Felipe Fort es el hijo de Ricardo Fort, el famoso empresario y figura de la televisión argentina, uno de los dueños de la compañía argentina Felfort. Nació el 25 de febrero de 2004 y, junto con su hermana melliza Marta, ha ganado notoriedad en las redes sociales. Actualmente, cuenta con más de 750 mil seguidores en Instagram y casi 600 mil en TikTok.
Desde la muerte de su padre en 2013, Felipe expresó su deseo de seguir los pasos de Ricardo en el mundo del espectáculo aunque con ciertos recaudos en relación a la exposición mediática y el manejo del dinero. En los últimos años incursionó en el modelaje y la actuación, pero también está involucrado en la empresa familiar, que se dedica a la producción de chocolates en el país desde 1912.
Rulo: — Eras muy chico cuando falleció Ricardo y me imagino que fuiste viviendo un proceso, ¿cómo fue ese momento en el que te hiciste cargo de tu lugar en la empresa?
Felipe: — Fue desde muy chico porque a medida que crecí fui viendo cómo a mi papá le sacaban pedazos de a poco, entonces dije: “Yo no quiero eso para mí, ni para la gente que está a mi alrededor ni para mis amigos”.
Rulo: — ¿Cómo le sacaban pedazos de a poco?
Felipe: — Se aprovechaban algunos “amigos”.
Rulo: — ¿Se acercaban para sacarle plata?
Felipe: — Sí, para sacarle guita y por ejemplo en las obras de teatro él no tenía ganancias. Es una de las razones por las cuáles yo empecé a ver el estado económico de la vida. Entiendo que era su sueño y algo que quería cumplir, pero tenía pérdidas cuando en realidad podía tener ganancias, solamente que se juntaba con gente que no hacía las cosas bien con él. Yo me crié con eso y fueron cada vez mayores las ganas de decir: “Quiero hacer cosas para mí y crecer”.
Rulo: — Nosotros veíamos como espectadores en televisión que gastaba en un montón de cosas, tenía custodios, dos Rolls-Royce, dos BM y vos te criaste con eso...
Felipe: — Yo creo que cada uno gasta en lo que le hace feliz y algo que siempre repito mucho es que él la vivió a su manera. Imaginate si hubiese fallecido son disfrutar todo lo que disfrutó...
Rulo: — Sí, eso es verdad. Disfrutó como él quería.
Felipe: — Claro. Como él decía: “La plata se gasta en vida”. De hecho, uno de los aros del infierno es el avaricioso, el que guarda para sí mismo. Uno tiene que disfrutar el dinero con sus amigos, con los demás, sin dejar aprovecharse por el resto. Yo, por ejemplo, soy feliz viajando con amigos, entonces a veces invito a mis amigos de viaje porque sé que no pueden pagarse un pasaje y yo la paso bien estando con ellos. A veces ellos mismos me dicen: “No, no quiero porque siento que me estoy aprovechando y no me gusta”.
Rulo: — Sienten un compromiso…
Felipe: — Yo les explico que haciendo eso me hacen feliz a mí porque ¿qué es mejor viajar solo o con amigos? Es también esa forma de ver la vida y de decir “disfruto mi dinero con la gente que quiero, viajando a lugares que me hacen feliz y conociendo gente que me hace feliz”.
Rulo: — ¿Cómo te manejas vos con la gente que vas conociendo o se te van acercando?
Felipe: — Gracias a que desde muy chico analizaba a las personas que se acercaban a mi papá, puedo identificarlos. Creo que tiene que ver con la actitud de la otra persona también. Me decís una palabra y yo ya te cazo. Cómo se te acerca, si se te acerca en modo amigo, si te quiere pedir algo. Lo veo mucho en la manera en la que se expresa, cómo te miran, lo tengo muy integrado en el ser. Hay gente que te da mala espina y lo identificas enseguida.
Rulo: — ¿Tomás precauciones a la hora de gastar dinero?
Felipe: — En realidad más que en bajar los gastos, me enfoco en subir las ganancias. Gastamos bastante, pero no tanto. Trato de cuidar los gastos, últimamente más que nada. Cuando estoy en Argentina no gasto plata, hago mi vida normal. Me pasa más que nada cuando voy de viaje que los pasajes son caros, capaz me voy un mes y estoy en tres destinos distintos.
Rulo: — ¿Cómo es la relación con Marta, tu hermana?
Felipe: — Fantástica. Nos puteamos, pero la amamos (risas).
Rulo: — ¿Viven juntos?
Felipe: — Si estamos en el mismo lugar, vivimos juntos. Cuando estamos en Argentina sí vivimos juntos. Pero normalmente viajamos por separado. Ella hace su viaje, yo el mío y nos cruzamos en el medio.
Rulo: — ¿Sos de mirar videos de tu viejo, las apariciones en los medios?
Felipe: — Más que nada miro una cuenta de fans en Instagram que suben cosas super viejas de él. Todo lo que está en YouTube ya lo vi, entonces me gusta ir descubriendo pequeñas cosas que no había visto antes o me pasa que hay gente que me escribe: “Mi mamá conoció a tu papá en tal lugar” y me mandan la selfie de su familiar y mi papá.
Rulo: — ¿Tenés algún objeto que haya sido de él y que conservas con cariño?
Felipe: — Sí, la espada. Me encanta. Es sagrada. Su ropa también. No la uso, pero la tenemos, los tapados de piel, el auto…
Por sí o por no
Felipe se atrevió al cuestionario utilizando los carteles de Sí o No, según corresponda. En esta ocasión, los temas fueron: el recuerdo que tiene de Ricardo como papá, el dinero que gastó El comandante durante su momento de mayor popularidad y la idea de desarrollar un producto homenaje en la empresa familiar. ¿Qué dijo?
Rulo: — Por sí o por no. ¿Ricardo era un buen papá?
Felipe: — Sí, obvio. El 1. Por su manera de amar. No por ser Ricardo Fort. Por ser Richard, mi papá y por los abrazos que daba. Por dar el amor que él esperaba que un padre se lo hubiese dado a él, pero multiplicado por mil. Ese amor recibí. Viste cuando decís: “Le voy a dar a mi hijo lo que a mí no me dieron”. Eso lo recibimos mi hermana y yo. Así que sí, 100 por ciento.
Rulo: — ¿Dimensionás o hiciste la cuenta de la plata que gastaba tu viejo?
Felipe: — No, ni idea. Puedo llegar a algún cálculo por lo que me dicen…
Rulo: — ¿Y?
Felipe: — Era mucho (risas). Muchísimo. De 6 cifras para arriba.
Rulo: — ¿En un mes?
Felipe: — Sí. No sé qué hacía. Yo mirá que lo intento, ¿eh? Pero no lo alcanzo (risas).
Rulo: — ¿Nunca le preguntaste si el hermano lo llamaba y lo quería matar?
Felipe: — ¡Obvio! Y está perfecto. Gastaba un montón. No era nada correcto, en mi opinión.
Rulo: — ¿Te arrepentís de algún tatuaje?
Felipe: — No. Hasta tengo un tatuaje con mi ex. Me tatué su mordida. Fuimos al lugar de tatuajes, me mordió y arriba de la mordida me lo marcaron con un fibrón y después esas marcas me tatuaron. No me arrepiento.
Rulo: — ¿Ella lo tiene también?
Felipe: — Sí. Siento que lo que me tatúo en algún momento me gustó y si me gustó es porque es parte de mí y es parte de mi historia, entonces no me arrepiento.
Rulo: — ¿Se vienen productos Felfort de Ricardo?
Felipe: — La idea es hacer un dos Rickys que sea como el Dos Corazones, pero con la silueta de papá y sus frases.
Rulo: — ¿Se puede usar la imagen?
Felipe: — Hoy en día como está lo del empaquetado frontal no te dejan publicitar un producto con una persona. No te dejan poner una foto de una persona o un dibujo en el packaging, entonces es más complicado. Pero sí se puede poner el nombre directamente sin publicitarlo y que se sepa directamente.
Rulo: — ¿Qué frases tendría?
Felipe: — Las típicas: “Miameee”, “¡Mamá, cortaste toda la luz!”, “¡Sacá la mano de ahí, carajo!”. Cosas así graciosas (risas).