quiere?
– Cuando puedo, prefiero no inmolarme, no inmolar mi día completo en algo que quizás me dé más dinero pero no es lo que quiero hacer y que me va a tomar un montón de tiempo. Este año además tuve a Florián muy chiquitito y tomaba la teta. Me parece que siempre que me alcance para vivir prefiero no ocuparme el día entero y no andar loca de acá para allá. Estoy en un momento de mi vida en el que quiero estar tranquila, de bajar. No quiero estar nerviosa, no quiero estar sin parar un segundo.
– ¿Estuviste en algún momento así?
– Cuando Luis era chiquito, yo era muy joven. En el primer año de vida de Luis, yo hice dos películas y una serie y te juro que terminé ese año al borde de la locura. Con un cansancio muy grande, feo. No podría, no me alcanza esa energía ni quiero, no puedo.
– ¿No estuvo muy bien?
– Estuvo bien porque así lo consideré en su momento y eran cosas que quería hacer y que estaban buenas. Yo tenía 29, sentía que no me podía perder nada y me lo llevaba a Luis para todos lados. Me lo llevé el año entero, no dormía y a las siete arrancaba y me iba a filmar. Ahora no podría. Si me alcanza para estar bien, elijo estar sin corridas.
– Hay algo que hiciste mucho que ahora no estás haciendo y está claro por qué. El cine te ama. El año pasado se estrenaron cuatro películas en las que trabajaste: ‘Puan’, ‘El rapto’, ‘El método Tangalanga’ y ‘Tu pájaro azul’.
– Fue como un milagro el 2022. El año pasado se estrenaron.
– ¿Ahora no hay nada para hacer o hay algún proyecto en cine?
– Está complicado. Voy a filmar con Martina Juncadella, que es una actriz que va a dirigir, con plata conseguida, financiada, independiente. Con plata que consiguieron de afuera porque no tiene el apoyo del INCAA.
“SIEMPRE ES MUY FÁCIL ATACAR A LOS ACTORES, ES UNA FANTASÍA ABSOLUTA LA ABUNDANCIA QUE PUEDAN TENER LOS ACTORES”
– ¿Se está filmando menos o empiezan a arrancar algunos proyectos?
– Se está filmando muy poco, está muy frenado todo lo cual es muy triste. Por supuesto siempre es muy fácil atacar a los actores ‘ay, los actores’. Además que es una fantasía la abundancia que puedan tener los actores, es una fantasía absoluta. Por fuera de los actores hay una industria manejada por gente detrás de cámara y técnicos que son muy geniales. En Argentina tenemos unos profesionales audiovisuales muy increíbles, directores, guionistas. Está muy difícil.
– El cine es una industria realmente importante. Pero es cierto lo que decís, el estigma de las últimas dos décadas es para los actores.
– Y bueno, porque es fácil. porque hablamos. Porque estamos a la vista.
– Porque opinan, por ejemplo.
– Sí, porque opinamos o porque estamos a la vista. Yo no entro ni en un 1% de cualquier chicana ignorante que me venga a pinchar a mí. Me tiene sin cuidado.
– No te afecta.
– No, ni entro en discusión con quien no puede mantener una discusión con altura. Así que poco me engancho.
– Una cosa es no entrar en discusión porque sentís que el interlocutor no está a la altura y otra es que algo te afecte o no te afecte en la intimidad.
– Me afecta algo general. Sí estoy muy afectada y creo que es muy difícil correrse de este momento como nunca me pasó. Siento que es un momento muy triste, que la calle está muy cargada, todo el mundo está muy cargado. Siento que hay mucha provocación permanente, que todos los días hay una provocación sobre el cine o sobre el impuesto o sobre la inflación, una cosa tras otra. Y que está muy cargada la gente, muy, muy angustiada en general. Todo el mundo está deprimido, eso es lo que siento. Hay mucha gente que está muy mal, entonces a mí me pone muy triste. Me cuesta un montón abstraerme, la verdad.
– ¿Pero cuando hablás de provocación hablás de provocaciones en las redes o de provocaciones desde el poder?
– Desde el poder a la vista en las redes. Ayer había salido un comunicado de películas que no iban a ser más financiadas con datos falsos. Es muy grave, todo lo que dicen es muy grave. Son datos que son mentira y que están a la vista, están escritos en otros lados, publicado por el INCAA. Por ejemplo, decían que una película había tenido 80 espectadores, ésas son provocaciones. Sacaron el apoyo y el incentivo para que surjan nuevas voces, porque eso es lo terrible del INCAA, el apoyo que tenía el instituto era para que surjan nuevas voces. Un director que hizo películas consigue plata para hacer su tercera película porque fue a Cannes, porque fue a San Sebastián y tiene contactos. Han surgido óperas primas y directores maravillosos como Lucrecia Martel que también hizo su primera película con apoyo y tantos otros. Que no exista esa pluralidad de voces es tristísimo.