Sofía Von Wernich, conocida popularmente como Chule, es una cantautora argentina que ha conquistado las redes sociales con su talento musical y captó la atención de artistas internacionales como Sebastián Yatra y Maluma.
Oriunda de Pehuajó, inició su trayectoria casi por casualidad cuando se mudó a Buenos Aires para estudiar Veterinaria. Lo que comenzó como una afición a cantar se convirtió en una pasión que redefinió su camino profesional.
Comenzó a cantar en bares, a hacer apariciones en televisión y pronto llegaron las colaboraciones con reconocidos artistas como Morat, Los Tekis, Beret, Los Auténticos Decadentes y Benjamín Amadeo, entre otros. Hoy a sus 26 años, ya tienen una carrera de más de 10 años en la música y sigue en ascenso.
Este año junto a Agapornis realizó un cover del clásico de Chayanne Dejaría todo y recientemente publicó un EP de un show en vivo desde Belo Horizonte, Brasil, con The Jams. El próximo jueves 3 de octubre se presentará en La Tangente.
De novia con el polista Barto Castagnola, combina las presentaciones y los viajes de trabajo para poder acompañarse y compartir tiempo de calidad juntos. En diálogo con Coty Crotto y Mariana Gándara contó el detrás de escena de crear letras y melodías.
Mariana: — ¿Cómo empezaste en la música?
Chule: — Siempre estuvo muy presente en mi vida desde que tengo recuerdo estaba todo el día escuchando música, tarareando alguna canción y competía a ver quién se sabía las letras completas. Cuando tenía 9 años yo vivía en Pehuajó, pero en el campo. Iba al colegio obligada, lloraba todos los días porque quería estar en el campo y mi mamá, para que me integre socialmente, me mandó a clases de guitarra porque todas mis compañeras iban. Ahí desde la primera clase salí tocando Zamba de mi esperanza. Cuando sos chico todo lo aprendés tan fácil que salí muy copada y estaba todo el día tocando. Me regalaron mi primera guitarra, una criolla; y de ahí arranqué.
Mariana: — ¿Y cómo llegas a las redes?
Chule: — Se volvió algo más profesional sin querer porque arranqué filmándome y subiéndolo a las redes: primero a Facebook, después a YouTube y con Instagram la gente me empezó a seguir a de a poco y eso me motivó. Con cada canción que subía, me seguía más gente y me comentaban que les gustaba lo que hacía. Todo fue cuestión de crecer, seguir metiéndole y cada vez me gustaba más. Hasta el día de hoy sigo ahí firme...
Mariana: — ¿Qué hacías en ese momento a nivel musical?
Chule: — Cuando arranqué subía covers, entonces me conocieron por eso y después empecé a hacer mi música, pero en esos inicios por redes sociales los artistas se dieron cuenta que para marketing de una canción era buenísimo que todo el mundo cante sus canciones, entonces ellos también lo promocionaban.
Mariana: — ¿Quiénes te compartieron de esos artistas?
Chule: — En su momento, el primero así grande que me compartió un video fue Maluma. Al día de hoy todavía me dicen: “A vos te reposteó Maluma”. Hoy en día te repostean un montón, pero en ese momento no era algo común. Fue algo raro.
Coty: — ¿Qué sentiste cuando te viste?
Chule: — ¡Fue un flash! Encima en ese momento me arrancó a seguir un montón de gente. Fue la típica: cuando menos te lo esperas. Había grabado el video y estaba malísimo, pero dije: “Bueno, ya fue. Lo subo igual”.
Coty: — ¿Qué es lo que más te cuesta de este mundo de la música?
Chule: — Lo que más me cuesta es a la vez lo que más me gusta: la incertidumbre que tiene. No hay necesariamente reglas. Sí hay algunas cosas que sabés que funcionan, pero en realidad es incontrolable porque podés hacer todo bien, podés grabar las canciones con los mejores productores, que tus canciones estén tremendas, hacer videos espectaculares, tener todo un equipo de apoyo y que las cosas no funcionen. Es como una montaña rusa.
Mariana: — Puede llegar a ser frustrante también, ¿no?
Chule: — Sí. A veces es frustrante. Yo también arranqué de muy chica y es como que todo me pasó. No es que desde chica decía: “Me voy a dedicar a la música”. A mí siempre me encantó, pero me pasó. Nunca me había imaginado, creciendo, que me podía dedicar a la música. Era un mundo, hasta ese entonces, completamente desconocido y lo fui aprendiendo sobre la marcha y, a su vez, sobre la marcha vas a aprendiendo a lidear con que no todo siempre es cuesta arriba. Para mí todo fue como: “Va pasando, qué lindo, es una papa esto” (risas) y de repente no fue tan fácil. No todo se va dando y tenés que aprender a lidiar con eso y con las expectativas. El artista es como un 360 en realidad, tenés tu parte de imagen, de lo que decís, de lo que representas, de tus canciones, de tus videos, la banda, dónde vas a cantar, sacas una canción y tenés que ver la portada, la foto, el challenge de redes y a veces decís: “Ya hice la canción, no quiero hacer más nada” (risas).
Mariana: — Tiene muchas instancias que tenés que ir viviendo casi minuto a minuto.
Chule: — Estás todo el tiempo de previa entre que escribís la canción hasta que lanzás. A mí que me gusta estar en los detalles, me siento con el productor y estoy segundo a segundo viendo todo de instrumentos, probando, grabando voces, mezclas y una vez que sale decís: “Ya está”.
Mariana: — Y ahí en realidad recién empieza…
Chule: — Claro. Ahí recién arranca. Pensas que ahora la tiene que escuchar, así que ponete las pilas. No termina más el proceso (risas).
Mariana: — ¿Se puede vivir de la música?
Chule: — Sí, se puede. Obviamente que eso es algo que yo también aprendí y fue como un preconcepto que tiré abajo. Lo que pasa que para mí era “bueno, no te podésdedicar a la música”. En mi familia somos todos de campo, no hay artistas.
Mariana: — Lo tenías como un hobby…
Chule: — Lo que yo me imaginaba es que tenés que ser la artista que está allá arriba en el escenario y tenés que ser Taylor Swift. No veía un primer escalón hacia eso. Después te empezás a meter y tenés gente que trabaja de productor, con el sonido, siendo músico, dando clases, hay un millón de cosas y de oportunidades. Hoy en día también cambió todo con las redes. Yo hago shows, pero también trabajo con las redes. Es algo que se va dando y también le vas encontrando la vuelta. Ahora también estoy dando clases de canto, hay un montón de cosas y oportunidades dentro de ese mundo.
Mariana: — Y que no necesariamente tenés que ser Taylor.
Chule: — Claro, eso es algo que lo fui aprendiendo y lo derribé.
Redes
Las redes sociales han transformado el ámbito de la música de manera notable al ofrecer tanto ventajas como desafíos. Permiten a los artistas conectarse directamente con su audiencia, promover su música de manera global sin intermediarios y crear una relación más cercana con los seguidores.
Plataformas como YouTube, TikTok e Instagram convirtieron en trampolines para nuevos talentos porque facilitan la viralización de canciones y el crecimiento de carreras musicales de forma gratis, rápida y accesible. Sin embargo, el aspecto negativo radica en la saturación de contenidos, lo que puede hacer que sea difícil destacar entre la multitud y la amplia variedad de competencia.
Mariana: — Las redes sociales abrieron un nuevo espacio para que muchas personas puedan compartir su talento, ¿cómo impacta para vos en el mundo de la música?
Chule: — Las redes cambiaron el juego por completo en la música. Uno como artista independiente de repente no tenés tanto costo de producción, antes era por eso que las discográficas decidían todo, hoy podés filmarte con tu teléfono como yo lo hacía. Yo hace más de 10 años que subí los primeros videos.
Mariana: — Una precursora…
Chule: — Ahora los teléfonos y toda la tecnología avanzó muchísimo. Cualquiera puede producir o editar videos y quedan buenísimos. Es más real y siento que la gente conecta mejor con lo que le gusta y le parece auténtico. Pero es cierto que se ha vuelto mucho más competitivo.
Coty: — ¿Tenés haters?
Chule: — Sí, algunos.
Coty: — ¿Cómo lo llevás?
Chule: — Bien. La verdad que por suerte no lo recibí tanto, no lo viví porque siento que lo que hago no es controversial. Yo canto. Si te gusta, buenísimo y si no te gusta, me parece raro que te tomes el tiempo de hacerme saber que no te gusta.
Coty: — ¿Qué cosas te sorprendieron al pasar de un boom viral a estar parada en un escenario?
Chule: — Para mí todo era desconocido. Cuando me mudé acá sí tenía gente que me seguía, me publicaban un montón y era como “artista”, pero en realidad yo tocaba la guitarra en mi cuarto (risas). No estaba preparada para salir al mundo como una artista. No sabía ni lo que era un retorno, un micrófono, un efecto… Pasé de eso a tocar con una banda, aprender a hablar con el público, hacer pruebas de sonido, un montón de cosas que fueron nuevas…
Mariana: — ¿Qué consejo le darías a alguien que se quiere dedicar a la música?
Chule: — Que hay que enfocarse en el proceso. Hay una frase que dice: “La felicidad no es un destino sino un camino” con el trabajo siento que es lo mismo. Obviamente, hay que tener objetivos para ir cumpliendo y avanzando, pero es un camino. El proceso de ir haciendo lo que a uno le gusta y tomarse el tiempo porque, en la vorágine de siempre seguir creciendo y querés más, estamos siempre mirando para adelante y no frenamos para ver todo lo que avanzamos. Hay que disfrutarlo porque en definitiva lo cotidiano es lo que hace a la vida. Hay que tratar de todos los días pasarla bien.