Mariana Brey es periodista y presentadora argentina. En los últimos años, se ha consolidado como una figura clave en programas de espectáculos tanto en radio como en televisión. Además de su labor periodística, demostró tener una gran versatilidad participando en realities y programas de entretenimiento, lo que le ha permitido conectar con una audiencia más amplia. En redes sociales, cuenta con una comunidad de más de 1 millón de seguidores.
Trabajó como panelista en programas como Intrusos y Los Ángeles de la Mañana (LAM), entre otros. Actualmente, integra el equipo de Socios del Espectáculo y del reality Por Amor o por Dinero que conduce Alejandro Fantino, ambos en El Trece. También participa en Duro de Domar, emitido por C5N. En el ámbito personal es madre de dos hijos Luca de 12 años, y Juana de 5.
Rulo: — ¿Te casaste, te separaste y ahora volvieron?
Mariana: — No, casada no. Yo soy soltera. Eternamente soltera. No me he casado con ninguna de mis parejas. Tuve relaciones largas, pero de convivencia.
Rulo: — ¿La más importante fue la última con Pablo Melillo?
Mariana: — No, todas fueron importantes. Con mi pareja anterior, Leo, viví 10 años. Todas las parejas son importantes las más duraderas o menos duraderas, son importantes.
Rulo: — ¿Volvieron con Pablo?
Mariana: — Estamos bien. Nos llevamos bien, tenemos una hija en común y al igual que con el papá de mi hijo más grande, Luca, nos llevamos bien. Yo soy partidaria de que las relaciones y sobre todo de amor vos elegiste al otro por un periodo de tu vida y ni hablar si formas familia, son vínculos que por más conflicto que pueda haber, a la larga tenés que tratar de conciliar. Yo intento todo el tiempo eso y creo que lo logro porque hay buena intención. El amor puede durar más, menos, pero la relación o el vínculo de pareja se transforma en otro tipo de amor. El vínculo, por la salud de los hijos, siempre hay que tratar de mantenerlo bien. Después uno ve si se elige, si no se elige, si se vuelve a elegir. Es parte del camino. En eso soy bastante abierta y libre.
Rulo: — ¿Y ahora en qué situación te encontrás?
Mariana: — Estoy bien. Vivo sola con mis hijos desde que me separé.
Rulo: — ¿Pero podés salir con alguien si te invitan? ¿Es como una relación abierta?
Mariana: — No, no estoy en ese plan. No, relación abierta no y no estaría dispuesta creo yo.
Rulo: — Sos monógama.
Mariana: — No sé si creo en la monogamia dado como son los tiempos hoy la fidelidad está un poco sobrevalorada. Creo que vos te elegís con el otro, armas una especie de contrato, acuerdo o pacto y eso se tiene que respetar. Si alguna de las partes no lo respeta, está en su derecho a hacerlo y vos en todo caso de correrte.
Rulo: — ¿No crees en la fidelidad?
Mariana: — No creo que en la fidelidad. No es que yo sea o no sea fiel. Te soy honesta, no me gusta hablar de mis parejas porque no son del medio, no me interesa. Puedo hablar de mí y lo que yo pienso en cuanto a cómo son los vínculos de pareja, qué cosas se respetan, se acuerdan y cuando esos acuerdos no se pueden sostener uno a veces decide separarse aunque se siga amando. Creo que tiene que ver con eso. Yo elijo no hablar. Ni siquiera hablé de mi separación en su momento de ninguna de mis parejas.
Rulo: — ¿Te preguntaban y decías: “No voy a hablar”? Porque vos sos de preguntar...
Mariana: — No me preguntaban mucho porque tampoco expuse mucho mis vínculos. Capaz me gusta más mostrar la vida de familia, mis hijos, porque los amo y son mi orgullo. Si fuera por mí subiría una foto todos los días, pero hoy me preservo un poco más sobre todo porque Luca ya tiene 12 y obviamente le tengo que pedir permiso y no le gusta exponerse. Juana es más pequeña todavía. Son mi orgullo, pero en general suelo ser bastante reservada en cuanto a mis afectos y cuido mucho a la gente con la que estoy, a mis amigas, mis parejas o ex parejas, etc. Por eso ni siquiera hablé de sí me separé ni cómo me separé ni nada.
Rulo: — Ahora tenemos una idea más clara…
Mariana: — No sé si la tenemos clara. ¿Vos la tenés clara? (risas). Ahí estamos.
Trabajo
Rulo: — ¿Hay códigos entre los conductores y los panelistas a la hora de dar una noticia?
Mariana: — Sí, se puede acordar. Yo no soy fanática de la primicia. Si otro lo tiene y lo quiere contar antes, no me molesta. He tenido primicias que no me interesaban contarlas y se las paso a otro periodista para que las pueda decir. No primereo en eso, a mí me gusta más la opinión.
Rulo: — ¿Es un intercambio de favores?
Mariana: — No, ni siquiera. Es una generosidad. Decís: “Toma, contalo si te sirve”. El otro elige si le sirve o no. Si me parece copado lo cuento, si a mí no me suma contarlo se lo doy a otro que lo cuente si quiere. Que fluya.
Rulo: — En tus años como periodista, como panelista, te has peleado con mucha gente. ¿Hay alguna que te haya afectado más que otra?
Mariana: — No tengo tantas peleas en realidad, discusiones sí. En su momento peleábamos mucho con (Aníbal) Pachano en El Bailando. Lo peleaba bastante. Era fácil pelearlo porque saltaba rápido, pero siempre terminábamos con buena onda. Después de tantos años laburando de esto sí, obvio, tuve mucha gente que se me enojó y después reparé en eso. Pero nunca me lo tomo personal nada de lo que suceda porque entiendo que la tele es parte de un show. Con eso no digo que las cosas no hayan sido verdaderas, los enojos fueron verdaderos, son genuinos. Pero también tengo la capacidad de darme cuenta que no puedo llevarme eso a mi casa, trasladarlo a mi vida y quedarme enroscada tres o cuatros días, resentida, pretendiendo que el otro me llame para pedirme disculpas. Es más práctico todo. Es un show, es la tele, él se enojó, yo le respondí, puede hacer con mi respuesta lo que pueda, lo que quiera y yo también. Sino terminamos todos locos y neuróticos, resolviendo estos asuntos en terapia.
Rulo: — Vos no te lo tomás personal, pero puede ser que a la otra persona le afecte.
Mariana: — Sí, puede ser que el otro se lo tome personal. Pero nunca es mi intención. No tengo mala leche, no soy una mina mala leche, para nada.
Rulo: — Hace poco tuviste una discusión con Guillermo Moreno donde él te contestó fuerte.
Mariana: — Tal vez él sí lo llevó al terreno personal, pero no me puedo hacer cargo de eso porque yo no hablo de la persona. Ahora si vos tenés necesidad de juzgarme a mí como persona porque no tenés otra cosa para decir de mí y consideras, desde tu punto de vista, que yo soy mala o lo que quieras, que se yo, es tu punto de vista. Tampoco le puedo dar tanta entidad al punto de vista de alguien que ni siquiera conozco o que veo 30 minutos tres veces por semana. Entidad le doy a la opinión de la familia, de mis amigos, de mis hijos, de mi mamá, mi papá si estuviera, mis hermanos. Esa es una palabra que tiene mucha entidad y mucho peso para mí, que a veces lo hacen por supuesto, y no lo digo desde un lugar soberbio. ¿Imaginate si con toda la información que nos entra hoy, escucháramos todo lo que nos dicen?
Rulo: — ¿Cuál es tu límite a la hora de dar una opinión?
Mariana: — Golpes bajos nunca ni meterte con cuestiones que al otro lo pueden lastimar, herir personalmente y que supieras porque a veces no sabés la vida entera del otro. Esas cosas no las hago porque vuelven.
Rulo: — ¿Qué sería un golpe bajo?
Mariana: — Meterte con cuestiones que tengan que ver con lo personal, con un familiar, con un hijo, una mujer, una enfermedad...
Rulo: — ¿Opinar sobre un divorcio no es un golpe bajo?
Mariana: — Si lo expusieron no. Si lo cuentan y trasciende por todos lados, no. Y te voy a dar un ejemplo bastante actual: todo lo que está pasando con Lanata, sus hijas y su mujer Elbita. Había mucha información y si vas al archivo no vas a encontrar mucha opinión mía fuerte sobre eso porque para mí era un conflicto de familia, donde ninguna de las partes hablaba, Lanata está enfermo, está internado, luchando por su vida y la verdad que opiné, pero como livianamente, hasta te diría sin información, porque no era muy certera la información que había, al menos para mí. Ahora que ya hay una demanda, que ya es todo muy visible, que ya empezaron a hablar, ahora sí puedo opinar más fuerte y decir lo que yo pienso, lo que veo o lo que sé, pero hasta hace una semana la verdad es que eran situaciones en las que yo preferí ser prudente.
Rulo: — También hay un tema de que no todo es chequeable. Las hijas de Lanata tal vez no te atienden el teléfono o la otra parte tampoco y tenés que opinar con lo que ves.
Mariana: — Sí, a veces les escribís. A mí la hija de Jorge, Bárbara, me contestó pero no le pregunté hasta que no salió todo esto. Previo a eso no me pareció porque es una hija que el papá está peleando por su vida y me pongo en el lugar de hija porque es una situación de mucho dolor. En esos temas puntuales prefiero no hablar u opinar menos, ser más light, en otros voy más a fondo.
Rulo: — ¿Qué pasa cuando vos te convertís en noticia y te llaman colegas y amigos que conocés hace años?
Mariana: — Con los que son amigos soy recontra honesta porque saben cómo soy y no serían capaces de contar nada que yo les pueda contar porque no lo están haciendo desde un rol de periodistas sino desde la amistad. No soy de las que esconde o no les cuenta.
Rulo: — ¿No te han traicionado?
Mariana: — No porque creo en los códigos de esas personas.
Rulo: — ¿Con Ángel de Brito tenés buena onda?
Mariana: — Sí, re. Es amigo. Lo quiero mucho. Nos conocimos profesionalmente y crecimos profesionalmente juntos, de alguna manera.
Rulo: — ¿Cuál es el hit de tu carrera?
Mariana: — Me gusta más contar los romances o los embarazos. Eso me encanta, el romance me vuelve loca más que la separación, que sé que vende mucho más porque es más jugoso.
Rulo: — ¿Te sorprendió la separación Pampita y Moritán? Que es el tema del momento.
Mariana: — Sí, me sorprendió un montón. Una sorpresa lo que está pasando que, aparentemente, fue todo muy expeditivo. Ya estaban la ropa y los zapatos embalados en bolsas de residuos. Yo estoy esperando que ella hable. Para mí su silencio ya habla bastante. No hablar es una señal sobre todo en ella que es una mina que sale a responder. Ahora está eligiendo otro camino, me parece que el día que salga a hablar nos va a contar bastante detalles que nos estamos perdiendo.
Por sí o por no
El conductor invitó a Mariana a contestar el cuestionario levantando los carteles de Sí o No, según corresponda. Las decisiones que tomó en su carrera, qué errores cometió y cómo reacciona la farándula vs los políticos a sus opiniones.
Rulo: — Por sí o por no. ¿Te arrepentiste alguna vez de una información que diste?
Mariana: — No.
Rulo: — ¿Siempre estuviste segura?
Mariana: — Sí, incluso cuando me equivoqué alguna vez. Una vez embaracé a Natalia Oreiro y no estaba embarazada. Me había llegado la data, la tenía re chequeada con gente de Uruguay porque ella estaba grabando una publicidad allá y al final no estaba embarazada.
Rulo: — ¿Y no las enfrentaste a las fuentes?
Mariana: — Pobre Natalia. Todos me decían que sí, que estaba con náuseas. Era otra época. Fue hace muchos años atrás. Hoy tal vez no se haría. Hoy llamaría, esperaría los tres meses, en el momento me ganó la ansiedad. Aparte yo a Natalia la adoro, me parece una de las artistas más completas en todos los sentidos, entonces pequé de fan y no estaba embarazada.
Rulo: — ¿Te dijo algo después de eso?
Mariana: — Me la crucé en un Martín Fierro, me acerqué y le pedí disculpas. Ella divina, muy amorosa. Pero me acuerdo que en ese momento tuvo que salir a desmentir por todos lados.
Rulo: — La comprometiste.
Mariana: — Sí, le estallaba el teléfono. Tuvo que desmentir, salió la jefa de prensa, hizo un comunicado. No me voy a arrepentir de eso porque vos te arrepentís de las cosas que haces con maldad y que al otro lo dañan. En este caso fue un error.
Rulo: — ¿Te pasó que se enojaran mal con algo que dijiste?
Mariana: — No, no me pasó. Se enojan más los de la política que la farándula. Igual yo no me entero. No vienen a mí directo.
Rulo: — ¿Te arrepentís de algo en tu carrera?
Mariana: — No. Las decisiones profesionales que tomé siento que siempre me llevaron a algo mejor. Siempre fue superador. Las decisiones, mejores o peores, han construido mi camino y me llevaron a donde estoy hoy. Así que para nada. Siento que todos los pasos fueron muy cortitos, de hormiga, pero muy acertados.