Nicolás Massot: “A la Argentina no la deja avanzar el populismo alternativo, pasamos de la arquitecta egipcia a Moisés y las Fuerzas del Cielo”

El diputado de Encuentro Federal cuestionó que el Gobierno no tenga un vínculo con la oposición. “Arman asados para héroes y listas de difamación para traidores”, dijo. Reivindicó a Juntos por el Cambio como alternativa: “Hay que reconstruir un centro republicano”

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El diputado nacional Nicolás Massot afirmó que a la Argentina “no la deja avanzar el populismo alternativo” que la viene gobernando las últimas décadas, destacó que la alternancia “no debe ser vista como vicio, sino como una virtud” del sistema político y trazó un paralelo entre Cristina Kirchner y Javier Milei: “Pasamos de Cleopatra y la arquitecta egipcia a Moisés y las Fuerzas del Cielo”, manifestó.

“No tenemos un solucionador pragmático, tenemos un Mesías, una persona que siente que viene a salvarnos. Pasamos de la arquitecta egipcia a Moisés y a las Fuerzas del Cielo, al mandato prácticamente divino”, afirmó el dirigente y cuestionó al oficialismo por “sostener que la alternancia, que es un valor de nuestra República, es un riesgo porque pueden venir los zurdos, los comunistas, los marxistas, los colectivistas”.

En una entrevista con Infobae, Massot criticó que “el Gobierno no tiene relación con la oposición, sino que el Gobierno califica y arma asados para héroes y listas de difamación para traidores”. Además, planteó una fuerte discrepancia con el presidente de la Cámara baja: “Martín Menem concibe que es un delegado del Gobierno en el Congreso, casi un interventor, como si fuera un ministro”.

“La Argentina tiene que abandonar una de las cosas que no la deja avanzar, que es esta suerte de populismo alternativo, en donde siempre el que llega al poder considera que la única manera de que la Argentina funcione es que esa persona no abandone el poder, porque el enemigo está del otro lado. Que todo lo que puede venir amenaza a la estabilidad, amenaza el crecimiento. Lo vimos en el pasado, lo vemos ahora exponenciado”, consideró.

Nicolás Massot reivindicó la vigencia de Juntos por el Cambio como una alternativa para “reconstruir un centro republicano”, más allá de que en la Cámara de Diputados esa coalición se disolvió. “El énfasis tenemos que dejar de ponerlo en los salvadores, en las arquitectas egipcias o en las figuras de moda, hay que ponerlo en las políticas de fondo y en función de eso uno tiene que tomar partido”, consideró.

La entrevista a Nicolás Massot

Entrevista a Nicolas Massot por Facundo Chaves

– La Cámara de Diputados está siendo la caja de resonancia de la política argentina. Empiezo por preguntarle ¿cómo está viendo la actualidad del Gobierno y cómo es la relación del Ejecutivo con la oposición?

- Me parece que es lo medular de lo que está pasando hoy. Hay algo que es muy actual y que se ha conversado bastante, que tiene que ver con los recientes ganadores del Premio Nobel (Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson) y cómo se revalorizó la tesis de que el factor más determinante para marcar la trayectoria de crecimiento sostenido en el tiempo de los países desarrollados ha sido la estabilidad institucional de instituciones inclusivas. La estabilidad está dictada por un riesgo país que no es el de JP Morgan, un riesgo país que describe el riesgo de que ocurra una elección en un país y exista una alternancia.

En los países más desarrollados política y democráticamente, la alternancia política tiene un efecto en el margen frente a las ecuaciones económicas, financieras, de las inversiones, de la defensa de los derechos de propiedad, del fomento de la iniciativa privada. Cuando el riesgo de una alternancia política significa un cambio de reglas casi antinómico, el riesgo está por las nubes.

Este es el déficit principal de toda la dinámica política actual de gobierno y oposición. El tango se baila de a dos, pero quien controla o maneja la iniciativa, la agenda y tiene el beneficio de la duda por haber sido votado, es el Gobierno y obviamente tiene mayor responsabilidad. La determinación fiscal de este gobierno es destacable, pero las diferencias están en excesos que violan las dos bandas que debe tener un trabajo fiscal: una banda distributiva y una banda productiva. Este es un plan fiscal sin ningún criterio distributivo y sin ningún criterio productivo y ahí está la crítica.

– Los números al Gobierno le vienen dando bien...

- Esta baja en el riesgo país y la recomposición del Banco Central es algo positivo. La duda tiene que ver con una crítica histórica al proceso anterior de ordenamiento fiscal de Macri, el nuestro, que habíamos sido gradualistas en lo fiscal mientras aplicamos un shock en lo monetario saliendo del cepo en un día. Tal vez la duda hoy es que el shock en lo fiscal ocurra mientras se es gradualista en lo cambiario. ¿No nos estamos casando con la baja de la inflación como único criterio a cualquier costo? Hasta parece que el retraso cambiario artificial nos empieza a gustar y empezamos a auto-justificarnos diciendo “bueno, se puede crecer con cepo”.

Hace un año el cepo se salía del cepo porque él estaba chateando con unos fondos y tenía la plata. Hace unos meses, del cepo se salía cuando la tasa de inflación convergiera con la tasa de devaluación, el crowling peg. Hace tres días del cepo se sale cuando alguien ponga la plata. Todas las semanas hay una explicación diferente y hay una procrastinación que creo que empieza a ser el gran temor de la macro.

Javier Milei terminó una semana eufórica por las mejoras en la economía
Javier Milei terminó una semana eufórica por las mejoras en la economía

– Quiero volver a la cuestión política y la relación del Gobierno con la oposición.

- No hay relación. El Gobierno no tiene relación con la oposición. El Gobierno califica, ecómplicEs la única relación que existe entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.

– ¿Y en esa lista de difamación están ustedes?

- Sí, por supuesto. Hoy estamos, pero si hay un cambio en la conducta, como pudo haber sido Scioli, pasamos de traidores a héroes automáticamente. Muy coherente, todo.

– ¿Fue presidente de la bancada del PRO siendo joven y y representando la voz del gobierno dentro de la Cámara, dentro de la Cámara de Diputados, esa tarea que usted desarrolló en su momento, comparado con el día de hoy, en qué cambió?

- En lo primero que cambió respecto a esa época es que en la presidencia de la Cámara no hay un ‘primus inter pares’, no hay un diputado que entienda que su rol y su representatividad está dada por por sus pares de todos los espacios políticos, incluyendo la oposición más acérrima, que es Unión por la Patria, la bancada mayoritaria y que más votos aportó para que Martín Menem esté sentado ahí. Lo que hay es alguien que concibe que es un delegado del Gobierno en el Congreso, casi un interventor, como si fuera un ministro, una silla más del gabinete, y eso es un estilo. En la experiencia anterior, había un presidente de la Cámara que entendía que su representatividad devenía de un poder que era independiente y que no dudó en ejercer la representación de un poder independiente, sin perder su pertenencia política.

En términos de dinámica en el recinto la anomalía que existe es que el trabajo más importante en obtener mayorías o minorías para resistir un veto o un decreto y el trabajo más técnico de la tarea legislativa y la defensa mediática de las políticas del Gobierno las hace, en mucha mayor proporción, una bancada que todavía no tiene la formalidad del oficialismo, que parece estar en una danza de un amor no correspondido. Es una anomalía. Hoy en el presidente del bloque oficialista no hay nitidez -y no es una descalificación para Gabriel Bornoroni, para nada- pero es más Cristian Ritondo. Estoy tratando de no hacer juicios de valor respecto a las dos cosas, pero son diferencias que hacen al funcionamiento de la Cámara.

– El primus inter pares que mencionó es Emilio Monzó. Él tuvo una declaración muy fuerte sobre Milei y su psicología. ¿Esa frase implica un punto de ruptura ya sin retorno con el Gobierno?

- Es la misma apreciación que tuvo el principal aliado de Milei, que es Mauricio Macri, que tres días antes que Emilio dijo algo parecido, aunque tuvo algún recaudo o alguna diplomacia.

– No fue tan fuerte...

- Pero dijo exactamente lo mismo. Dijo que tenía una personalidad especial, especial.

Con Milei, Cristian Ritondo es el presidente del bloque PRO de Diputados.
Con Milei, Cristian Ritondo es el presidente del bloque PRO de Diputados.

– Una psicología especial.

- Por eso: dos más dos, es blanco, está en una jarra, es leche. Y lo dijo el principal aliado del gobierno. Primero hay que matizar la cuestión. Ahora, lo más importante de todo, sin duda representa un punto de no retorno o una apreciación lo suficientemente tajante respecto de la persona, respecto del comportamiento, que es a lo que se estaba refiriendo Emilio, pero eso no nos hace confundir, porque nosotros no nos definimos en función de la persona del presidente o de su gobierno. No es que decimos “estamos con el gobierno”, entonces aplaudimos como foca y nos guardamos cualquier tipo de crítica constructiva por miedo a que se enojen. Ni tampoco estamos en el fetiche de que el gobierno se tiene que terminar antes de tiempo y todas estas pavadas que hay que abandonar cuanto antes.

No nos definimos en función de la persona de Milei ni del gobierno actual. Nos definimos en función de cada política pública la tratamos de discutir con la mayor profundidad posible para que la Argentina abandone una de las cosas que no la deja avanzar, que es esta suerte de “populismo alternativo”, en donde siempre el que llega al poder considera que la única manera de que la Argentina funcione es que esa persona no abandone el poder, porque el enemigo está del otro lado. Que todo lo que puede venir amenaza a la estabilidad, amenaza el crecimiento. Lo vimos en el pasado, lo vemos ahora exponenciado. Sostenemos que la manera de avanzar es discutir temas, discutir agenda, y en la que nos ponemos de acuerdo tratar de galvanizarla como política de Estado, y si no estamos de acuerdo, es por la política, no porque esté Milei, Cristina, Macri o quien sea en el poder.

– ¿Entendí bien? ¿Dijo que es peor Milei que Cristina?

- No. Dije que está amplificado. Que esa suerte de populismo en donde todo funciona en la medida en que a mí no me remuevan... es lo que decía antes del riesgo político en función de la alternancia.

– ¿Entonces es más populista Milei que Cristina?

- En este rasgo particular. Lo dije muy claramente. En términos del riesgo de alternancia, de no preocuparse por construir un sendero en donde la alternancia sea una virtud y no un vicio del sistema. En eso sí.

– ¿Es peor?

- Sí.

– Singular el razonamiento. Porque se caracterizó al populismo de Cristina Kirchner como la máxima expresión de populismo.

- Fue tremendo. Sí.

– Plantear que esto es peor....

- Está claro que lo dije en un rasgo muy específico, no lo dije en general. Pasamos de Cleopatra a Moisés. Acá no tenemos un solucionador pragmático, tenemos un Mesías, una persona que siente que viene a salvarnos y lo deja expuesto, lo exuda. Yo no digo que no sea genuino -se nota que es genuino- ahora eso es lo que tenemos. Pasamos de la arquitecta egipcia a Moisés y a las Fuerzas del Cielo, al mandato prácticamente divino.

Estipular que la alternancia, que es un valor de nuestra República, es un riesgo porque pueden venir los zurdos, los comunistas, los marxistas, los colectivistas... Pero, por supuesto, en la medida en que vayan a comer choripán con rúcula a la Quinta de Olivos... Daniel Scioli adentro, Guillermo Francos adentro, todos adentro... no importa. La casta es lo que ellos quieran que sea. En ese sentido, es un populismo de punta a punta.

– En Diputados se produjo una ruptura muy resonante del bloque radical, está el bloque de Encuentro Federal al que usted pertenece, y está el kirchnerismo. ¿Se está conformando una mayoría opositora en la Cámara de Diputados?

- No. Lo que se está consolidando es una minoría oficialista, porque el Gobierno no tiene interés en avanzar en una mayoría que, obviamente, implica lo que para mí constituye la principal crítica o diferencia con el PRO, al partido al que pertenecí mucho tiempo y presidí en la Cámara de Diputados, que es esta laxitud o esta facilidad con la cual fuimos a los brazos de un proceso en el cual no teníamos ninguna garantía. Eso no significaba pararte en frente, sino que significaba no romper una herramienta muy poderosa que todavía gobierna diez provincias. No hay ninguna fuerza en el país que gobierne tantas provincias como Juntos por el Cambio. Sin embargo, a nivel nacional se disolvió.

– ¿Dejó de existir?

- No, a nivel nacional. Existe en diez provincias y existe en cientos de municipios. Ahí está intacto. En Entre Ríos, Santa Fe, Chubut, en Legislaturas, Concejos Deliberantes. Son todos los bloques de Juntos por el Cambio y sus gobernadores pertenecen a Juntos por el Cambio con fórmulas mixtas. La vicegobernadora de Entre Ríos es radical con un gobernador del PRO; la vice de Santa Fe es del PRO con gobernador radical. Juntos por el Cambio existe y es la coalición más fuerte en el territorio de la República Argentina.

Lo único que no existe, por la “ansiedad” -por ser generoso- de algunos de sus dirigentes nacionales, es una fuerza que en el Congreso, en vez de entregarle el protagonismo de la oposición al peronismo, lo hubiéramos ejercido desde un lugar mucho más responsable y menos transaccional... del Ministerio, la Secretaría y el toma y daca... a una discusión de agenda, donde pudiéramos ejercer con mucha más fuerza lo que solamente 16 voluntades -que somos muchos ex miembros de JxC- decidimos hacer en minoría. El planteo es que el rumbo tiene muchísimas cuestiones que hay que acompañar, pero amerita que haya una fuerza frente a un liderazgo tan mesiánico, tan populista y tan carente de apego a las instituciones, que limite, que ejerza el valor republicano de pesos y contrapesos. Esa oportunidad ya se perdió de hacer en gran escala. Ahora estamos tratando junto a diferentes fuerzas, de ejercerlo de la mejor manera posible en la Cámara de Diputados.

– Hablemos específicamente de Macri. ¿Esta relación de Mauricio Macri con el presidente Javier Milei es transaccional?

- Yo la verdad que por lo que lo conozco quiero creer que no, sin embargo es lo que se está trasluciendo. No es lo que yo creo, porque conozco muchísima gente y tengo muchos amigos en el PRO con excelentes intenciones, con muchísima formación. Desde algún punto de vista es bastante ingrato lo que está ocurriendo, porque hay realmente dentro del PRO potenciales funcionarios que le harían muy bien al Poder Ejecutivo. Entiendo el planteo del ex presidente Macri y entiendo el de Patricia Bullrich, pero creo que está incompleto. Creo que hay un planteo de ayudar en la gestión con cuadros políticos, que es lo que se confunde con lo transaccional, pero es lo que queda hacia afuera, porque lo que falta es la limitación.

– Pero el presidente Milei no acepta limitaciones.

- Ese es el problema: que lo dejamos no aceptar, porque el problema no es la personalidad del presidente, el problema es la complicidad de todo el resto. Ese es el verdadero problema, porque no hay que ser cómplices de personalidades.

El diputado Massot fue entrevista por Facundo Chaves en los estudios de Infobae (foto Candela Teicheira)
El diputado Massot fue entrevista por Facundo Chaves en los estudios de Infobae (foto Candela Teicheira)

– Macri es cómplice?

- Sí, pero no es cómplice de un delito, es cómplice de una actitud que muchos creemos que no le hace un favor al mediano y largo plazo del país, amparado en mirar por el espejo retrovisor. Nos dicen ‘mirá, por el espejo retrovisor, nos están persiguiendo los orcos’ yo tengo que acelerar’. Lo que estoy diciendo es que está bien ver atrás, pero allá adelante tenés un tapial, tenés tres pozos, vas a dejar la suspensión, tenés un árbol. Hay que mirar adelante, no es todo para atrás. Y lo de atrás no justifica que nos vayamos a poner un árbol de frente. Entonces es un equilibrio.

– ¿Es decir que Macri, para escapar de los orcos, está llevándose puesto un árbol de frente?

- Estás simplificando bastante.

– Trato de razonarlo.

- El razonamiento es: no puede ser que el no querer volver hacia atrás sea la única justificación para decir ‘no podemos expresar nuestras críticas’, que las tienen, por supuesto que las tienen. Las tiene Macri, la tiene la mayoría de su partido. Hay una incomodidad con un montón de cuestiones. La crítica es “lo que viene hacia adelante hay que expresarlo”. El temor a volver para atrás no justifica cualquier cosa.

– Ahora, con Encuentro Federal, el radicalismo, una parte del PRO ¿piensan en armar y de estructurar una coalición política para competir el año que viene?

- Ya está armada, pero no es por la competencia del año que viene. Es una coalición parlamentaria que se armó de hecho, no hay un interbloque, pero no hay problema. Se armó, de hecho, para llevar adelante una agenda que tenía que ver con decirle al Gobierno “acompañamos el superávit fiscal, pero no bajando Bienes Personales o dejando impolutos una cantidad de privilegios tributarios de más de 30 sectores que tienen la capacidad productiva y económica de hacer un aporte a este trabajo fiscal, mientras no hay plata para que los jubilados tengan una movilidad atada a la inflación razonable, ni hay plata para que un sector crucial del sueño aspiracional de millones de argentinos, como son las universidades, tenga el respeto y el equilibrio en la discusión de poder decir. Todos estuvimos de acuerdo en decir “sí auditemos, es una obviedad”, pero no vayamos a una batalla ideológica, que lo único que busca es reafirmar la identidad de un sector de la política que es el que está hoy en el gobierno, por contraste con distintos enemigos, como son las universidades, los sindicatos, el peronismo. Son las distintas caras de la grieta, no nos podemos llevar puestas las pocas cosas que funcionan relativamente bien y que hay que perfeccionar, pero no destruir.

– Le pido una opinión sobre lo que está pasando en el peronismo, con esa disputa abierta de Cristina Kirchner, Ricardo Quintela, Axel Kicillof, Máximo Kirchner.

- Es bastante parecido a lo que pasa entre el PRO y la Libertad Avanza. Hay sectores del peronismo que están buscando posiciones más equilibradas, más pragmáticas, de más de largo plazo y que ven el peligro del péndulo agresivo y de esta lógica que al final le conviene a los dos extremos solamente, que es esta idea de que en realidad hay un surco y se puede estar solamente de un lado y estar de un lado es justificar fanáticamente cualquier tipo de abuso del liderazgo, que es Cleopatra o Moisés. Dos Mesianismos absolutamente dogmáticos. Tanto lo que ocurre entre algunos miembros del PRO o del radicalismo o fuerzas aliadas respecto al Presidente, también ocurre dentro del peronismo respecto de la figura de la ex presidente.

Cristina Kirchner y Javier Milei, dos modelos que Massot ve similares
Cristina Kirchner y Javier Milei, dos modelos que Massot ve similares

– El Congreso se está tratando el Presupuesto y está discutiéndose y empezando a tomar volumen la discusión del proyecto que limite los DNU. ¿Qué piensa de ambos temas?

- Es parte de la receta o de la práctica que veníamos hablando antes en términos de héroes y traidores. Para ser muy directo: el veto es una herramienta constitucional. En la misma Constitución lo califica. Dice que debe ser una herramienta extraordinaria. Cuando el veto se transforma en una herramienta ordinaria, periódica, recurrente, se desnaturaliza. Si se desnaturaliza su mandato constitucional hay lugar para que el tercer Poder, que está bastante expectante aún, que es el Poder Judicial, empiece a aclarar la disputa entre los otros dos. Si el Presidente quiere llevar esto a un conflicto entre Poderes porque le sirve para su relato y revalidación identitaria, para algo hay un tercer poder, que tiene otros recursos que no son apelables por el Presidente ni tampoco son apelables por el Congreso, le cabe a cualquiera de los dos.

Y una cosa es vetar leyes puntuales, partidas presupuestarias puntuales, políticas puntuales... vetar una reforma del funcionamiento de los decretos de necesidad y urgencia es vetar las reglas de juego. Y si el presidente puede vetar las reglas de juego que lo que le aplican a él, me parece que entramos en otra dimensión. Insisto, acá hay un poder que todavía no digo que debiera haberlo hecho lógicamente, por la propia característica del Poder Judicial, le debe dar primero el tiempo prudencial a los dos poderes más políticos de que resuelvan estas cuestiones dentro de los resortes institucionales.

– ¿Pero hay que limitar los DNU? ¿El Congreso tiene que establecer esta idea de que sean las dos cámaras las que tomen una decisión sobre los DNU?

- Siempre fue una materia criticada, no es ninguna novedad. Hace 20 años que la ley está así. Todos los gobiernos, sin ninguna excepción, usaron y abusaron de esa herramienta. Eso es así y es indiscutible. Y cualquiera que lo niegue, está faltando a la verdad.

– A Macri también lo cuestionaron.

- A todos, pero siempre juristas, constitucionalistas, legisladores, jueces, políticos, siempre supimos que ahí había una perversión. Los decretos de necesidad y urgencia lo que hacen es subvertir el orden en el cual se completa una ley. Normalmente se inicia en el Congreso, en una Cámara, la aprueba una Cámara, pasa a la otra Cámara, aprueba la segunda Cámara y se comunica al Poder Ejecutivo que la promulga y la reglamenta, la completa. Todo ese proceso lleva tiempo. La necesidad y la urgencia lo que prevé es que ese proceso se revierta y que el Poder Ejecutivo pueda iniciar el proceso por una cuestión de celeridad.

La anomalía, la perversión, es que por una ley de la senadora Cristina Fernández de Kirchner, por una conveniencia operativa, se pervirtió el proceso y entonces es más fácil decretar que legislar. ¿Por qué? Porque no solamente, y no es lo más grave, es que solamente haga falta una cámara, lo más grave es que pueden nunca tratarse y quedar implícitamente validados. Entonces, esos son los únicos dos puntos.

Los tres últimos presidentes argentinos. Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández
Los tres últimos presidentes argentinos. Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández

– La sanción ficta.

- Exacto, la sanción ficta. Esos son los únicos dos puntos reales que están en discusión. ¿Qué es lo que cambió ahora? Que la verdad nunca pasó porque el peronismo siempre gobernó con mayorías parlamentarias en las dos cámaras y eso era una diferencia. Es la diferencia entre la legalidad y la legitimidad. El peronismo decretaba, pero tenía la mayoría para sostenerlo. Macri no. Macri decretaba mucho menos que Milei. Por cierto, nadie en un primer año decretó más de 50. Creo que llevamos ahora 52 decretos de urgencia y uno el 70, que vale por 50. Más la frecuencia y la amplitud es sin precedentes.

– Diputados no está haciendo mucho

- ¿Cómo no está haciendo mucho? Por primera vez derogó un decreto. Y está pasando algo muy importante: hay una cantidad de bloques que sobreentiende que dentro del DNU 70 hay varias cuestiones que son de relevancia positiva para la sociedad -yo soy uno de ellos- y estamos sosteniéndolo. A ver si está claro para que lo tenga claro el Gobierno.

– ¿Estamos con el gobierno, quiere decir?

- No en todo. Y nosotros fuimos los que le pedimos, entre otros, que lo separara.

– Pero ya es una sola pieza.

- Es una sola pieza. Creo que lo que va a terminar pasando en el corto o en el mediano plazo es que o el Gobierno o el Congreso va a conservar las cuestiones de ese decreto, que no deberían tener una interrupción jurídica y posiblemente en algún punto se pueda avanzar en el rechazo. Pero no es tan fácil.

– Sería extraño que se parta un decreto y se digan esto sí y esto no.

- No sería partir un decreto. Sería probablemente presentar una ley. Como pasó con Macri, si lo hicimos nosotros. Cuando Federico Sturzenegger en el 2018 mandó el DNU de desregularización, que es muy parecido en algunas cosas a los contenidos que está haciendo ahora, era un DNU de 600 páginas, no fue la oposición. Fuimos el oficialismo -Monzó, Negri y yo- que le dijimos “te lo mandamos de vuelta, mandá leyes”. Eso pasó. El decreto estuvo ocho días dentro del Congreso y volvió al Ejecutivo. Volvió en tres leyes, una fue sancionada, dos. No es extraño, no busquemos refundar nada. ¿Entonces acá qué es lo que está pasando? Nunca hubo un gobierno que explícitamente quisiera prescindir de la legislación y de la legalidad del Congreso y dijera “quisiera cerrarlo por cuatro años”, como vino en la Ley Bases original, con superpoderes que reemplazaban al Congreso. Y después, con una minoría extraordinaria de un tercio, sostener DNU y vetos. Se perdió el carácter extraordinario de los vetos y se perdió el carácter extraordinario de los DNU.

– Hablamos recién de una eventual coalición política para el año que viene. ¿Con quién se sienten más afines? ¿Con quién podrían tener un futuro político electoral Encuentro Federal?

- Es cuestión de mirar al bloque, pero para ser coherente con lo que te venía diciendo: la comodidad no deviene de con quién estás, de la misma manera que la oposición o el acompañamiento a determinadas políticas no deviene de quien las plantea. Es lo que te dije durante toda la entrevista. Para ser consistente, la comodidad no es con determinadas personas, la comodidad...

Nicolás Massot y Miguel Ángel Pichetto. De pie, el presidente del bloque kirchnerista, Germán Martínez
Nicolás Massot y Miguel Ángel Pichetto. De pie, el presidente del bloque kirchnerista, Germán Martínez

– La política se hace con personas...

- Sí, pero la comodidad es con determinadas ideas. Y es fundamental lo que me acabas de preguntar, porque obviamente que la política se hace con personas. Pero la discusión es qué es lo que priorizás, qué es lo que manda ¿Manda la persona, manda la fama, manda el travestimiento de la encuesta, de que ayer fui una cosa y hoy fui otra? ¿O manda la idea, independientemente de quién esté? Puedo representar determinadas ideas que por ahí las represento mejor o las represento peor, pero no residen en mí. Yo me puedo correr, soy totalmente prescindente. Podés venir vos después y por ahí tener más éxito en las mismas ideas, por una cuestión de época o por una cuestión de virtud. Pero el énfasis tenemos que dejar de ponerlo en los Mesías, en los salvadores, en las arquitectas egipcias, en los Moisés o en las figuras de moda. El énfasis hay que ponerlo en las políticas de fondo, en qué es lo que estamos discutiendo. Y en función de eso uno tiene que tomar partido.

– ¿Un interbloque con el nuevo bloque radical, Democracia para Siempre?

- No debería extrañarle a nadie. Al final somos todos ex integrantes Juntos por el Cambio. Te acabo de decir que hace nueve meses hicimos todos los esfuerzos que pudimos hacer para conservar unido todo el radicalismo, todo el PRO y todo el Peronismo Federal con la Coalición Cívica que integraban Juntos por el Cambio hasta hasta diciembre. No pudimos. Ahora lo que empieza a pasar es que paulatinamente los que sí están convencidos de eso empiezan a buscar la forma de reconstruir el centro republicano que siempre representó Juntos por el Cambio, que sigue representando en diez provincias y en cientos de municipios, y en pararnos desde un lugar en donde podamos garantizar los cambios, limitando los excesos y sin toma y daca.

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