Sele Mosca es una influyente figura del mundo digital. Se hizo famosa por sus videos en YouTube y TikTok. Comenzó a finales del 2019 compartiendo cómo eran sus días y los de su familia; y tuvo una explosión de popularidad durante la pandemia.
Además de su faceta en redes sociales, es fotógrafa y utiliza sus plataformas para mostrar su trabajo visual y creativo. En 2022, incursionó en el teatro con su obra Guía para ser una youtuber de mierda, la cual presentó en Buenos Aires.
A sus 24 años, Sele ha logrado diversificar su carrera, creando la reconocida fiesta Wasabi que atrae a cientos de jóvenes con cada evento y su propia marca de maquillaje Mosquiano.
Con más de un millón de seguidores en todas sus plataformas, su influencia sigue creciendo en el mundo del entretenimiento digital. “Soy inquieta, estoy todo el día haciendo cosas y me gusta aprender. Soy autodidacta”, confesó en diálogo con Mai Pistiner.
Mai: — ¿Cómo empezaste en las redes?
Sele: — Había terminado el secundario y empecé a estudiar medicina. Hice un cuatrimestre y medio, me iba bien, pero claramente no era para mí. No me gustaba. Me encontré con esa duda existencial que tenemos todos cuando terminamos el secundario y tenemos que tomar la decisión de qué hacer el resto de tu vida. Así que ahí dejé la carrera y tomé la decisión de irme a vivir un tiempo a Australia.
Mai: — ¿Te bancaron tus papás?
Sele: — Sí, me bancaron en esa decisión. Igual fui a trabajar además de conocer. Trabajé de moza, cuidé nenes... Soy fotógrafa así que también trabajé con eso.
Mai: — ¿Qué edad tenías?
Sele: — 19 recién cumplidos. Estuve 9 meses más o menos. Fue mucho aprendizaje y muy de golpe, como me gusta a mí. En Austalia empecé a ver videos de YouTube de Argentina y decir: “Yo quiero hacer esto. Me encanta”. En ese momento no estaba tan de moda TikTok todavía.
Mai: — Hasta ese momento no se te había ocurrido dedicarte a las redes sociales.
Sele: — No, para nada. Estudié actuación, soy fotógrafa, así que estuve relacionada al arte toda mi vida, pero las redes eran como otro mundo, estaba afuera de eso. Mi primer video lo grabé en Australia. Cuando volví, empecé a subir videos míos con mi familia en la pandemia y ahí explotó.
Mai: — La pandemia fue el común denominador en la mayoría de los creadores de contenido...
Sele: — En mi caso fue muy bien aprovechado. Yo subía videos cada cuatro o cinco días.
Mai: — ¿Cómo te viralizaste?
Sele: — Empecé a hacer videos de recetas de TikTok y un día me levanté y tenía como 10 mil visitas. Estaba como loca. Cuando llegué a mil suscriptores festejamos con mi familia. Ahí empecé a subir de a 10 mil suscriptores cada tres o cuatro días. No paraba de subir videos y me empezó a ir super bien, pero todo en mi casa. Yo no sabía todavía lo que era salir afuera y que me reconocieran porque todo eso pasó en pandemia. Fue un golpe muy fuerte cuando salí a la calle y me pedían fotos. Ahora se convirtió en mi vida.
Mai: — ¿Hoy en día vivís de las redes?
Sele: — Vivo de las 150 millones de cosas que hago porque yo entendí que la oportunidad que se me estaba dando con las redes no sabía cuánto me iba a durar. Si es por mí que dure toda la vida, pero dije: “Necesito más”. Entonces, cree mi propia fiesta y después mi propia marca de maquillajes.
Mai: — Y todavía no llegaste a los 30 años. Más allá de que te definís como inquieta, ¿te impulsó sentir que las redes podían terminar en cualquier momento?
Sele: — Siempre estaba presente el miedo de que se me terminara aunque, igual, me hubiera reinventado. Pero necesitaba más. Siempre digo que es muy difícil emprender en Argentina, pero al mismo tiempo sería injusto decir solo eso porque Argentina me dio muchas oportunidades. Yo amo mi país con mi vida, de Australia me volví porque no aguantaba más estar lejos. Hay muchas trabas, pero también tenés muchas oportunidades. Es injusto decir que no se puede. Hay que ser muy constante y perseverante.
Mai: — ¿Cómo llevás la exposición a nivel masivo y la crítica?
Sele: — Por suerte no soy una persona que tengo mucha crítica o hate. Nunca tuve. Sí soy muy ansiosa. Hice mucho tiempo terapia y uno va aprendiendo maneras de manejarlo.
Mai: — ¿Te ponen ansiosa las métricas? Porque son los resultados que nos demuestran si algo fue exitoso o no.
Sele: — Son muy variables y sí me fijo mucho en eso porque es imposible no hacerlo. Es parte del trabajo y de eso depende qué tan bien te está yendo. Lo llevo bien, pero obviamente hay mejores y peores momentos. Hay momentos en los que me comparo mucho o me frustro, me pregunto por qué no me está yendo mejor. En el mundo de las redes de un día para el otro podés pinchar y está presente el miedo a eso.
Mai: — ¿Por qué crees que pasa?
Sele: — Porque es muy difícil reinventarse constantemente como te lo pide este trabajo. Todo el tiempo te pide traer algo distinto porque sino la gente se olvida, se aburre y pasa al siguiente. Entonces, tenés que constantemente entretener a la gente y darles una razón para que te sigan, básicamente. Yo creo que a mí me empezó a ir bien es porque fui siempre muy real y la gente lo sabe. Pudieron conectar con esa naturalidad.
Mai: — ¿Qué le dirías a alguna chica o chico que quiere empezar a crear contenido para redes?
Sele: — Pasa mucho que lo ves y sentís que por alguna razón vos no pondrías y realmente uno nunca sabe lo que puede llegar a pasar. Hace poco me apareció un TikTok que decía: “Si los tickets de lotería fueran gratis, ¿cuántos agarrarías?”. Yo agarraría miles. Subir TikTok o videos es así y es gratis. Vos podés estar subiendo 15 videos por día y no sabés qué video de esos es tu boleto de lotería. Para mí con perseverancia se logra cualquier cosa. Si vos estás todos los días subiendo videos, es imposible que te vaya mal. Es la constancia, buscar algo nuevo y ser genuino. Mucha gente creen que copiar es la clave y no. Tenés que mostrar como sos. Es tan fácil como subir tiktoks así que anímense porque a mí me cambió la vida y te puede cambiar la vida a vos también.
Colegio
Mai: — ¿Te cruzaste con algún compañero de la secundario después de todo este crecimiento?
Sele: — Siento que está bueno que me preguntes eso porque la he pasado muy mal en el colegio.
Mai: — ¿Qué te pasaba?
Sele: — Era a la que tomaban de punto.
Mai: — ¿Te hacían bullying?
Sele: — Esa palabra me parece muy fuerte porque hay gente que la pasa realmente muy mal. Yo no tenía amigos ni vida social en el colegio. No formaba parte de ningún grupo, pero después en el último fue sanador porque aprendí a sobrellevar el secundario y pude pasarla un poco mejor.
Mai: — A nivel estético, ¿te sentías juzgada?
Sele: — Sí, obvio. Nunca conté esto, pero en mi último año de colegio tuve muchos problemas alimenticios.
Mai: — ¿Trastornos de la alimentación?
Sele: — Sí, trastornos de la alimentación. Fue un tema subir y bajar de peso, pero porque los adolescentes puede llegar a ser muy dañinos sin saberlo. Me han dicho: “Sos muy linda, lástima tu cuerpo” y no saben el daño que puede causar con ese comentario. A partir de ese comentario fue donde más me enfermé. Podés decir: “Es solo un comentario”. Pero quizás es la gota que rebalsó el vaso y te arruina la cabeza. Es tan difícil proteger a un niño y a un adolescente porque dependés de la crianza de tantos otros padres y también es muy importante que las maestras, los profesores, estén muy atentos porque realmente es mucho el daño que se puede causar.
Mai: — Una frase que te puede marcar.
Sele: — Ahora ya no me importa. Me he cruzado con todos mis compañeros y la mejor, pero la verdad es que se han reído mucho de una persona que por suerte ahora le va muy bien.
Mai: — ¿Alguna de esas personas te escribió para pedirte ayuda con algo?
Sele: — Sí, re. “Che, ¿me subís una historia?”, me dicen un montón.
Mai: — ¿Y qué les dijiste?
Sele: — Que no, por supuesto.
Salud física y mental
Mai: — ¿Hablaste alguna vez abiertamente en redes sobre estos trastornos de la alimentación que viviste?
Sele: — No, siento que si bien es mi responsabilidad como comunicadora también siento que es mi responsabilidad hacelo cuando realmente me sienta preparada, sanada y también es tan ríspido el tema que no quisiera decir nada que estuviera mal. Le tengo tanto respeto y cuidado que no me siento lista sobre todo sabiendo el peso de la palabra y habiendolo vivido. Cuando lo sienta, lo haré.
Mai: — ¿Te llegan muchos mensajes de chicas sobre esto?
Sele: — En su momento hice una obra de teatro en la que había meet and greet y hubo una chica que me dijo que en su recuperación comía mirando mis videos, entonces empezó a relacionar la comida con algo bueno y cuando me dijo eso a mí me tembló el piso porque nunca había mencionado que yo había sufrido eso. Si tan solo supieras que te entendiendo tanto, pensaba por dentro y la abracé.
Mai: — ¿A ella se lo dijiste?
Sele: — Sí, sentí que se lo tenía que decir y le dije: “Vas a estar mejor, hay maneras de estar mejor”.
Mai: — También pasa mucho de creadores de contenidos que lo sufren durante años y muestran una vida “perfecta” y de pronto la gente no sabe el infierno que están viviendo…
Sele: — Sí, a mí lo que me pasó con mis trastornos es que yo voluntariamente me metí. Me enfermé y dije: “Cuando quiera, se corta” y no es así. Te estás metiendo en algo que te va a dejar secuelas, quizás, para el resto de tu vida. Me faltó tal vez alguien que me dijera: “Es grave en lo que te estás metiendo, tené cuidado”. Al contrario, en ese momento había mucho contenido que me incentivaba a hacerlo.
Mai: — Vos veías en redes sociales a chicas que de alguna manera hacían apología a la anorexia o a la bulimia.
Sele: — Sí. No sabés la cantidad de foros, de páginas, de cuentas de Twitter, la cantidad de cosas que hay sobre eso y te dan tips. Por eso a mí me estas cosas me cuesta hablarlas porque siento que con lo que digo estoy dando ideas. Pero porque yo era así, como una esponja.
Mai: — ¿A qué edad podías acceder a esos foros?
Sele: — Yo siempre tuve una muy mala relación con la comida. De hecho, hace poco estaba grabando para YouTube reaccionando a videos míos viejos y encontré uno mío a los 12 años que estoy en McDonalds con mis amigos. Yo comía una ensalada y ellos me decían: “¿Por qué no le ponés el aderezo?” y yo les respondía: “No, porque eso engorda”. Tengas la edad que tengas no tenés que estar pensando en eso, pero en ese momento tenía 12. ¡Estás con tus amigos! No tiene que ser tu preocupación qué aderezo le ponés. ¡Comete una hamburguesa! Yo creo que cuando más me enfermé fue a los 16.
Mai: — Eso es lo que tienen las redes sociales: se pueden usar para cosas maravillosas, pero también tienen otros usos.
Sele: — Es un peligro. Twitter es una gran red social porque yo estoy todo el día riéndome, pero mal usado es un peligro.