Nicole Unteruberbacher Neumann es una reconocida modelo, actriz, host y empresaria argentina. Su carrera en el mundo del espectáculo comenzó a los cuatro años filmando comerciales, pero fue a los doce cuando alcanzó notoriedad al convertirse en la modelo más joven de ese momento.
A lo largo de su trayectoria, ha trabajado con grandes marcas y participado en desfiles en Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y en reconocidos escenarios internacionales como París, Nueva York y Milán.
En cuanto a su carrera artística, incursionó en la televisión como parte del elenco de telenovelas como Amigovios y 90 60 90 Modelos. Además, tuvo participaciones en cine y concursó en varias ediciones del certamen Bailando por un sueño de ShowMatch.
En la conducción televisiva se destacó en Estilo Nicole por Fox Sports y Simplemente Nicole en C5N. Participó de la quinta temporada del programa Animales Sueltos y fue jurado en el Festival de Viña del Mar y en el reality show Los 8 escalones.
Su carrera, marcada por el éxito y el trabajo constante, la ha consolidado como una figura importante en los medios argentinos y como un ícono en el mundo del entretenimiento y la moda. Además, siempre ha mostrado un gran interés por causas sociales y por el rescate de animales abandonados y maltratados.
En relación a su vida personal, Nicole es madre de Indiana, Allegra y Sienna. A fines de 2003, se casó con el piloto de automovilismo José Manuel Urcera con quien en junio de este año tuvo a su hijo Cruz.
Maternidad
Pollo: — Tuviste hace poquito tu cuarto hijo.
Nicole: — Sí, el primer varón. Estoy fascinada, enamorada mal.
Pollo: — Sos madre de tres hijas y pasó un tiempito entre la última y el bebé. ¿Cómo te llevás con la maternidad hoy en día?
Nicole: — Re bien. Es más, me entregué más tal vez que con las chicas porque en ese momento tenía que salir a trabajar más rápido, era todo adrenalina, quizás porque yo era bastante más chica también. Ahora es como dije: “No, pará. Tengo que vivir esta etapa de bebé que se va rápido y no vuelve más”. Los dos primeros meses estuve media encerrada con Cruz en mi casa, no se lo daba a nadie más que al papá y a las hermanas. Me costó empezar a salir porque estoy muy entregada full a la maternidad. El invierno que viene ya va a estar corriendo y no va a ser este bebé recién nacido que se duerme en el pecho mil horas. Así que son cosas que quiero disfrutar a full hoy.
Pollo: — Sos una mamá con todas las letras y muchos lo saben. ¿Qué sentiste en su momento cuando se te criticó en los medios?
Nicole: — Yo creo que más que críticas fue que se infundó, se quiso implantar un rumor que claramente yo sabía por dónde venía y que se venía trabajando hace un montón. Se venía gestando o intentando y en un momento sucedió y la gente no lo sabe, pero quienes trabajaron conmigo en el día a día, que me ven y ni hablar mis conocidos, mis amigos, mi familia, que es lo que a mí me importa, saben quién soy y no hubo un minuto de duda con nada. Es un bajón porque la gente que no te conoce de golpe no sabe qué creer y obviamente es doloroso, más con toda la historia que yo tengo. Para mí el tema maternidad siempre fue fuerte, de no repetir un montón de cosas que me han pasado a mí y lo laburé toda mi vida. Desde los 15 años laburé para ser la mejor mamá del mundo que pudiera cuando me tocara. Fue muy frustrante por ese lado porque se accionaron botones de cosas de mucho antes de mí maternidad que duelen o que dolieron, pero bueno. Ya pasó.
Pollo: — Duelen las que están muy lejos de la realidad y yo creo que a toda mamá que le digan “mala madre”, aunque venga de un desconocido, le duele.
Nicole: — Sí. Yo creo que sí, que a cualquier mamá le afecta porque nadie nace sabiendo ser mamá y cuando te convertís en mamá te das cuenta de que es una responsabilidad re fuerte. Ser mamá es la responsabilidad más grande de tu vida. Es un ser humano que depende completamente de vos. Por ejemplo, ahora que nació Cruz, su alimento soy yo. El crecimiento, que esté tranquilo, que duerma bien depende de mí. Su psiquis depende de mí. Uno en el día a día va armando la psiquis de ese niño en los años. Tenés que cuidar un montón de cosas adentro de tu casa.
Pollo: — ¿Cómo se llevan las chicas, tus hijas, con Cruz?
Nicole: — Lo aman. Aparte las dos más grandes tienen una mano… Lo duermen en cinco minutos y me dicen: “¡Ay mamá! No era tan difícil” (risas). Son unas divinas.
Ovni
Pollo: — ¿Es verdad que perseguiste un ovni?
Nicole: — Sí. Estábamos en mi chacra. La gente que me cuida los animales ya me venía avisando que estuvieron apareciendo ovnis. Hubo varias noches en las que aparecían y la comunidad los veía. La cuestión es que estábamos en el campo con amigos, mis hijas, todos en la cocina viendo qué comíamos a la noche y viene el chico que trabaja en el campo y nos dice: “Está el ovni. ¿Lo quieren ver?” “¡Obvio!”, dijimos todos y salimos corriendo de la cocina…
Pollo: — ¿Y cómo era? ¿Se parecía a un plato volador como en las películas?
Nicole: — No sé bien cómo describirlo, pero no era como un plato. Era más hexagonal, con luces y se mantenía arriba.
Pollo: — Suspendido.
Nicole: — Sí.
Pollo: — ¿Grande o chico?
Nicole: — Grande.
Pollo: — ¿A cuánto estaba de ustedes?
Nicole: — A unos 50 metros. Lo podíamos ver perfecto.
Pollo: — Y tenía luces, ¿tipo ventanitas?
Nicole: — No, no sé si ventanitas. Era como un hexágono de led y de golpe se empieza a ir y ahí es donde voy a buscar el auto y lo seguimos. Dije: “Quiero ver más de cerca qué es esto”.
Pollo: — Agarraron el auto y siguieron al ovni...
Nicole: — Me hacés sonar como una loca (risas). Pero estábamos todos viendo lo mismo.
Pollo: — ¿Se iba rápido?
Nicole: — Sí, empezó a irse rápido y como es un lugar de chacras no es que yo podía atravesar en línea recta para donde iba el coso. Iba por el camino hasta donde pude y en un momento hay un alambrado que cerca el lugar y no lo pude seguir más. Desapareció atrás de los árboles.
Pollo: — ¿Y no lo grabaron?
Nicole: — Sí, yo lo grabé. Ahora no encuentro la imagen porque soy un desastre con las cosas del teléfono. Creo que lo mostré en el programa. Se ve como una luz mucho más chiquita de lo que vimos. ¿Viste como cuando querés grabar la luna? La ves enorme, llena, pero cuando grabás te sale minúscula. Lo mismo me pasó con eso.
Juego del millón
La modelo distribuyó el total del dinero que contenía el maletín entre la realidad de poder ayudar y la fantasía de vivir experiencias casi de película.
Pollo: — ¿Qué harías con un millón?
Nicole: — Se que no se puede donar en el juego, pero 100 irían para los animalitos de la calle.
Pollo: — ¿Un refugio?
Nicole: — Sí. Para el alimento, veterinaria, gente que los cuide…
Pollo: — ¿Qué más?
Nicole: — 100 para chicos. Niños que no tengan para comer, para su educación. La idea sería ayudar a alguna institución.
Pollo: — Quedan 800 mil.
Nicole: — 100 para cada hija. Para que ahora hagan lo que quieran.
Pollo: — Serían 300 mil- ¿Y Cruz?
Nicole: — Pero todavía es bebé no necesita la plata. Esto es para que lo gasten ahora. Que pueden ir de viaje o lo que cada una quiera. Para disfrutar ya. Invitar a todas sus amigas a un viaje...
Pollo: — Quedan 500 mil.
Nicole: — A esto le voy meter un poco de frivolidad al juego. Me voy a Nueva York con amigas.
Pollo: — ¿Cuántas son?
Nicole: — 12. A Nueva York o Milán.
Pollo: — Vamos a poner 100 mil para viajar en primera, hotel, comida, etc.
Nicole: — Y con lo que resta... comprarnos carteras, zapatos, todo...
Pollo: — ¡¿Para todas?!
Nicole: — Sí. Chanel, Loewe, Céline, Dior, Prada. No sé, todo. ¡Qué divertido sería! Lo que pasa es que si lo bajo a la realidad me da mucha culpa porque realmente lo destinaría a quienes lo necesitan, pero fantaseando jugamos un poco con esto.
Pollo: — Me dan ganas de ser de las 12 (risas).
Nicole: — Y sí es divertido. Ya en el avión sería un bolonqui… Igual me hiciste sentir culpable con Cruz.
Pollo: — Pero todavía es muy bebé.
Nicole: — Voy a guardarle una parte para que lo use cuando sea grande.
La fama
Pollo: — ¿Cuál fue el momento en el que te diste cuenta que te volviste famosa?
Nicole: — Fue medio de un día para el otro. A los 12 años.
Pollo: — ¿A los 12? ¿Tan chica?
Nicole: — Sí porque de un día para el otro salí tapa de una revista, hice un comercial y ya en la calle me conocían. Quizás hoy sería un poco más normal, pero en ese momento una chica de 12 años trabajando era raro, me pintaban como sexy, me comparaban un poco con el libro Lolita y era todo una polémica, entonces de golpe estaba en todos los programas, todos hablando de mí. No tuve ni tiempo de pensarlo y ya era conocida.
Pollo: — ¿En el colegio te identificaban?
Nicole: — Sí y me moría de vergüenza. Iba a primaria así que me quería esconder abajo del pupitre porque soy tímida, pero de chica era mucho peor.
Pollo: — Cuando ves ese recuerdo como una foto, ¿lo ves como algo lindo o no eso que viviste?
Nicole: — No, me miro a mí en ese momento y la veo a Allegra que tiene 13 o a Sienna que tiene 10, yo la veo re chiquita y digo: “Que ni se les cruce por la cabeza”. Yo trabajaba todos los fines de semana, en la semana también y empecé a ser el sustento de la familia. Era un peso fuerte para una chica de 12 años y la exposición era un montón. Por ahí iba a un programa y me preguntaban: “¿Qué sentís que los hombres se ratonean con vos?” Que se yo. A los 12 años era mucha información y eso que era más tranquilo porque no existían las redes y toda la data de hoy, que me parece más peligroso porque hay mucho más acceso directo a una criatura. Como madre digo que no. Quiero que vivan sus etapas como niñas.
Pollo: — Sos muy famosa hace 30 años y todo lo que hagas siempre importa en los medios. ¿En algún momento soltás que hablen de vos o ves los programas?
Nicole: — No, generalmente no lo veo. Es como que entré en una dinámica de decir: “Yo ya sé lo que hice. Estoy tranquila”. Lo que dije ya lo dije. Si me gustó, bien y sino no puedo volver atrás. Igual siempre me llega el comentario, alguno me avisa, entonces le digo: “Contame bien que dijeron”. Prefiero enterarme así.
Pollo: — Ojo con el teléfono descompuesto porque a veces uno suele contar más lo malo que lo bueno.
Nicole: — Es verdad. Cuando es algo más comprometedor y tengo que accionar, ahí sí lo chequeo. Lo voy a mirar a ver si fue tan así…
Pollo: — ¿Sentís que llegaste a dónde querías en todos estos años de carrera?
Nicole: — Yo soy ambiciosa a todo nivel. Quiero la pareja perfecta, quiero ser la mejor mamá, entonces siempre quiero más. No sé si llegaría alguna vez al tope de lo que quisiera.
Pollo: — ¿Pero la ambición de entrada ya es más o cuando lográs algo estás pensando en el siguiente escalón?
Nicole: — Las dos versiones. Por ejemplo, me fui un año a París a trabajar cuando tenía 18 años. Después estuve tres meses en Milán, tres meses en Nueva York y no me aguanté porque extrañaba, estaba allá muy sola y fue cuando empezaba a pegarla. Y ahora digo: “¿Por qué no aguanté?” De golpe estaría viviendo afuera, que en ese momento no quería, pero hoy lo miro y digo: “No sé. Por ahí estaría viviendo allá. Me estarían regalando Dior, Chanel” porque cuando laburás afuera te mandan de regalo esas cosas.
Pollo: — ¿Te frustra o decís: “Ya está, no pasó”?
Nicole: — Depende el día. Hay veces que me frustra y hay veces que digo: “Estoy re feliz con mi vida”.
Pollo: — Pero es una mente ambiciosa.
Nicole: — Sí. Es una mente ambiciosa, pero yo creo que está bueno porque es una ambición sana.
Pollo: — ¿Qué vas a hacer ahora? ¿De qué tenés ganas profesionalmente?
Nicole: — Estoy trabajando hace dos años en un lanzamiento personal. Todavía no puedo decir de qué es, pero en un mes puede que ya lo descubran.
Pollo: — ¿Tiene que ver con tu vida?
Nicole: — Sí, con mi vida, mi trabajo y un poco mi filosofía de vida. Es un proyecto personal en el que estoy trabajando y es como un bebé porque también lo vengo gestando, armando.
Pollo: — ¿Vamos a poder ser parte de eso? ¿Comprar, ver, etc?
Nicole: — Sí. Por ahora estoy con eso porque me está costando despegar del bebé, entonces hoy no puedo volar mucho más (risas). Ya está próximo a lanzarse.